Bugatti Type 59 Sports: un bólido triunfador y un clásico superviviente

Bugatti Type 59 Sports

Con más de 80 años, aún no ha sido restaurado

El premio reservado para el coche mejor preservado anterior a la Segunda Guerra Mundial en el Concurso de Elegancia de Villa d’Este ha sido para el Bugatti Type 59 Sports. Se trata de uno de los modelos más importantes de la marca, así como de uno de los más exitosos en competición. Esta es su historia.

Solo seis unidades de este sorprendente clásico se construyeron a mediados de los años 30 y el que veis en las imágenes fue el primero de ellos. Prácticamente mantiene su originalidad al 100% y eso es mucho decir, tratándose de un coche con tantas décadas de historia.

Bugatti presentó este modelo el 24 de septiembre de 1933 en el GP de San Sebastián. Se trataba de un coche sofisticado, pensado para ser elegante y rápido. Lo primero lo logró con su estética, y lo segundo, con su motor de ocho cilindros en línea de 3,3 litros. En conjunto, estaba pensado para vencer en competición y su debut se produjo en la temporada 1934/1935

Bugatti Type 59 Sports

Así, sus primeros resultados fueron buenos. En el GP de Mónaco de 1934, subió al tercer cajón del podio con René Dreyfus al volante. También en ese año, en el GP de Francia, obtuvo el cuarto lugar con Robert Benoist como piloto. También firmó el mismo resultado en el GP de Bélgica y, en el de España, ocupó el sexto lugar.

Sin embargo, la historia de estos Bugatti Type 59 Sports cambió con el retiro de Ettore Bugatti de la competición en Grand Prix. Con esto, vendió cuatro unidades a entusiastas automovilísticos británicos y uno de esos coches fue transformado por la marca en un deportivo que pudiera ser usado en la carretera y en el circuito. Ese es el que ilustra estas líneas.

El proceso de modificación supuso varios cambios. El motor perdió el sobrealimentador, se montó un nuevo tanque de aceite y se cambió la transmisión. Asimismo, en el apartado estético, el bólido recibió unos guardabarros, un -muy pequeño- parabrisas y dos inconfundibles faros delanteros colocados en la parte inferior del frontal.

Bugatti Type 59 Sports

De esta manera, el Type 59 Sports con chasis 57248 empezó a ser utilizado en carretera, pero también en los circuitos. Jean-Pierre Wimille participó con él durante años en varias pruebas y en 1937 obtuvo victorias como la del GP de Pau. El GP de la Marne de 1937 fue el último triunfo de Wimille en un Gran Premio, también a bordo del Bugatti y con más de 3 minutos de ventaja.

Esta buena lista de resultados hizo que este ejemplar llamara la atención en prácticamente todo el mundo, especialmente del que sería su próximo dueño: el Leopoldo III de Bélgica, rey del país entre 1934 y 1951. Por él, Ettore Bugatti llegó a cambiar el color del coche de su azul original al negro, el tono favorito del monarca. 

Sobre esta pintura se colocó una línea amarilla en referencia a los colores de competición de Bélgica y así se le entregó al entonces rey del país. Así, estuvo en su poder entre 1937 y 1967, cuando se lo vendió a un coleccionista nacional. En esos años, no se sabe qué uso tuvo el deportivo, pero probablemente estuvo mucho tiempo almacenado.

Mantenido sin cambios desde 1937

Tampoco cambiaría mucho su vida poco después, eso sí. Ya en manos del coleccionista, este Bugatti Type 59 Sports permaneció sin cambiar de manos durante dos décadas y prácticamente se mantuvo intacto. Jamás fue restaurado ni tampoco recibió un mantenimiento exhaustivo.

No fue hasta 1989 cuando se escribió otro capítulo en la historia de este coche. Fue entonces comprado por un entusiasta de la marca estadounidense, quien solo realizó algunas reparaciones en el apartado tecnológico, pero decidió mantener su originalidad todo lo posible. De hecho, de la misma forma se mantiene hoy en día.

Bugatti Type 59 Sports

En la actualidad, el coche es capaz de funcionar, pero su estado estético no es el mismo que tenía en los años 30. Tampoco es el objetivo, ya que la idea es conservarlo como está, como testimonio de sus más de 80 años de vida. Para ello, tan solo se han reparado elementos mecánicos o de la carrocería que lo necesitaban, mientras que la pátina de algunas áreas se ha conservado.

Por ahora, detalles como los desgastados asientos de piel y el deteriorado volante de madera son los que quedan en el punto de mira. Aun así, este Bugatti Type 59 Sports se mantendrá sin grandes cambios. Al fin y al cabo, es un pedazo de historia sobre ruedas y así debe permanecer.