¿Es este el futuro? Eso parece: este que estamos probando es uno de los 100 prototipos de BMW iX5 Hydrogen que han sido enviados a todos los rincones del mundo para probar la tecnología.

Este SUV de hidrógeno puede parecer un BMW X5 sin más, pero en realidad bastante avanzado si lo miras en profundidad, más allá de los detalles en azul o las enormes pegatinas en el lateral del coche.

Para crear el X5 de hidrógeno, BMW llevó algunos X5 PHEV recién salidos de fábrica al departamento especializado en prototipos (el FIZ, en Múnich), los desmontaron y colocaron pilas de combustible de hidrógeno en su interior. 

En el espacio donde estaba la batería y a lo largo del túnel de transmisión colocaron depósitos de hidrógeno presurizados (suficientes para 6 kg de hidrógeno a 700 bares, lo que significa una autonomía de 504 km WLTP).

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BMW iX5 de hidrógeno (6 imágenes)

Su funcionamiento es aparentemente sencillo: el hidrógeno en estado gaseoso y el oxígeno de la atmósfera se mezclan alrededor de las membranas de la pila de combustible, provocando una reacción que produce electricidad y agua. Parece fácil, pero no lo es. 

Tampoco es barato: de salir a la venta, podrías esperar que un BMW iX5 Hydrogen pudiera costar bastante más de 100.000 euros (ahora, un X5 xDrive50e cuesta unos 98.000 euros).

La otra novedad es la batería de alta capacidad de carga y descarga: BMW nos ha contado poco sobre esta tecnología, pero el coche funciona como un coche híbrido en cuanto a frenada regenerativa. 

En circunstancias normales, el coche funciona con 170 CV de la pila de combustible, pero puede recibir otros 230 de la batería para una potencia total de 401 CV durante un breve periodo de tiempo. En esa situación, el coche pasa de 0 a 100 km/h en menos de seis segundos. 

¿Y cómo se conduce un BMW iX5 Hydrogen?

Lo puedes imaginar: igual que un coche eléctrico. El X5 es pesado y grande, pero en marcha todo eso lo disimula muy bien. En BMW aseguran que han mantenido el peso del iX5 de pila de combustible al mismo nivel que el X5 xDrive50e (unas 2,5 toneladas), así que todo sigue igual.

Bueno, igual no, porque tienes esa sensación de que conduces el futuro de los combustibles y de que puedes disfrutar de todas las prestaciones de un sistema de propulsión eléctrico sin tener que preocuparte por la autonomía. 

Una de las principales ventajas es que el hidrógeno no se ve afectado por el frío, por lo que también puedes recorrer esos 500 km en invierno o a pleno verano porque el sistema de climatización tampoco afecta de manera decisiva a su autonomía y, además, lo puedes repostar en el mismo tiempo que un coche de gasolina.

¿Realmente va a funcionar el hidrógeno? 

En BMW están convencidos de ello y la prueba está en que estos prototipos no se han desarrollado con los restos de otros departamentos. Pero también aseguran que no van a dejar de investigar y desarrollar las baterías. 

Y es que hay ciertos sectores en los que las baterías simplemente no funcionan y empezaremos a ver el hidrógeno en autobuses y camiones antes de que la tecnología se generalice en los turismos.

Uno de los principales inconvenientes hoy por hoy es que crear hidrógeno limpio a gran escala sigue siendo un reto, pero el sueño es tener un montón de paneles solares trabajando al máximo en algún lugar soleado como Oriente Medio creando hidrógeno que pueda enviarse a todo el mundo. 

La ventaja: es muy fácil mezclarlo con otras cosas, así que los genios de la tecnología que hay detrás del iX5 pueden prever un escenario en el que el exceso de energía renovable en un país podría utilizarse para crear hidrógeno y enviarlo a otros lugares a través de los gasoductos de gas natural existentes, que son compatibles. Una locura.

¿Cuándo se podrán comprar los iX5 de hidrógeno?

Respuesta corta: nunca. Pero siempre que todo vaya bien con las pruebas, el equipo de hidrógeno de BMW ya está trabajando internamente en el desarrollo de un futuro modelo de producción que, casi con toda seguridad, será el X5 de nueva generación.

Además, ahora repostar hidrógeno sería un problema: ya hay 105 estaciones de hidrógeno en Alemania (frente a las seis de España). La Unión Europea ha ordenado una estación de hidrógeno cada 200 km en autopistas para 2030, así como en cada pueblo o ciudad de más de 100.000 habitantes.