Otro paso atrás para Tesla: Gigacasting

Gigacasting

Y ya van...

“Del dicho al hecho hay un trecho”, “no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo” y otros tantos refranes más podríamos utilizar para decir, en resumidas cuentas, que en la mayoría de ocasiones está mejor quedarse callada y trabajar en algo, que prometer cosas a los cuatro vientos que luego no terminan de hacerse realidad.

En el mundo del automóvil, Tesla, por desgracia, es más de lo opuesto, y es que la compañía de Elon Musk lleva toda su trayectoria dejando grandes titulares y realizando anuncios que prometen hacer temblar la industria… pero que o bien cuando llegan no terminan de ser para tanto, o directamente no se hacen realidad.

 

Esta lista de “y si…” es bastante larga para la marca estadounidense, que recientemente ha añadido otro ítem más, uno que sí que resultaba bastante prometedor e interesante: el Gigacasting.

El término es ya relativamente conocido en la industria, pero para los más despistados, lo recordamos rápidamente. Así se denomina a la técnica que busca crear, mediante la fundición y la alta presión, una sola pieza de gran tamaño que constituya todo el chasis del vehículo.

Esto tiene ventajas, como la agilización del proceso de producción, la simplificación porque implica el uso de menos piezas y el abaratamiento de la fabricación. 

Estos motivos fueron los que hicieron que Tesla eligiera este método para desarrollar su próxima generación de coches eléctricos. Sin embargo, parece que el fabricante ha dado marcha atrás en su decisión.

Según informa Reuters, la firma no ha querido arriesgarse con un nuevo procedimiento de producción que tendría que llegar a dominar y finalmente se mantendrá fiel a su modus operandi actual, que consiste en crear el chasis de sus vehículos en tres piezas, la delantera y la trasera realizadas con gigacasting y una sección intermedia, hecha de aluminio y acero, en la que se montan las baterías.

Tesla ya ha dado buena cuenta de esta manera de proceder, pues es el sistema que emplea en el Tesla Model Y, que fue el coche más vendido del mundo en 2023, y el Tesla Cybertruck, que otra cosa no, pero atraer la atracción de los focos la ha atraído, aunque no siempre haya sido por los motivos correctos.

Puede parecer un movimiento de no mucha relevancia, pero es importante para la compañía, puesto que empieza a ser acuciante la necesidad de renovar su gama, con algunos modelos que ya tienen bastante tiempo y que se beneficiarían de una nueva plataforma que les permita mejorar en campos como los asistentes tecnológicos.