Prueba Skoda Octavia RS 245: ¡un autoblocante para ser feliz!

No se necesita mucho más para mejorar un producto casi redondo.

Me encuentro en el Circuito de Vallelunga, muy cerca de Roma, donde voy a poner a prueba al Skoda Octavia RS 245. Tres números que lo coronan como el Skoda Octavia más potente, más rápido y más eficaz de la historia de la marca. No se me ocurre escenario mejor, ya que este deportivo con cara de bonachón es como Jekyll y Mr. Hide, entre semana mimará a todos los miembros de tu familia y los findes te hará sobrepasar los límites entre el bien y el mal. ¡Arrancamos!

¿Qué tenemos aquí?

Básicamente, un Skoda Octavia RS 2017. Digo básicamente porque la base es esa, pero con pequeños aditivos. ¿El principal? La incorporación de un autoblocante VAQ de deslizamiento limitado en el eje delantero. Funciona mediante un embrague multidisco gestionado electrónicamente situado entre el diferencial y el eje en el lado derecho. Este pequeño ‘artefacto’ es capaz de distribuir el par entre ambos lados de manera que la rueda con mayor agarre siempre tenga la suficiente tracción (puede enviar incluso el 100% a una sola rueda) para que el sobreviraje sea un simple recuerdo borroso de una noche de borrachera. 

¿Solo eso?

Bueno, otros darán importancia a los 15 CV extra que genera el propulsor de cuatro cilindros, dos litros, sobrealimentado, que también equipa el Volkswagen Golf GTI 2017 y que en el Octavia más potente de la historia alcanza los 245 CV. Sinceramente, para mi es irrelevante: es más interesante la respuesta general del propulsor que el -imperceptible- leve incremento de potencia. Me gusta que los 370 Nm de par estén disponibles desde las 1.600 vueltas hasta más allá de las 4.000, eso dota a la mecánica de una elasticidad muy interesante, perfecto para cumplir con uno de sus cometidos: ser un coche relajado y tranquilo. Entre semana.

¿Cómo se transforma?

Tras la prueba del Skoda Octavia RS 2017 lo tengo claro: este deportivo sigue la estrategia que también utiliza Seat. Esto es algo realmente positivo ya que te permite tener dos coches completamente distintos en uno. Quizás en el Skoda no sea algo tan exagerado como puede ser en un Seat León Cupra 2017, pero los tiros van por ahí. En un primer momento te decía que no podía estar en un mejor lugar para probar este coche y realmente así lo creo: los alrededores de Roma son perfectos para meter una auténtica paliza a suspensiones y demás elementos que pueden marcar la diferencia en un uso cotidiano: las rotas carreteras italianas o los pequeños pueblecitos con pizzerías ambulantes y conductores kamikazes a bordo de Fiat Pandas son el escenario perfecto para poner a prueba su capacidad práctica: si sobrevive aquí, lo podrá hacer en cualquier lugar del mundo.

¿Y qué tal va?

Lo primero que debes saber es que uno de los elementos clave para conseguir esta dualidad de comportamiento es el Chasis DCC, uno de los grandes inventos del Grupo Volkswagen. Este sistema modifica la dureza de los amortiguadores y la dirección, la respuesta del acelerador, la gestión del cambio y otros elementos importantes en términos dinámicos. Ahora toca colocarlo en modo confort y lo primero que noto es una dirección demasiado suave, poco comunicativa. No me gusta. Así que decido acudir al modo individual y mantengo todos los elementos del modo Confort menos la dirección, que se queda en Sport, más dura. Mola.

Ahora sí: el Skoda Octavia RS 245 se mueve con calma y suavidad, apoyado en un buen nivel de acabados, un equipamiento generoso y una habitabilidad interior que es ya seña de identidad del coche, amén de un enorme maletero detrás. Los asientos tipo backet te recuerdan que no estás en un Octavia ‘normal’ pero me parecen unos asientos fantásticos: ofrecen una magnífica sujeción lateral sin ser para nada incómodos, ¡y encima son muy atractivos estéticamente! El motor aquí también saca a relucir su buena elasticidad: en una conducción tranquila no deberás cambiar de marcha constantemente, el propulsor tiene suficiente fuerza para ofrecer buena respuesta en prácticamente cualquier régimen de revoluciones.

Sin duda, será una opción adecuada para quienes busquen un deportivo para un uso diario, aunque también os digo que la suspensión, incluso en modo confort, es algo más dura de lo normal, por lo que si buscas un coche exclusivamente para viajar cómodo, mejor que te compres un Skoda Superb ¿has visto la prueba del Skoda Superb 280?.

¿Y en circuito, se mueve bien?

Tras comprobar su buen hacer en carretera abierta (ya me lo esperaba) toca poner realmente a prueba las cualidades del Skoda Octavia más potente de la historia. Para ello, entro en las instalaciones del Autódromo de Vallelunga, un circuito que combina una zona muy rápida con otra revirada para exigir lo máximo al coche: aquí Lamborghini prueba sus Huracán GT3 y los coches de la Squadra Corsa, ¡no te asustes, pequeño Skoda!

En el ‘pit lane’ empiezo a hacer el protocolo estándar a la hora de entrar en circuito. He cambiado mi unidad de pruebas y ahora equipo el cambio automático DSG de doble embrague y siete relaciones: creo que el manual de seis relaciones que montaba antes, en estas vicisitudes, sufriría por un tacto algo gomoso y poco directo. Desconecto el control de estabilidad, aunque se queda en un modo latente por si el asunto se me va de las manos. Coloco el modo Sport en el Chasis DCC y la palanca de cambios en modo secuencial. ¡Vamos allá!

Hundo el pedal derecho y el coche responde perfectamente: creo que nadie que tenga en mente comprar un coche familiar de este tipo puede considerar que tenga poca potencia bajo el pedal derecho. No es una pegada al asiento brutal, pero el coche corre (acelera de cero a cien en 6,6 segundos). Una cosa que no me termina de matar es el sonido, algo descafeinado para tratarse de una versión deportiva: en modo confort se agradece, pero en modo Sport quizás debería ser algo más contundente.

El cambio responde genial y el nuevo equipo de frenos también: llega la primera curva rápida y la suspensión ya me deja claro desde el primer momento que esto no es un Lotus Evora 400. Es firme, sí, pero cuando se le exige al máximo en la pista hay algo de balanceo, pero noble, para nada molesto. El reparto de pesos se siente muy equilibrado y en la primera frenada fuerte en curva me deja claro lo bueno que es el chasis, no hay latigazos, no hay cosas raras, la dirección mete el morro en la curva con precisión. En este punto voy realmente rápido y lejos de amodorrarme, hundo el pedal derecho hasta la moqueta. Es en ese preciso instante cuando el autoblocante hace acto de presencia para dejarme una sonrisa en la boca. Sientes como trabaja, sientes como busca tracción donde no la hay y compruebas atónito como has pasado una curva cerrada de segunda, a un ritmo inviable en carretera abierta, sin rastro de sobreviraje. ¡Bravo!

Sin duda, este pequeño elemento hace que la salida de las curvas sean absolutamente fulgurantes: sin él, estoy convencido que al meter gas con contundencia las ruedas patinarían, pero aquí solamente hay tracción, tracción y más tracción. Una vuelta tras otra y el Skoda Octavia RS 245 me da la suficiente confianza para aumentar el ritmo. Lo mejor sin duda es su tracción, realmente buena para un familiar delantera concebido inicialmente para llevar a los niños al cole, aunque al límite hay detalles que son imposibles de mitigar: la suspensión aquí sufre y menos mal de los asientos y su excelente agarre lateral, si no fuera por ellos en alguna que otra curva estarías cerca de salir volando por la ventanilla.

Entonces, ¿es un deportivo auténtico?

¿Un deportivo auténtico? ¿Un Skoda Octavia? Dejemos las cosas claras: el Skoda Octavia RS 245 es un coche muy, muy interesante. Puede ser el familiar o la berlina de tamaño medio que necesitas desde un punto de vista práctico, buen maletero, muchos huecos portaobjetos, buena habitabilidad, etc. Es bueno en lo que tiene que ser, pero encima, te da la inmensa seguridad de tener un motor siempre lleno de vida bajo el pedal derecho y un autoblocante que te asegura un nivel de tracción alucinante en curvas. ¿Es un coche de circuito? Claro que no, ni quiere serlo, pero lo más alucinante es que no solo sobrevive, sino que apenas sufre. Si en un circuito es capaz de ir así, no tengo ninguna duda que este Skoda Octavia RS 245 satisfará a aquellos que quieran un coche familiar con un comportamiento dinámico impecable. ¿Has visto el precio? Con los descuentos que ofrece la marca se puede quedar en torno a los 30.000 euros. ¡El único enemigo que tiene es la tremenda y absurda marquitis!