Prueba: 3.200 kms por Europa en el nuevo Ford Focus RS

TopGear se sube al nuevo Ford Focus RS para recorrer más de 3.200 kilómetros a través de los Alpes... y ¡en invierno! Descubre cómo se ha portado esta fiera.

Una capa de lodo, sal y suciedad recubre casi la totalidad de la carrocería una vez terminado este largo viaje con el Ford Focus RS. Queda bonito así; son como ondas abstractas muy al estilo de TopGear. Cada partícula de suciedad es un trofeo ganado después de que tanto coche como conductor hayamos pasado un exhaustivo examen juntos.

El inicio de este largo viaje con el Focus RS

Rebobino en el tiempo, cuatro días exactamente. Estoy en la planta de Ford en Colonia, con el coche todavía goteando recién salido del túnel de lavado. Las mías son las primeras manos fuera del fabricante que tienen el privilegio de acceder al nuevo Ford Focus RS. Decido ser prudente: pongo el intermitente a la izquierda, miro a ambos lados y me incorporo a la carretera suavemente. Pero esto no puede durar mucho: me sé de memoria las especificaciones del coche, he visto demasiados vídeos virales y, en resumidas cuentas, soy muy consciente de lo que este coche es capaz de hacer... Llego a la primera rotonda, y al igual que el corcho de una botella de champán cuando se le quita el alambre, selecciono el modo de conducción ‘Drift’ y me pongo a disfrutar.

Ford Focus RS nieve big read

Hay una conclusión inevitable con el nuevo Ford Focus RS y no solo le viene dada por toda la publicidad que ha rodeado su lanzamiento o por la historia que ya atesora este modelo, sino porque las cifras son impresionantes. Por poco más de 40.000 euros tienes el motor del Mustang dispuesto a dar lo mejor de sí bajo tu pie derecho: motor de 2,3 litros y cuatro cilindros con 350 CV y 470 Nm de par motor. ¿La consecuencia? Un 0 a 100 km/h en solo 4,7 segundos. Pero no sólo eso; amortiguadores adaptativos, tracción integral y cuatro ruedas motrices que hacen que, por muy torpe que seas, casi puedas hacer cosas como cualquiera de tus héroes del WRC, como el Subaru Impreza WRX STI 2017 que ha hemos probado.

Es hora de iniciar este largo viaje con el Ford Focus RS, desde Colonia hasta las montañas por las que discurre el Rally de Monte Carlo. Por delante, rutas forestales, montañas heladas… Cualquier camino es bueno si sirve para evitar las aburridas autopistas. Y más con este coche entre mis manos.

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Con el modo 'Drift' podrás imitar a Ken Block.

Aún así no tengo mucho tiempo para detenerme, porque el calendario está más apretado que la política de inmigración de Donald Trump y hay muchos kilómetros que recorrer. Al poco de iniciar la marcha me doy cuenta de que no estoy cómodo en el asiento: voy demasiado alto y el volante no me queda a la altura adecuada para que hombre y máquina seamos uno. Si has conducido por ejemplo un Fiesta ST sabes de lo que te estoy hablando.

Luego está el diseño que, como casi todo, está sujeto a la percepción de los ojos de cada uno. A mí particularmente no me gusta mucho y creo que pierde personalidad con respecto a la generación anterior, a pesar de los nuevos alerones y tubos de escape. De todas formas, ¿dónde prefieres que se gaste Ford el dinero? En el diseño del coche o en perfeccionar y exprimir el motor. Hasta ahora me parece un dinero bien gastado: el motor responde al acelerador con un empuje lineal que inspira confianza y que lleva el limitador hasta las 6.800 rpm.

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Hemos recorrido más de 3.000 kilómetros a bordo del nuevo Ford Focus RS

Modo 'Drift' on

Llega la primera parada. Es el circuito de Nürburgring, a una hora de distancia de Colonia. La pista está cerrada en invierno, pero las carreteras que rodean el trazado nos servirán de prueba. De nuevo acciono el modo 'Drift' y desconecto el ESC para que todo quede en mis manos, con el 70% de la potencia en el eje trasero. Se acerca una curva a la izquierda y, en lugar de frenar, acelero apretando fuerte el volante: para mi sorpresa hago un derrape perfecto que me mantiene en el carril derecho. Una de dos, o me he levantado hoy transformado en un as del volante o realmente el sistema AWD funciona a la perfección.

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Por desgracia es esto último... Pero tranquilo, puedo vivir con ello y además la sensación de descarga de adrenalina aún me mantiene emocionado. A diferencia de la trasera, la parte delantera se mantiene firme mientras gira. La palabra ‘satisfacción’ no le hace justicia cuando eres capaz de conducirlo hasta sus límites, porque es una experiencia cercana a lo espiritual. Por supuesto, si no quieres imitar a The Stig -al que ya vimos probando el coche- puedes seleccionar el modo 'Sport' y tendrás una dirección más dura, una mejor respuesta del acelerador y el tubo de escape se notará más. También tienes el modo 'Track', que es igual que el ‘Sport’ pero con una suspensión más firme y una menor intrusión del ESC. Aún así lo más destacable del Focus RS es la forma en la que puede enviar el 100% de la potencia a la rueda que tenga más agarre.

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Los paisajes alpinos son espectaculares.

Tras pasar mi primera noche en Baden-Baden, situado a la entrada de la Selva Negra alemana, me preparo para enfilar unos cuantos cientos de kilómetros de autopista mojada por la intensa lluvia. Buena oportunidad para probar la velocidad y aceleración del coche: Ford nos dice que llega hasta los 265 km/h. En línea recta y en un circuito seguro que es fácil, pero como ocurre con casi todos, cuando tienes otros coches cerca con seres humanos impredecibles al volante es recomendable tomarse la pastilla de la valentía para seguir acelerando.

El caso es que siguen cayendo metros por el carril izquierdo mientras acelero: 250, 255 km/h... y toca frenar porque un Mini se pone delante a sólo 200 km/h. Toca abortar la misión; eso sí, he podido sacar dos conclusiones: el coche es muy estable a velocidades altas, pero no tan rápido como el Honda Civic Type-R, que pesa 200 kg menos (el Focus se va en la balanza hasta los 1.599 kg). La velocidad de aceleración es muy buena, y eso que hay que cambiar de marcha de forma manual.

Los Alpes se acercan

Con casi 1.000 kilómetros a mis espaldas en el segundo día, estoy cerca de llegar a la carretera B500 que rodea la Selva Negra. Con sus amplias curvas también es muy transitada por ciclistas, pero además tengo otros visitantes molestos como son la nieve y la niebla. Llevo neumáticos de invierno y el Focus RS se abre paso firme entre el agua estancada y las grietas de la nieve.

Después de tres horas de autopista llego a la frontera suiza en dirección a Sant Moritz, en los Alpes. Voy subiendo las primeras colinas de azúcar espolvoreado y dejo atrás pequeños pueblos. Mi destino es el puerto de Maloja (1.815 metros de altitud), uno de los pasos alpinos abiertos todo el año y, por supuesto, uno de los más espectaculares. Como esperaba, el camino es mejor para sacar fotos que para conducir... La temperatura de -9 grados tampoco ayuda, pero el RS sigue con ganas de agradar y de confirmar sus credenciales.

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Por poco mas de 40.000 euros tendrás un coche muy divertido.

Me quedan aún unos 500 kilómetros si quiero hacer noche en Mónaco, pero otra cosa buena que tiene el modelo de Ford es que las distancias no se sienten como un castigo. Aún así el cansancio está ahí, y en el momento justo cruzo la frontera con Italia: entre la conducción errática de los conductores locales y los diferentes límites de velocidad, despierto de nuevo como con si un disparo de cafeína hubiera atravesado mis ojos.

El fin de un apasionante viaje en el Focus RS

Llego por fin a Monte Carlo a las 22.30, y enseguida me siento fuera de lugar. Es como ir a una cena de gala con un chándal sucio, así que hago lo que cualquier persona en su sano juicio haría: aparco el Focus cubierto de suciedad en la plaza del casino, al lado de los Lambos y Ferrari allí presentes. Siento detrás los pasos del portero del casino y, cuando creo que me va a echar, me pide que abra la puerta del RS para ver su interior.

A la mañana siguiente amanece un cielo azul y soleado, por lo que aprovecho para ir a toda prisa a explorar el Col de Braus y Col de Turini, dos de las puertos más fotografiados del mundo para seguir completando etapas de este viaje por Europa con el Ford Focus RS. En este vídeo puedes ver la ascensión al Col de Braus:

Voy cambiando de marchas cómodo y a la vez extrañado por no ver nieve en la carretera. Cojo la Ruta de Napoleón a partir de Grasse, unos 100 kilómetros al norte, y todo sigue en orden. Con la adrenalina a tope llego a la zona de Lyon, y ya pongo en el GPS la dirección de Colonia donde tengo que llevar el coche de vuelta. Paso por Bélgica, Luxemburgo y por fin entrego las llaves. El ordenador de viaje marca 3.200 kilómetros con un promedio de 65 km/h incriminatorio.

Me tomo un tiempo para reflexionar, pero ahora lo veo claro como el aire alpino. Este no es un coche configurado para romper récords de vuelta, está diseñado para ser disfrutado. Una caja de cambios de doble embrague habría sido más rápida, pero la manual es más atractiva. El mejor elogio que puedo decir del coche es que no podría haber elegido un mejor compañero de viaje para recorrer tantos kilómetros. Honestamente, es muy bueno. Que se preparen sus rivales como el Golf R, porque el Focus RS le pisa los talones.

Texto: Jack Rix

Fotografías: Rowan Horncastle

Nuestro veredicto

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