Hay cosas que duelen, aunque no le pasen a uno mismo. Un ejemplo es este suceso acontecido en un lujoso hotel de Australia, donde un aparcacoches ha estrellado nada más y nada menos que dos Lamborghini Aventador Ultimae. Pero eso no es todo, ya que ¡los dos coches eran del mismo dueño! Sin duda, alguien no tuvo su mejor día…

Todo sucedió en el hotel Crown Towers Resort, situado en Perth (Australia). Allí, dos aparcacoches estaban estacionando los dos Lamborghini de Laurence Escalante, un empresario del sector de la tecnología que está utilizando parte de su reciente fortuna para coleccionar coches. Sin embargo, las cosas no fueron como debían.

De un momento a otro, uno de los aparcacoches pisó sin querer el pedal del acelerador, lo que hizo que una de estas exclusivas unidades de despedida del Lamborghini Aventador saliera disparada hacia delante. Así, se encontró con la trasera del otro coche, quedando ambos con unos costosos daños en su carrocería.

En un vídeo publicado por un usuario de Twitter podemos ver el resultado, ante la incrédula mirada de los aparcacoches y de uno de los responsables del hotel. En principio, el establecimiento se hará cargo de las reparaciones, pero es evidente que no le hará gracia ni al negocio ni al propietario de los coches. Al fin y al cabo, no se trata de modelos normales.

Una edición especial con 780 CV limitada a 600 unidades

Como supimos hace unos meses, el Aventador Ultimae marca el fin de este exitoso superdeportivo italiano y de su motor V12 sin ningún tipo de hibridación. Solo se fabricaron 600, con 350 unidades de carrocería coupé y 250 de la versión descapotable. Por lo que parece, Escalante decidió comprar una de cada, a 430.000 euros el coupé y 470.000 euros el Roadster.

Ahora bien, ¿qué más tienen de especial estos coches? Más allá de ser la edición de despedida, cuentan con variaciones estéticas y con modificaciones mecánicas. En concreto, su motor V12 fue mejorado para ofrecer 780 CV de potencia, con 720 Nm de par. Así, estos modelos son capaces de pasar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, incluso en un aparcamiento…

En definitiva, se trata de coches espectaculares allá por donde los mires. Ahora, dos de ellos tendrán que ser reparados y lo más probable es que su dueño decida aparcarlos sin ayuda a partir de ahora. Al menos, no ha habido más que daños materiales…