7 reglas absurdas que impuso la Fórmula 1 y luego terminó eliminando
El secuestrador de la suegra de Ecclestone fue... el piloto de su helicóptero
El Señor Ecclestone y compañía suelen estar siempre en el centro de todas las miradas. Bien sea porque le secuestran a la suegra, por sus llamativos matrimonios o por las normativas que intentan introducir en la competición para hacerla más atractiva. Con desastrosos resultados, casi siempre. En el artículo de hoy te dejamos siete reglas absurdas que la Fórmula 1 impuso y luego terminó eliminando por su ineficiencia.
Que las distintas ramas del automovilismo actual no tienen el atractivo de antaño no es nada nuevo, y ninguna se salva: rallyes, turismos, resistencia y, por supuesto, la Fórmula 1. Los enormes avances realizados en las máquinas que toman la salida en cada carrera sumados a la profesionalización de la figura del piloto -que cada vez más es un deportista de élite en lugar de un zumbado loco por el olor a gasolina y el rozar la guadaña de La Parca en cada curva- han convertido la competición en un deporte muy técnico, complejo para el aficionado y tremendamente caro. Y más aburrido.
Por eso las distintas organizaciones intentan, con mayor o menor fortuna, introducir nuevas reglamentaciones orientadas a maximizar el espectáculo para conseguir hacer rentables unas disciplinas a las que les cuesta mucho trabajo fidelizar seguidores. En el caso que nos ocupa hoy, puedes ver unas cuantas reglas absurdas que la Fórmula 1 impuso para después terminar suprimiendo -e incluso, borrando del mapa antes de que entraran en vigor-.
Pocas cosas quedan que puedan entretener al espectador como las alocadas carreras de antes, salvo las competiciones de rallycross, la fórmula Súper V8 australiana o la NASCAR. Sí, la NASCAR, que bien entendida -y explicada- resulta de lo más entretenida para los espectadores. Te dejamos que veas las siete reglas absurdas que la Fórmula 1 impuso y después eliminó. Nosotros nos vamos a poner unas cintas VHS con competiciones de los 70, 80 y 90. Y a llorar. Mucho.
