Uno de los últimos coletazos de Fisker: rebajar un casi un tercio el precio del Ocean

Fisker Ocean (2)

Gustavo López Sirvent

La empresa estadounidense, que está al borde de la quiebra, venderá su coche eléctrico a los empleados que lo deseen, que lo podrán comprar por 20.000 dólares. Eso sí, se arriesgan a quedarse sin reparaciones ni repuestos en caso de que la compañía eche el cierre, como todo apunta...

La antesala de la quiebra de una empresa suele ser agoniosa porque se trata de hacer cosas desesperadamente cuando debías haberlas hecho antes para no llegar a ese punto. En ésas se encuentra Fisker, que aunque todavía no se ha declarado en bancarrota, está muy cerca de bajar la persiana, pero antes quiere dar sus últimos coletazos con una medida draconiana.

La junta directiva que preside Henrik Fisker ha ido lanzando descuentos y promociones para diferentes zonas del planeta, pero no han sido suficientes. Así pues, la última tabla de salvación es vender coches eléctricos a sus empleados por un precio de 20.000 dólares (18.500 euros) quienes, además, por ese precio podrán pedir un Ocean con cualquier tipo de acabado (Ultra, Extreme o One).

La ganga en cuestión va dirigida al Fisker Ocean, que además, pasa a convertirse en uno de los coches de cero emisiones más asequibles de la actualidad. 

Si nos vamos a los precios que aparecen en el portfolio de esta firma, vemos que el Fisker Ocean Ultra, la versión más accesible del SUV eléctrico, tenía un precio de partida en Estados Unidos de 52.999 dólares (49.238 euros), mientras que el Extreme y el One partían de 61.499 dólares (57.135 euros) y 68.999 dólares (64.103 euros), respectivamente.Y ahora valen un tercio menos.

Como suele pasar con estas cosas, todo ha venido por una filtración que ha visto la luz. Ha sido en Reddit (web de marcadores sociales y agregador de noticias donde los usuarios pueden añadir textos, imágenes, videos o enlaces). Allí se ha podido leer una copia de un correo electrónico enviado por la marca a sus trabajadores. 

Ahora bien, esta bicoca para los empleados también tiene su letra pequeña porque en el mail se subrayan algunas cláusulas sobre su adquisición. El Ocean lo podrá comprar cualquier empleado de Fister, pero con la salvedad de que puede quedarse sin reparaciones o respuestos en un futuro si la compañía finalmente se desarticula por mor de la quiebra. 

A pesar del precio final, que puede parecer una ganga, el fabricante estadounidense quiere lavarse las manos por lo que pueda venir y en el citado mail resalta lo ya comentado: “No se hace ninguna declaración sobre qué cobertura de garantía estará disponible en el futuro, incluyendo si estarán disponibles servicios, repuestos y/o actualizaciones…”. 

La otra opción, la de que la empresa continúe porque llega un inversor y consiga mantenerla a flote, sería la mejor noticia para sus compradores, puesto que ahí sí tendrían todos los servicios por los que hasta ahora se pagaban hasta casi el triple. A pesar de esa mínima posibilidad, todo apunta a que el hundimiento sea la noticia más factible.

Fisker ha vivido muchos despropósitos como que la Bolsa de Nueva York la excluyó por no cumplir unos pagos por valor de 8,4 millones de dólares, incumplió un prestamos de 3,5 millones, ha recibido una demanda por Magna Steyr y actualmente el Ocean está siendo investigado por la NTHSA por unos frenos defectuosos. 

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