24 horas de mi vida con un espectacular McLaren P1

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Seguro que te encantaría conducir este superdeportivo aunque fuera unos instantes. Yo lo tuve 1440 minutos, o lo que es lo mismo, 24 horas con un McLaren P1.

Hace unos meses tuve la suerte de poder disfrutar 24 horas con un espectacular McLaren P1. Entre otras cosas tuve que pasar el MOT, que es el equivalente en el Reino Unido a la ITV con el McLaren P1.

Éste, con placa P1 OOV, se matriculó el 1 de agosto de 2013. Y tengo una historia con él. Es el mismo coche que Jeremy (Clarkson, sí. Lo recuerdas: alto, antigua estrella de nuestro programa y tal…) condujo en un Circuito de Spa anegado por el agua, el que Tom Ford trajo de vuelta a Reino Unido y después yo llevé a Barcelona. Y lo hizo muy bien en todas las situaciones. En McLaren, el P1 OOV es conocido como PP3, el tercero de tres prototipos de producción; no es uno de los 375 coches construidos, pero sí se ha fabricado en las mismas líneas de montaje y se ajusta a los estándares de manufactura finales.

La historia del tipo que va a trabajar cada día en un McLaren P1

El acuerdo con la marca era que yo recogía el coche, pasaba la ITV y, si todo iba bien, podía disfrutarlo hasta el día siguiente, aunque eso sí, no haciéndole demasiados kilómetros y cuidando de sus 900 CV, para que no tuviera ni daños, ni multas.

Tenía muchas ganas de llegar a casa para poder enseñárselo a los vecinos y amigos del barrio. Me encanta el efecto que hacen este tipo de coches en la gente. Al poco de bajar del coche, ya tenía una comitiva de bienvenida esperándome. La gente se paraba atraída por el tumulto y mi mujer al final tuvo que sacar unos aperitivos y bebida.

Intenté probar el modo ‘Track’, pero al rebajar la suspensión otros 35 mm es ilegal en carretera. Aun así, merece la pena ver cómo en 30 segundos, el coche se acerca más al suelo y despliega su alerón trasero, como si fuera un robot.

Al día siguiente, la alarma sonó a las 5:30 de la mañana y a las 6, mi hijo de 11 años y yo ya estábamos en marcha. Ninguno de los dos había dormido bien. El pequeño excitado por la aventura y yo por tener un coche tan caro aparcado en el jardín de mi casa.

Desayunamos a unos 20 kilómetros de distancia y fuimos hablando de todas las características que tiene el coche, como el famoso DRS que se utiliza en la Fórmula 1. Por cierto, los asientos son tan bajos que mi pobre hijo tuvo que ponerse dos cojines para ver por encima de la guantera.

Del mismo modo, abrir y cerrar las puertas es un reto, puesto que al principio del movimiento debes hacer fuerza con el antebrazo hacia arriba o hacia abajo, si no quieres quedar mal al entrar o salir del McLaren P1.

El único McLaren P1 con carrocería en fibra de carbono camaleónica

Una vez asimilado el desayuno y las primeras emociones, seguimos conduciendo y disfrutando de las vistas. Es impresionante lo bien que sujetan los asientos y la sensación de velocidad aunque vayas despacio, gracias a la forma de las ventanas y el techo acristalado.

No quiero (ni puedo) forzar la máquina porque voy con mi hijo, pero se nota que es un coche con el que debes tener cuidado. Su motor V8 de 3,8 litros siempre está dispuesto a darlo todo y a darte un ‘susto’ si no agarras fuerte el volante. Sensaciones que sólo puedo comparar con el Ferrari LaFerrari o el Porsche 918 Spyder.

Es realmente divertido activar el motor eléctrico al presionar el botón rojo del volante. En un momento, le añades al coche otros 180 CV de golpe, que te arrancan una sonrisa de ‘chico malo’.

¿Y cómo suena? Pues de maravilla, pero aún así mi hijo me convence para buscar un túnel que acreciente el sonido. Desde luego es un buen estruendo que hace girar el cuello al más despistado, pero te puedo decir que el Audi R8 o el Lamborghini Aventador suenan mejor.

McLaren P1 eléctrico. ¿Vendrá con collarín de serie?

Después de hacer unos 200 kilómetros el ordenador marca un consumo medio de 16 litros/100 km. Es alto, pero siempre he pensado que el que tiene este tipo de coches realmente no se preocupa por estas cosas.

Como nota negativa, te cuento que su sistema de navegación es muy lento y se quedó ‘colgado’ en varias ocasiones. McLaren ha trabajado en ello y con alguna actualización se puede solucionar.

Llega el momento de llevar el coche de vuelta a Woking y mi mujer y yo aprovechamos, debido a que es viernes, para hacer una salida de fin de semana que nos pilla de camino. El maletero da para poco y no se puede guardar nada ni detrás de los asientos ni debajo, con lo que sólo te puedes llevar un par de bolsas pequeñas de viaje. De todas formas el McLaren P1 no está hecho para cargar, si no para disfrutar de la carretera en viajes cortos.

Desprenderse del P1 es duro. He tenido la suerte de llevar entre manos coches muy potentes y buenos, pero la sensación que te deja el McLaren P1 es maravillosa.