Prueba: Mercedes CLS 350d 4Matic

Prueba Mercedes CLS 350d 4Matic

Miguel Lorente

Entra y ponte cómodo, muy cómodo

Me voy a sincerar desde el inicio y te voy a contar cómo me sentí al afrontar la prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic del que hoy te hablaré. ¿Recuerdas aquel dibujo del meme que lucía monóculo, sombrero de copa y bigote enrollado que simula indiferencia ante las minucias de la vida? Pues como si me hubiera disfrazado de aquella guisa me sentía yo. 

Para poder probar un coche nuevo, entiendo que hay que meterse en el papel del que quiere comprar ese automóvil, y para poder hacer una prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic como debe ser, hice lo que tantas veces hemos escuchado a los actores cuando se enfrentan a los personajes más complicados o antagónicos de sus carreras: simular ser quien no eres, en mi caso, el potencial cliente para un coche así.

Prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic: exterior e interior

El Mercedes CLS 350d 4Matic que ves en las fotos, muestra el nuevo diseño que presentan los vehículos de nueva cuña de Mercedes: frontal más afilado gracias a unas ópticas más angulosas, parrilla central donde destaca el gran logo de la marca flanqueada por dos 'alas' metálicas y generosas tomas de aire. La eterna vista altera goza de unos pilares A y C con caídas muy progresivas y prolongadas que le aportan una sensación de fluidez contra el aire y un dinamismo propio de los modelos deportivos que se acrecenta gracias a las enormes llantas de 20 pulgadas. La zaga, se comprime en el centro de la misma, en un pequeño espacio que va desde la discreta protuberancia que hace de alerón y la línea de apertura del maletero con dos pilotos que se dividen cada uno en dos secciones para mejorar la boca de carga de un buen maletero.

El brillante e intenso color rojo cereza, o granate avinado, según se interprete, junto con la grandísima longitud del coche (cinco metros menos 12 insignificantes milímetros -4.988mm-) hacen girar cabezas a su paso, de verdad, es un Mercedes con el que la gente se te queda mirando, incluso, más que con otros vehículos más deportivos pero menos llamativos, como pude comprobarlo durante la prueba del Mercedes-AMG GLC 63 S 4MATIC+.

Ahora llega lo mejor de la prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic, el interior. El habitáculo. El lugar donde te querrás quedar a vivir. De verdad. He estado en pocos sitios donde me he sentido taaaaaaaan cómodo como allí. El derroche de lujo, la opulencia materializada, la comodidad como bandera y el cuidado por sus ocupantes es brutal.

El uso de materiales nobles, maderas, cueros, metal... no se escatima en nada y menos se deja al azar. Todo tiene un gusto exquisito.

Lo único que no termina de convencerme es la iluminación (adicional) interior, esos juegos de luces de leds que cambian cual letrero de neon luminoso de 'bar' de carretera... no pega, la verdad, pero puedes sobrevivir con ello incluso cuando abres el vehículo en la distancia y ves el juego de luces exteriores (psicodélico) e interiores (estrambótico) pero, para mí, sobra en un coche con una clase como éste.

Pero que algo totalmente secundario no empañe las impresiones que me he llevado tras prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic.

Retomo sus bondades. Desde el momento en que abres la puerta, el habitáculo exporta lujo: la visión de una tapicería de cuero en color crema, a juego con todo el salpicadero, paneles de las puertas, 

Te sientas, te aplomas en la butaca del conductor, mejor que la de casa, mejor que la del cine, mejor que las de relajación que hay en los centros comerciales y funcionan con monedas de un euro, porque estos asientos del Mercedes te dan masajes. Y qué forma de dar masajes.

Además de poder elegir una sesión de fisioterapica robótica (una especie de émbolos se elevan y se esconden en la banqueta y respaldo para presionar, según el tratamiento elegido), existe la posibilidad de aplicar una especie de tratamiento integral 'cuerpo y mente' ya que aparecen, en la configuración del vehículo, los modos de Confort Energizing que, además de emitir una música ajustada al estilo - Frescor, Calor, Vitalidad, Ambiente placentero... - y ajustar el color de la iluminación interior (sí, ésa que no me acaba de gustar) activa la ventilación, calefacción o regulación del masaje escogido.

En serio, si tienes oportunidad de hacer la prueba a un Mercedes 350d 4Matic como éste acompañado, activa sin avisar alguno de los modos o masajes de tu acompañante y observa cómo su cara pasa del susto, a la sorpresa, al placer...

El volante, obra maestra, pieza que no quieres soltar, no solo durante la conducción sino cuando estás por estar dentro del coche, que también viví el tener que estar haciendo tiempo más de hora y media dentro del coche. Aparcado, con el techo solar descubierto, acaricias el volante, lo tocas, lo sientes... juegas con cada uno de los pequeños touchpad, uno en en cada rama, que permiten el manejo total del nuevo Mercedes-Benz User Experience, más conocido por sus siglas MBUX, que permite gestionar prácticamente todo el coche (o todo aquello que pueda configurarse al gusto del usuario) desde la posición del conductor gracias al nuevo sistema en dos enormes pantalla de 26 cm de largo, una directamente tras el volante con virtual cockpit y una segunda que es táctil (¡bien!) que preside la consola central. 

La visualización de estas pantallas es tan amplia, que podrías hacer una diferente cada día del año y no repetirías (te aconsejo la que muestra la respuesta del motor cuando salgas desde parado o a una vía rápida y luego me cuentas si no resulta emocionante ver la aguja del par motor hasta los 600 Nm que ofrece este propulsor).

Este coche merece disfrutarlo con una buena dosis de jazz con un piano de protagonista, un buen contrabajo que apoye a una batería dinámica pero sin que se coma los golpes de la mesa con teclas y cuerda... 

 

Te decía, me metí en el papel de persona acomodada económicamente, capacitada para pagar el precio del Mercedes 350d 4Matic, que parte de los 77.500 euros y que, con un arsenal de extras como el que llevaba la unidad de prueba, resulta justificable cuando disfrutas así del coche, porque lo disfrutas. Es un espacio de 10.

Lo disfrutas en parado y en movimiento.

Prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic: en movimiento

Como te decía, es un coche enorme de largo, no tanto de ancho (1.890 mm), con una distancia entre ejes de casi 3 metros lo que, a veces, te da la sensación de conducir un autobús (como si alguna vez hubiera conducido uno) pero que esto no te suene algo negativo, para nada, es dinámico. 

En ciudad se mueve muy bien entre el tráfico, haciendo glorietas pequeñas o pistas de atletismo para coches, en calles de interesecciones perpendiculares le cuesta algo más por su tamaño y su mayor problema es encontrar aparcamiento (acostumbrado a mi utilitario diario, mi Citroën Saxo VTS, necesitaba casi 'dos Saxitos' de hueco para aparcarlo). Pero, si te puedes gastar casi 80.000 euros, seguro que tienes tarjeta VIP de los parking de pago de las ciudades donde sueles ir. Peccata minuta.

En carreteras rápidas el coche es un tanque que resulta ligero, porque, a pesar de sus 1.935 kg, su motor aprovecha muy bien los 286 CV y, gracias a sus modos de conducción dentro del Dynamic Select (Individual, Comfort, Sport y Sport+) se ajusta su respuesta, la del tren de rodaje, la de la dirección y la del ESP al gusto del conductor según el momento de la conducción.

Sinceramente, los menos de 6 segundos que tarda en hacer el 0-100 son secundarios aquí, solo sabes que, si tienes que salir con seguridad a carretera, pisa el acelerador. Si quieres adelantar en carretera secundaria, pisa el acelerador. Si quieres viajar a un ritmo alegre, pisa el acelerador cuando quieras, ahí tendrás el bloque de seis cilindros en línea de 2.925 cc alimentados por gasoil que siempre respaldará tus decisiones y que transmitirá su poderío a cuatro neumáticos como cuatro rodillos suponiendo un gasto medio de carburante mixto, al final de la prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic, de 5,9 litros a los 100 km.

Es un coche al que confiar la selección de la marcha de la caja de cambios (automática de 9 velocidades), soberbia. Puedes accionarla con las levas tras el volante, pero no lo hará mucho antes ni después que lo harías tú ya que tiene una adaptación al ritmo de la conducción que te deja con una sonrisa.

Tuve la suerte de equivocarme por una secundaria y acabar en ninguna parte en el hermoso Mirador de Pelegrina, donde, por cierto, coincidí con un Lotus Exige 430, ¡mamma mía! y entendí perfectamente el motivo por el que eligió esa carretera, pero no era para un buque como el que yo capitaneaba, a pesar de que, gracias al buen apoyo que hace del peso, se defiende decentemente pero me permitió sacar otras conclusiones, sobre todo en cuanto a la suspensión: todo lo cómoda y eficaz que se comporta en calzada lisa y de buen firme, se le atraganta en las carreteras más abandonadas e irregulares, la sensación de estar saltando en un castillo hinchable durante unos buenos cuantos kilómetros fue algo que restó comodidad a la marcha, mía y de mis acompañantes.

En cuanto al dinamismo del coche, gracias a este momento en la prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic, lo hubiera evaluado con un 9, pero este episodio me resultó desagradable, bajando la puntuación hasta el notable del 8.

Prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic: conclusión

Las matemáticas no fallan y, antes de tanto ítems de evaluación escolar, las notas trimestrales o finales se hacían sumando calificaciones de los exámenes.

En este caso, la nota de la prueba del Mercedes CLS 350d 4Matic sale de la que le puse al interior, un 10, y del 8 del comportamiento en movimiento, que como maestro de escuela le doy de media final un 9. Un soberbio sobresaliente para un coche de coste elevado pero justificable, que aporta unas dosis tan exageradas de lujo y confort al volante que compensan los aspectos menos agradables de este extraordinario coche.

Tienes toda los datos técnicos del Mercedes CLS 350d 4Matic en nuestra sección de fichas.

Nuestro veredicto

9