Esta es la sorprendente pijada con la que Volkswagen ha copiado a Rolls-Royce

Volkswagen Arteon R-Line
Bueno, molar mola.

Volkswagen es una marca (y un grupo) que siempre apuesta por la innovación y por la máxima tecnología, desarrollando el futuro del automóvil en sus tripas. Sin embargo, a veces copiar puede se una opción, especialmente si hablamos de detalles de súper lujo a los que no están muy acostumbrados. Los nuevos tapabujes dinámicos de Volkswagen son una copia de los usados por Rolls-Royce. Sí, para que el logo de la marca siempre este en el sentido correcto.

Vale, es una chorrada, pero mola. Es la típica cosa de la que cualquiera puede prescindir, pero desde la llegada del Rolls-Royce Phantom VII, que fue el primero en incorporarlo allá por el año 2003, todos los modelos de la marca británica lo han incorporado y se ha convertido en un emblema de lujo sobre cuatro ruedas. Bueno, quizás no sea para tanto, pero sí es algo que mola y es curioso. Y caro, claro.

Tapabujes dinamicos Volkswagen

En Rolls-Royce viene de serie, pero si pagas medio millón de euros por un coche, qué menos. En Volkswagen es diferente: se ha diseñado como un accesorio para algunos de sus modelos, en concreto para aquellos equipados con bujes del estándar 5G0601171XQI. Curiosamente, los modelos más lujosos de la gama no podrán llevarlo, como el Phaeton o el Touareg. Tampoco los más baratos.

El modelo en el que mejor casaran estos tapabujes dinámicos de Volkswagen será el Volkswagen Arteon, sin duda, el buque insignia sedán de la marca en estos momentos y uno de los modelos más 'cool' del fabricante alemán. Eso sí, si los quieres, tendrás que pasar por caja, ya que no son baratos. El primer precio que tenemos es de 156 libras en el mercado británico, por lo que fácilmente rondarán los 200 euros el juego de cuatro tapabujes dinámicos

¿Vale la pena comprarlo? Hombre, si eres un fanático de Volkswagen y quieres que la V y la W siempre estén perfectamente legibles tal como se puede ver en la imagen, entonces no hay duda: 200 euros es un precio más que razonable para un capricho del primer mundo.