Las mejores carreras de Ayrton Senna, el dios de la velocidad

Javier Prieto

No te pierdas esta selección con las míticas actuaciones del brasileño.

 Con las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1, queremos rendirle el tributo eterno que los aficionamos al motor le debemos. Y aunque ha sido muy complicado quedarnos con un reducido número de sus actuaciones más destacadas, hemos seleccionado los Grandes Premios de Mónaco 1984, Portugal 1985, Japón 1988, Brasil 1991 y Europa 1993.

Prepárate para disfrutar con un auténtico mito de la velocidad, quien al volante de los mejores bólidos de la historia firmó las carreras más recordadas de la especialidad.  Además, te ofrecemos un completo repaso a todos los monoplazas con los que participó en el Gran Circo.

Y por si todo esto te parece poco, recordaremos su épica participación en el GP de Brasil 1991 y también repasaremos unas imágenes alucinantes del GP de Mónaco 1990.  No es para menos, porque el astro carioca fue, además de uno de los corredores con más victorias de todos los tiempos y  mayor número de poles, uno de los más queridos y respetados en todo el planeta.

 

Mónaco 1984: exhibición asombrosa

Durante sus primeras cinco carreras en el Gran Circo, el brasileño ya había dejado muestras de su calidad. Dos sextos puestos en Sudáfrica y Bélgica así lo certificaban. Sin embargo, su actuación mítica en el GP de Mónaco 1984 con un humilde Toleman-Hart dejó al paddock con la boca abierta.

Senna realizó una exhibición de valentía y conducción en las inundadas calles del Principado que permanece en la memoria de todos los aficionados. Fue, sin duda, una de las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1.

La puesta de largo ante el mundo tuvo lugar bajo unas condiciones climatológicas terroríficas y en un circuito muy exigente y técnico. El carioca que partía desde la décimotercera plaza, comenzó a superar rivales desde la salida. Jamás se había visto a nadie con ese arrojo y talento para gestionar una situación tan delicada y extraordinaria. 

Mónaco 1984: La gesta de Ayrton Senna con un Toleman

Tras un accidente de Nigel Mansell, Alain Prost recuperó la cabeza de la carrera. Mientras, por detrás un joven y osado sudamericano seguía escalando posiciones. En una de esas maniobras, que se produjo en la recta principal, le pegó un hachazo memorable por el exterior a Niki Lauda.

Senna ya tenía en el punto de mira la cabeza de la prueba. E inició una persecución despiadada sobre Prost recortándole ¡4 segundos por vuelta! El francés tenía muy presente en su mente las imágenes del terrorífico accidente sufrido por Didier Pironi en el GP de Alemania 1982 en mojado.

Mientras, las nubes, en forma de diluvio, añadían más dramatismo. El asfalto estaba inundado y las condiciones de visibilidad eran mínimas. Finalmente, la carrera se suspendió, otorgándole la -inmerecida- victoria al galo, lo que enojó a Ayrton.

De todas formas, su carta de presentación en el Principado deslumbró a todos. Nada sería igual a partir de entonces porque aquel día nació una estrella del automovilismo cuya memoria está muy presente.

 

Portugal 1985: el dios de la lluvia

Tras su fugaz paso por la escudería Toleman en 1984, Senna había fichado por Lotus para la siguiente campaña. Y el paulista tenía prisa por sumar el primer triunfo de los 41 que lograría en su vida.

De hecho, solo fue capaz de esperar hasta la segunda escala del certamen para lograrlo. Sucedió en el GP de Portugal 1985 que tuvo lugar en el Circuito de Estoril. En la jornada del sábado el joven brasileño había inaugurado el palmarés de sus 65 poles, mostrando sus cartas para el día siguiente. Y así fue.

El domingo 21 de abril amaneció lluvioso en el autódromo luso, cuyo asfalto fue empeorando a medida que arreciaba la lluvia. Sin embargo, Senna demostró sentir como pez en el agua bajo esa cortina de agua. Y mientras otros rivales con mecánicas muy superiores, pugnaban por mantenerse en pista o se salían de ella. él navegaba a toda máquina con su Lotus 97T.

GP Portugal 1985 : Ayrton Senna venció en Estoril y se conviertió en el dios de la lluvia

Cruzó la meta con más de un minuto de ventaja sobre el Ferrari de Michele Alboreto, segundo clasificado. Y a partir de esa plaza, ¡dobló a todos los rivales! Después de estas cifras, nadie puede dudar que aquella fue una de las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1

Por cierto, Ayrton manifestó que la visibilidad había sido prácticamente nula y mucho peor que en Mónaco 1984. Después de esta gesta se corono como el dios de la lluvia en otra de trono que nadie ocupó en su reinado. 

 

Japón 1988: remontada épica y título

Todo el paddock era consciente de que en Suzka se podía vivir una de las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1. Por eso mismo, las tribunas con unos fans entregados estaban a rebosar. Sin embargo, en la salida del GP de Japón 1988 a Senna se le caló su McLaren y primera posición.

Senna logró su primer Mundial en el GP Japón 1988

No obstante, tuvo la suerte y la sangre fría de aprovechar la inercia de la bajada de la recta de Suzuka para arrancar su MP4/4. A partir de ahí comenzó una remontada brutal desde el décimo cuarto puesto.

En el segundo giro ya era sexto y en el undécimo, tercero. Soñaba con dar alcance y rebasar a Alain Prost. Y lo consiguió en la vuelta número 28 gracias al tráfico en la pista y a su determinación. Aquel 30 de octubre conquistó el primero de sus tres títulos.

Brasil 1991: triunfo y éxtasis en casa

A pesar de ser bicampeón del mundo, tenía una espinita clavada: jamás había subido a lo más alto del podio ante sus paisanos. Pero esa estadística cambió para siempre en el GP de Brasil 1991. Ese año llegó con la firme determinación de terminar con su mala racha en casa. Desde 1984 había corrido ante su gente en siete ocasiones, siendo un segundo lugar en 1986 su mejor resultado.

Aquel 24 de marzo de 1991, segunda parada del curso, partió desde la pole que mantuvo en la salida. Todo hacía presagiar una plácida victoria. Sin embargo, el destino no se lo puso fácil. El Williams FW14 de Mansell se acercaba a los dominios del ídolo local, recortándole tiempo.

Y para colmo de males, el McLaren MP4/6 de Ayrton sufría un problema en la caja de cambios. Dicha avería le habría supuesto la retirada a cualquier otro corredor, pero no a Senna. Condujo un gran número de giros sólo con la sexta velocidad, algo que muchos colegas no se explican cómo pudo hacerlo.

GP Brasil 1991: Éxtasis en las gradas

Se llevó el triunfo, aunque estaba exhausto por el esfuerzo físico y por la tensión emocional que tuvo que soportar. Nada más cruzar la línea de meta tuvo que ser asistido por los médicos y en el podio apenas podía tenerse en pie.

La multitud vibró en las gradas con otra de las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1 y coreó el nombre de su héroe. No te pierdas el vídeo, se te pondrás los pelos como escarpias.

 

Donington 1993: La mejor vuelta en mojado

Se suponía que la temporada de 1993 iba a ser un paseo militar para los Williams, bólidos muy superiores al resto de la parrilla. Por eso el franchute Prost se las prometía muy felices -acabaría ganando el Mundial-. Sin embargo su enemigo íntimo se lo puso a poner muy difícil con un monoplaza netamente inferior.

Con ese panorama se llegó a la segunda parada de la temporada, el GP de Europa 1993. El tortuoso y traicionero Circuito de Donington acogía la primera -y la última carrera- de F1.

El jueves previo a la carrera se organizó una jornada de pruebas para que los corredores pudieran adaptarse a ese asfalto resbaladizo.

Y la cosa no fue muy bien porque se registraron ¡15 salidas de pista! Ese dato es muy revelador de la dificultad que les aguardaba tres días después y bajo un diluvio universal.

GP Europa 1993: Ayrton Senna firmó en Donington la mejor vuelta bajo la lluvia de la historia

Con el semáforo en verde, Senna perdió una plaza en beneficio de Karl Wendlinger tratando de adelantar a Michael, cayendo al quinto lugar. Pero a partir de entonces, el tricampeón realizó la mayor exhibición en una vuelta sobre mojado que se recuerda.

Se quitó de un plumazo a los cuatro pilotos que le precedían: Prost, Hill, Schumacher y Wendlinger. El público presente en el vetusto autódromo inglés no daba crédito a lo que veía. El coche rojiblanco -qué bien le sientan esos colores a las gestas deportivas- parecía rodar con slicks en seco.

Aquel día y durante unos 4 kilómetros legendarios, el mito desplegó toda su magia. Evidentemente, ganó y lo que es más importante, quedó para la posterioridad otra de las mejores carreras de Ayrton Senna en la F1. Imposible olvidarse de él. Sempre Senna.

Etiquetas: F1, Ayrton Senna