Prueba: Subaru BRZ 2017. Trasera, manual, atmosférico :)

Coupé de propulsión de la vieja escuela. Qué podría salir mal

La prueba del Subaru BRZ 2017 me ha reafirmado en una cosa: propulsión, manual y atmosférico son tres palabras que van de maravilla juntas, sobre todo si se mezclan en una coctelera con ingredientes como una carrocería coupé.

¿Quiere eso decir que el nuevo BRZ 2017 es perfecto? Sí y no. No es perfecto porque es pequeño, es incómodo (relativamente), hace ruido, consume... Te haces a la idea. Pero a la vez es perfecto. Porque el deportivo japonés tiene una razón de ser muy clara: hacerte feliz mientras disfrutas de una carretera de montaña. Y para eso necesita ser pequeño, hacer ruido, ser incómodo... 

Ideal para conducir por las mejores carreteras de Europa

En marcha notas que es un animal de la carretera, siempre que sea autopista. En línea recta se aburre a la misma velocidad a la que tú. No es que no corra, pero sí es rumoroso. Un viaje corto lo haces de mil amores, pero un Vigo-Barcelona te acabará dando pereza. Pero sácalo en la primera salida y entenderás de qué va todo. Reduce de sexta a tercera, pasa de 4.000 rpm y de repente un arco iris aparecerá en el horizonte. En serio.

Subaru BRZ: a prueba de curvas

Para empezar, su centro de gravedad es bajo, por lo que sin querer te vas a descubrir enlazando curvas como si estuvieras montado en un coche de 'slot'. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el calzado del coche: unos Michelin Premacy. Sin embargo, tras la prueba del Subaru BRZ 2017 puedo decir que no me han molestado en absoluto, a pesar de que sobre el papel le pegarían más unas gomas del estilo de los Michelin Pilot Sport 4S.

De todas formas, el set-up del coche lo hace progresivo y obediente. Si quieres, puedes activar el ESP en modo Track, que es bastante permisivo, pero la verdad es que no merece la pena hacerlo en carretera abierta. Hazte unas tandas y disfruta acelerando a fondo el BRZ en este modo Track: verás cómo sientes que llega al límite de adherencia, cómo empieza a deslizar y cómo, con un poquito de gas y volante, todo vuelve a su lugar. Si no es así, el control de estabilidad devuelve todo a su lugar. Y si lo desconectas, todo eso lo tienes, pero multiplicado por mil. Siempre con las buenas maneras de un coche bien educado... ¡y siempre sin olvidar que esto es el mundo real y no la PlayStation!

Si solo quieres conducir y disfrutar, te vas a topar con un eje delantero obediente. Puedes entrar con la confianza de que las ruedas van a seguir la línea que les marques gracias a un buen trabajo de las suspensiones y a la dirección. Es dura y puede suponer un coñazo engorro a la hora de maniobrar en ciudad o aparcar, pero lo cierto es que entre curvas te regala dos de los bienes más preciados: rapidez y precisión. 

Un amigo, un siervo, un hermano gemelo: Toyota GT-86 2017

Para terminar la prueba del Subaru BRZ 2017, tengo que hablarte del motor. Parece que el cuerpo pedía que el Subaru BRZ 2017 montara un turbo para darle un poco de vidilla a esos 200 CV, aunque un BRZ Turbo no va a llegar a ningún sitio. Tampoco importa. Es cierto que en la zona baja está un poco vacío. Pero según ganas revoluciones la cosa cambia. A partir de 3.500 empiezas a sonreír; a 4.000 ya tienes la sonrisa en la cara y, desde las 5.000, todo cobra sentido. Todo. Al menos hasta que el led luminoso parpadea cuando llega el momento del cambio... o de lo que quieras, porque es programable. Sin duda, uno de los mejores coches nuevos que llegan en 2017. Y de los más divertidos, también.

Nuestro veredicto

8