Ford Mustang SVT Cobra R: 300 unidades de uno de los 'pony cars' más radicales de la marca

Ford Mustang SVT Cobra R

Gustavo López Sirvent

La compañía estadounidense lanzó esta edición especial en el año 2000 y la dotó de un motor más potente que el Cobra original. Le colocó un V8 de 5.0 litros que era capaz de desarrollar 385 CV con un par de 522 Nm. Hoy en día es una pieza codiciada por los fanáticos de este modelo y por los coleccionistas. 

Como diría el maestro Sabina, "nos sobran los motivos" para hablar del Ford Mustang. El hecho de que haya sido protagonista de películas, series, que haya llevado nombres de actores como Schwarzenegger o que tenga una amplia variedad en su portfolio nos animan a seguir haciéndolo y recordando modelos con ese pedigrí especial que desprende este pony car.

 Shelby Cobra, GT, o el 5.0 Coyote fueron los que se llevaron las loas y la fama, pero también hubo otros que, aunque no fueron tan conocidos para el gran público, sí que tuvieron connotaciones que rompían las reglas establecidas por Ford para este modelo. 

Le damos al rew de nuestro vídeo VHS y recordamos al Ford SVT Mustang Cobra R. Si tuviéramos que juzgarlo podríamos decir que quizás haya sido uno de los coches más radicales y deportivos que haya fabricado la compañía del óvalo hasta la fecha.

Dicen que la cuarta generación de este clásico al que pertenece el Cobra fue la última del siglo pasado que era un Mustang “no Mustang”. Sólo se produjeron 300 unidades para homologar las variantes destinadas a competición. En la actualidad es uno de los más buscados por parroquianos y coleccionistas porque, aparte de su singularidad, sus prestaciones son alucinantes.

Vio la luz a la par que el siglo XXI. Corría el año 2000 cuando la compañía estadounidense presentó esta pieza de museo. Su desarrollo corrió a cargo de la división Special Vehicle Engineering, o SVE (SVT son las siglas de Special Vehicle Team), una abreviatura que la firma americana utilizó para sus variantes más deportivas por aquella época.

Pero no partieron de un Ford Mustang estándar, los ingenieros y diseñadores de SVE tomaron como base de partida el Mustang Cobra de aquel entonces, el Shelby de la época, que no lucía el nombre de Shelby por ningún lado. La premisa con la que partieron fue la de reducir el peso lo máximo posible para que tuviera un rendimiento óptimo. 

Para ello prescidieron de guarnecidos y elementos aislantes, al igual que fueron restando equipamiento como los asientos traseros. Las tradicionales banquetas delanteras de serie se sustituyeron por otras como las Recaro, que sujetan más y son más livianas.

Su aspecdto exterior varió con el capó power dome, que era más alto que el capó Cobra estándar, el alerón trasero era alto y ancho y estaba equipado con resortes Eibach que bajaban el coche 1,5 pulgadas por delante y 1,0 pulgada por detrás. 

Este modelo también utilizó amortiguadores y puntales Bilstein, pinzas delanteras Brembo de 4 pistones con rotores de 13 pulgadas refrigerados por conductos grandes, junto con una celda de combustible estilo carrera.

Ford Mustang SVT Cobra R (1)

Asimismo, el test aerodinámico al que se sometió dio como resultado que se le incorporaran elementos como el alerón trasero o el faldón delantero, a los que se le dio uso y no estaban de adorno, con lo que se mejoró la refrigeración de los componentes mecánicos que tendrían mayor trabajo por la potencia del motor.

Ya puestos, Ford no se quería conformar con el bloque mecánico que montaba el modelo precedente, que ya movía 324. Hacía falta más. De esta manera, el SVT Cobra R llevaba bajo su capó un V8 colocado delante, un bloque de casi cinco litros, procedente del Cobra original, al que se le sumaron 61 CV más y llegó a mover 385 CV. 

Además, de una cilindrada de 4.6 litros se pasó a otra de 5.4 litros con lo que se incrementó la carrera de los pistones en 15,8 milímetros, hasta un total de 105,8 milímetros. Es una carrera muy larga, poco habitual en motores de altas prestaciones, pero culpable de su enorme entrega de par (de 385 CV a 6.250 revoluciones, con un par de 522 Nm a 4.250 revoluciones).

Este propulsor estaba asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y relación cerrada (55,6 km/h en sexta a 1.000 revoluciones), con piñones reforzados. Los semiejes también se reforzaron y el eje trasero equipó un nuevo diferencial de deslizamiento limitado. Todo ello le daban una velocidad máxima de 285 km/h.

Los datos que ofreció en su día la publicación Motor Trend fueron que , podía acelerar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos (en 4,4 segundos), para luego frenar de nuevo hasta estar completamente parado en menos de 34 metros. El cuarto de milla (420 metros) lo hacía en 12,9 segundos rozando los 180 km/h.