Probamos el demencial Ferrari 812 Competizione

Prueba Ferrari 812 Competizione

Una de las mejores despedidas de un motor

El protagonista de esta prueba, el Ferrari 812 Competizione, puede ser, posiblemente, el representante del final de una era, el último automóvil de producción de Ferrari con un V12 atmosférico

No importa cuántas veces lo preguntamos durante la presentación en Fiorano: los ingenieros, vestidos de Puma, esquivaron la pregunta como políticos: nos guste o no, sabemos que hay una fecha de caducidad de los V12, pero no sabemos cuándo llegará.

El 812 Competizione es la versión mejorada y refinada del 812 Superfast, un GT biplaza con un doce cilindros delantero de 800 CV. La versión Competizione es más potente, 830 CV, y rápido: hace el 0 a 100 en apenas 2,85 segundos.

No solo eso. Es la continuación de una estirpe peligrosa y fascinante: la de los Ferrari V12 con motor delantero y tracción trasera inspirados en las carreras. Empieza con el increíble 599 GTO y sigue con el psicótico F12tdf (lee la estresante prueba aquí). Ambos requieren de una valentía importante para domesticarlos y la evolución más reciente no es menos intimidante.

Con solo mirarlo lo intuyes. Es cruel, anguloso y amenazante. Una representación técnica y visual criada al calor del programa XX, el más exclusivo de todos los que hay; uno al que solo pueden acceder los propietarios más especiales. Si te parece una versión modernizada y del carreras 599XX, estás en lo cierto. Porque básicamente lo es. 

¿Que el V12 era inmejorable? Aquí hay más

El V12 que anima al coche de esta prueba es el mismo bloque de 6,5 litros que anima  al 812 Superfast normal, pero los componentes internos se han refinado y destilado para obtener un mayor rendimiento. 

Los pistones han sido rediseñados, las bielas de titanio son un 40% más ligeras, mientras que un revestimiento de carbono tipo diamante (DLC) cubre los pasadores del pistón. 

Hay árbol de levas un tres por ciento más ligero, nuevas culatas, tecnología F1, un sistema de admisión rediseñado (en el colector y el pleno) y geometría variable.

Mejor que eso, la línea roja se eleva a las 9.500 rpm que se gestionan a través de una caja de cambios de doble embrague de siete velocidades que manda la fuerza a las ruedas traseras.

El Ferrari 812 Competizione pesa 38 kg menos que el 812 Superfast. Pero aparte del menor peso, la aerodinámica tiene mucha importancia: las simulaciones mostradas en la presentación técnica antes de saltar a probarlo lo dejaban bien claro.

La carrocería genera un 30 por ciento más de carga aerodinámica frontal que el Superfast y puedes ver de dónde sale, ya que hay generadores de vórtice en todas partes. 

Prueba Ferrari 812 Competizione

Top Gear

Lo más destacado en esa nueva placa trasera de carbono que reemplaza a la luneta trasera. También hay tres pares de bumeranes de carbono que difuminan el flujo de aire y hay un spoiler más alto y grande. ¿Ese añadido en el centro del panel de carbono? Una cámara de visión trasera, como un modelo de la serie XX.

La gestión del aire también es clave para enfriar ese V12. En los laterales del parachoques delantero se encuentran dos enormes "receptores de aire" que llevan la mayor cantidad de aire fresco posible al motor y los frenos. 

Más arriba, un airblade de carbono no solo acorta visualmente el capó para darle un aspecto más agresivo y menos GT, sino que también extrae calor mientras que desvía el aire sobre el techo y hacia los lados. 

También hay una cuarta función, lo que Ferrari  llama una "decoración 3D", ya que imita la famosa decoración del equipo belga Ecurie Francorchamps. ¡Menudo homenaje!

Quizás te estés preguntando para qué sirven esas tres ranuras horizontales detrás de la rueda trasera. Bueno, son un guiño a los Ferrari del pasado, con el F12tdf como el más cercano en el tiempo

Pero, de nuevo, son funcionales, alivian la presión en los pasos de rueda y al mismo tiempo ayudan a alimentar el aire del monstruoso difusor trasero. 

¿Cómo es en marcha? Empieza lo grande

Prueba Ferrari 812 Competizione

Top Gear

Vamos con la prueba del Ferrari 812 Competizione. Liberar los 830 CV es una experiencia casi espiritual. Este V12 es incluso mejor que el 812 de serie, que a su vez ya tiene más carácter, alma y rendimiento que sus rivales de doce cilindros de los Aston Martin DB11 y Lamborghini Aventador.

No solo produce una velocidad brutal, sino una sinfonía de ruido e ira como ninguna otra. El indicador de revoluciones se desplaza hasta el punto más alto de cualquier Ferrari V12 hasta el momento. Como experiencia, realmente no hay nada como eso.

Las cifras acompañan: 0 a 100 km/h en 2,85 segundos, 0-200 km/h en 7,4, alcanza una máxima de de 340 km/h y puede dar una la vuelta a Fiorano en 1 minuto y 20 segundos, a tres décimas de un LaFerrari. 

Los Ferrari más rápidos en dar una vuelta a Fiorano

Lo más difícil es conseguir que un deportivo como este sea ágil y estable en las curvas rápidas. Y desde la salida de la curva uno de Fiorano, a través de su sección rápida hasta la gran zona de frenado antes del puente, el Competizione es espectacular y estimulante.

La dirección te proporciona una información deliciosa, mientras que la fuerza aerodinámica se convierte en tu amiga invisible a la hora de gestionar las fuerzas G que castigan tu cuerpo

Además, tienes ese motor pidiendo más, una caja que te lanza cambios con precisión, vigor y velocidad y unos frenos que carecen de mordida en la zona más extrema, pero que pueden hacerte vomitar hasta los pulmones.

¿Una salvaje máquina de circuito?

Es curioso, pero estás ante un superdeportivo extrañamente suave y utilizable en comparación con otros centrados en la pista. Los desarrolladores e ingenieros de Ferrari hicieron esto a propósito, por eso aparece esa especie de flexibilidad en la parte superior del pedal del freno.

La suspensión no está hecha únicamente para los mejores asfaltos y hay dos neumáticos disponibles: un Michelin Cup 2 R para uso en pista y unos Pirelli P Zero más amigables para ir a por el pan

Prueba Ferrari 812 Competizione

Top Gear

Antes de seguir, un detalle sobre los Michelin: necesitan estar calientes para trabajar. De lo contrario, el coche no funcionará: la parte delantera querrá seguir su camino, la luz de tracción dará el espectáculo y terminarás asustado y volviéndote a casa cabreado

Así que ponles un poco de calor y descubrirás que el agarre es espectacular gracias a esos neumáticos frontales de 275 de sección capaces de manejar todo ese peso en la parte delantera y meterlo en curva con un poco de subviraje y una precisión increíble.

El verdadero as que Ferrari tiene bajo la manga es su manejo de la electrónica. Parece que en Ferrari se tomaron muy en serio las críticas lanzadas a la parte trasera F12tdf. 

Ahora aparece un diferencial inteligente y una nueva dirección en las cuatro ruedas. Donde el tdf tenía la primera generación de la distancia entre ejes corta virtual de Ferrari, el 812 Competizione ha avanzado a la etapa donde las ruedas traseras tienen mente propia.

Ahora ajustan individualmente la convergencia para ayudar a estabilizar el automóvil o las rotan para que la parte delantera minimice el subviraje. Es una locura.

Un apunte sobre el Side Slip Control

Fue lanzado por primera vez en el 458 Speciale y quizá podamos llamarlo 'modo Hold My Beer'. 

Los sistemas de Ferrari no son como los demás: no solo hacen que se puedan usar 830 CV en las ruedas traseras (en el modo Race pisas a fondo antes del vértice y simplemente dejas que la electrónica maneje todas las cosas peligrosas), sino que también te entretiene, dándote más potencial al coche con cada giro del manettino.

Pero no te envalentones, porque el 812 Competizione de esta prueba está deseando reírse un poco del pobre conductor al que se suban los humos. No le gusta que lo provoquen ni lo empujen. 

Pásate de la raya cuando no tengas una buena red de seguridad alrededor y te mostrará rápidamente el camino más rápido hacia el guardarrail. Pero si te dejas involucrar y le muestras respeto, es sorprendentemente manejable y entretenido. Bueno... en una pista seca con neumáticos calientes.

Nuestro veredicto

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