Este fue el primer coche de Mazda: poca potencia... pero poco peso

Mazda R360 Coupe

Victor Delgado

Su recuerdo perdura en el MX-5.

El primer coche de Mazda tiene un nombre. Bueno, mejor dicho, el primer coche para pasajeros. La cuestión es que se llama Mazda R360 Coupe. La firma japonesa lanzó este modelo hace ya casi 60 años, en la década de los años '60. Sin embargo, hay un dato curioso: tenía una filosofía de conducción que aún perdura en Mazda, y no hay muchos fabricantes que puedan presumir a día de hoy de mantener sus raíces debido a los vaivenes de la industria de la automoción. Fue un pionero y por eso se merece que lo repasemos.

El Mazda R360 Coupe fue el primer coche de Mazda

Así es, el Mazda R360 Coupe fue el primer coche de pasajeros de Mazda, un vehículo del que se puede decir que hizo historia. Porque la verdad es que fue un triunfazo para la firma nipona, tuvo un éxito casi sin precedentes. Se vendieron unas 4.500 unidades de este modelo, convirtiéndose así en el más matriculado de la marca. Pero no vayas a pensar que fue por casualidad: tenía argumentos de sobra para convencer a sus potenciales clientes.

Unos potenciales clientes que eran, en su gran mayoría, gente joven. El Mazda R360 Coupe era un coche divertido, tanto de imagen como de conducir. Considerado como un kei car por sus dimensiones exteriores, es una berlina de dos puertas que, llámame loco si quieres, pero me recuerda (teniendo en cuenta la diferencia en sus formas) al BMW Isetta que tenía Steve Urkel en 'Cosas de casa'.

Mazda R360 Coupe

Algo que me parece tremendamente llamativo es que su carácter se refleja en el Mazda MX-5 que se vende ahora mismo. Poco peso y una conducción ágil, que estimulaba a quien lo llevaba. Para ello contaba con un único motor de gasolina similar al de una motocicleta por sus dos cilindros en V. Este entregaba 16 CV, y aunque puede sonara a broma ahora mismo, para el momento en el que se comercializó era más que suficiente. Era capaz de alcanzar los 90 km/h de velocidad máxima, nada mal para un coche de esas características.

No obstante, lo mejor de todo es que el peso del Mazda R360 Coupe era de 380 kg. Lo conseguía, entre otras cosas, gracias a una luneta trasera fabricada en plexiglás, a una aleación de magnesio para la caja de cambios o a un capó trasero de aluminio. La clave era recortar peso de donde fuese, algo que les sigue funcionando a los japoneses para ofrecer coches de lo más excitantes. ¡Y que así sigan por mucho tiempo!

Etiquetas: coches clásicos