Así era el Jensen FF, el verdadero pionero de la tracción total

Un Jensen Interceptor, con un Jensen FF detrás.

Un coche tan innovador como desconocido

Los deportivos con tracción total no son un concepto que nos sorprenda en la actualidad, pero en los años 60 sí eran una novedad. El Jensen Interceptor es un coche conocido, gracias a su diseño, su motor V8 y su tracción trasera. Es uno de esos muscle car que no son americanos, pero también existió una variante con tracción a las cuatro ruedas: así era el Jensen FF.

En 1966, la compañía inglesa Jensen Motors dio a conocer el Interceptor, un gran turismo que no pasó desapercibido por su diseño. Tampoco lo hizo con su mecánica, siempre basada en motores V8 que provenían de Chrysler. Hubo varias versiones, entre las que se encontraba uno de 7,2 litros con unos 330 CV.

Sin duda, el coche tuvo una buena acogida, pero surgió la idea de crear algo diferente con él. ‘¿Y si hacemos que tenga tracción a las cuatro ruedas?’, debieron pensar en la marca. Así, decidieron incorporarle un sistema que había inventado la empresa Ferguson Research Ltd. para comprobar cómo resultaría.

Así nació el Jensen FF -Ferguson Formula-, un coche que era más importante de lo que pudiera parecer, ya que fue el primer deportivo coupé de producción en montar un sistema de tracción total. En efecto, el Audi Quattro no fue realmente el pionero, aunque no negaremos que supuso una revolución en su momento.

Con esta configuración, el FF podía contar con un 37% del par motor en las ruedas delanteras, fuerza que provenía de su motor V8 de 383 pulgadas cúbicas con 330 CV. El sistema era bastante rudimentario para los estándares actuales, pero lo cierto es que lograba el objetivo deseado.

Un Jensen FF de principios de los 70.
Un Jensen FF de principios de los 70.

CC BY 2.0

Para ello, eso sí, fue necesario realizar cambios. Una característica clave de estos coches es que son algo más largos que un Interceptor normal, ya que fue necesario hacer hueco para la mecánica requerida. Además, otra forma de identificarlos es mirar si tienen dos branquias en las aletas delanteras, en lugar de una.

Con esta tracción, el Jensen FF era un coche realmente avanzado en el apartado técnico, pero no solo lo era por esa cualidad. Gracias a ese sistema, el coche contaba también con una especie de frenos antibloqueo, lo que también quiere decir que el Mercedes Clase S no fue exactamente el primer modelo con ABS de la historia, aunque su mecánica fuese más sofisticada.

De esta forma, este deportivo inglés trajo consigo multitud de novedades, pero lo cierto es que pasó desapercibido y en 1971 se dejó de comercializar, cinco años antes que el Interceptor. En ese tiempo se fabricaron apenas 320 unidades, lo que hace que estemos hablando de un modelo realmente raro y exclusivo.

Las razones de su baja popularidad pueden ser varias, pero es innegable que no jugaban a su favor hechos como que el mercado entonces no estaba tan globalizado y que su precio de venta superaba al de un Aston Martin. Aun así, fue un pionero y no merece ser olvidado, sino recordado como tal.