7 curiosidades del BMW Z8 que lo hicieron un coche único

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BMW no ha vuelto a hacer nada parecido. ¡Algo único!

Corría el año 2000 y debo confesar que recuerdo la primera impresión que me causó el BMW Z8: un coche muy futurista y espectacular, que para un niño de 12 años parecía algo casi extraterrestre. Recuerdo que las revistas de la época lo comparaban con el Ferrari de la época, el 360 Spider, pero todos sabían en ese momento que, pese a contar con la misma potencia, poco o nada tenían que ver entre uno y otro. Hoy hablamos de las curiosidades del BMW Z8 que lo convirtieron en un coche único, en un BMW único. Una auténtica rara avis en la historia de este fabricante alemán y entre los deportivos modernos.

BMW Z8: exclusividad retro

Fisker EMotion, la sorprendente creación del padre del Z8

El BMW Z8 fue como una tormenta de verano: surgió de la nada, pegó el chaparrón y marchó como si nada hubiese pasado. Pero es verdad que refrescó y dio un aire nuevo entre los primeros deportivos del Siglo XXI. Nacido en 1997 como el prototipo BMW Z07, desde el primer momento todo el mundo se dio cuenta que estaban ante algo especial. Henrik Fisker estuvo especialmente entonado para diseñar esta carrocería claramente inspirada en uno de los roadster más imponentes de la historia, el BMW 507. El diseño gustó tanto que finalmente BMW decidió llevarlo a producción, completando un total de 5.703 unidades. Y ya, tal como llegó se fue, sin que BMW quisiera mantener un superdeportivo en su gama por más tiempo, un coche con matices retro y que su exclusividad hoy lo hacen verdaderamente apetecible.

BMW 507

BMW Z8: minimalismo conceptual

Parece claro que el estilo y el diseño son claves para entender al BMW Z8. Fue una especie de ejercicio de diseño y estilo que se les fue de las manos: al fin y al cabo, si la gente está dispuesta a pagar mucho dinero por tu producto no te queda otro remedio que dar lo que ellos quieren. Y se nota que estamos ante una especie de prototipo matriculable y eso es probablemente lo que le da ese aire tan especial. En el interior destaca un diseño único y muy minimalista, una plancha de aluminio con el cuadro de mandos central y pocos botones. ¿Has visto el volante? Creo que es otro buen ejemplo de lo particular de este coche. 

BMW Z07 Concept

BMW Z8: un motor de altura

Es evidente que el BMW Z8 fue hijo del departamento de diseño de BMW, un coche que llegó al mercado de rebote y donde el estilo se llevaba buena parte de los recursos. No obstante, llevar un prototipo como este a la calle requería un esfuerzo importante también en el apartado técnico. El motor fue una decisión bastante evidente: se utilizó el mismo motor V8 del BMW M5 E39, un 4.9 litros atmosférico de 400 CV desarrollado por BMW M y que debería sentar como un guante a un gran roadster como este. No obstante, este era un motor delicado con un consumo excesivo de aceite y especialmente sensible ante una conducción muy deportiva: seamos honestos: en el apartado estético estamos ante uno de los mejores descapotables de la historia, pero no podemos catalogarlo como un descapotable superdeportivo, era más bien un coche para disfrutar despacio, con calma, con elegancia y con mucho, muchísimo estilo.

BMW M5 E39

BMW Z8: faros de neón

Cuando tienes que llevar un prototipo a los concesionarios tienes que hacer cosas que normalmente no harías. La gente quería ver el prototipo en la calle y esos pilotos traseros, con tecnología de bombillas tradicionales de la época, eran inviables, así que se optó por los faros de neón. Sin duda, una solución particular en el mundo del automóvil con una cosa muy buena, que era la posibilidad de conseguir formas mucho más complejas, pero con muchos peros, como una carga del gas de neón costosa y de rápido agotamiento y una fiabilidad en entredicho. Una tecnología que no triunfó y que, gracias a eso, todavía hace más particular al BMW Z8: hoy, con los LED, podemos hacer auténticas maravillas sin sufrir por fiabilidad o mantenimiento.

BMW Z8 de Steve Jobs

BMW Z8: un coche famoso

El estilo del BMW Z8 lo hizo tremendamente popular entre los petrolhead, tanto de aquella época como de hoy. Su participación en la película de James Bond ‘El mundo una es suficiente’ todavía lo llevó a un nuevo nivel. No hay duda que por imagen es un coche que casaba a las mil maravillas con el estilo Bond, de elegancia sofisticada llevada al extremo. 

BMW Z8: espíritu GT llevado al extremo por Alpina

Alpina Roadster V8

Mucha gente considera al BMW Z8 como un roadster de raza, el único superdeportivo de BMW de las últimas décadas. Bien, yo creo que están bastante equivocados: creo que no es un superdeportivo, sino más bien un gran turismo de toda la vida bajo una carrocería roadster que apuesta más por el estilo que por cualquier otra cosa. Era un coche pensado para pasear tranquilamente por Rodeo Drive o por el Casino de Mónaco: incluso un grupo de propietarios puso quejas a BMW por la debilidad en términos de rigidez torsional de su chasis de aluminio. Ese carácter GT fue claramente puesto sobre la mesa por Alpina, el preparador más famoso de BMW. Este preparador, que en EEUU se comercializa en los propios concesionarios de BMW, decidió dar su toque al Z8, ¡e incluso esto en el Z8 es algo único! Es la única preparación del mundo con menos potencia que el modelo del que deriva. Alpina decidió fortalecer el espíritu GT del coche, rebajó la potencia hasta los 375 CV y asoció el motor a una caja de cambios automática de cinco relaciones. Una serie pensada para terminar de gustar en EEUU, con cambio automático y con una puesta a punto más confortable y refinada. 

BMW Z8: una gran inversión

Los coches especiales como este siempre suelen ser buenas inversiones, el BMW Z8 lo es. Su precio ha aumentado con el paso de los años y hoy ya ronda los 200.000 euros par una versión normal, aunque este pues ser notablemente más caro en las versiones firmadas por Alpina (básicamente por una mayor exclusividad al sumar solamente 555 ejemplares fabricados). Hay casos especialmente importantes en el ámbito de la inversión y es el que se relaciona el BMW Z8 con personajes famosos: quizás el más relevante es el BMW Z8 de Steve Jobs, que se subastó recientemente por cerca de 400.000 euros. Sin duda, hay muchos elementos en común entre un BMW Z8 y un iPhone, al menos hablando de innovación y de estilo impecable, minimalista y vanguardista.

El BMW Z8 es uno de los coches más especiales de la historia. Nació como un simple ejercicio de estilo para homenajear al BMW 507 y terminó convirtiéndose en uno de los deportivos más especiales del Siglo XXI. Un gran turismo sin techo que se ha convertido en icono y cuyo precio, muy probablemente, solamente puede crecer y crecer con el paso de los años. Quizás una producción bastante elevada puede hacer que  jamás se convierta en un objeto extremadamente caro como el coche en el que se inspiró: el BMW 507 fue un fiasco comercial por su alto precio, solamente se fabricaron 253 ejemplares, y eso hace que hoy su precio de mercado supere con creces los dos millones de euros.