El Jaguar que se convirtió en Lamborghini. Sí, en serio

Jaguar Pirana
Una historia sorprendente.

Jaguar y Lamborghini tienen poco que ver, especialmente a nivel estético. Por eso sorprende tanto que lo que fuese un Jaguar terminase convertido en un Lamborghini. Además, prácticamente sin cambios. ¿Cómo puede ser eso posible? Pues el culpable tiene nombre y apellidos: Marcello Gandini. 

La historia del Jaguar Pirana es sorprendente. El editor de motor del diario británico 'The Daily Telegraph' se preguntó cómo sería el Gran Turismo definitivo. Los años 60 habían sido años de consolidación de los nuevos estilos y el diseño italiano valía su peso en oro: fueron los mejores años de Gandini, trabajando para Bertone.

Jaguar Pirana

Así pues, decidieron que el GT ideal sería con todo el lujo y el estilo de Jaguar, pero con una esbelta carrocería italiana. ¡No iban mal encaminados, no! El resultado fue un bello coupé con el felino al frente del frontal y unas líneas voluptuosas y elegantes. El Jaguar Pirana sorprendió a todos en el salón del automóvil de Earls Court de 1967.

¿Un Jaguar transformado en un Lamborghini?

John Antsey era el editor del periodico y se puso en contacto con William Lyons para que Jaguar pusiese la base de este proyecto. Se tomó el chasis y el motor de un Jaguar E-Type 2+2, de lo mejor de la época. Antsey decidió que Nuccio Bertone fuera el encargado de vestir al GT definitivo con una carrocería italiana preciosa.

Lamborghini Espada

Bertone encargó el proyecto a su diseñador estella, Marcello Gandini, que tardó seis meses en elaborar el diseño definitivo. El coche resultante era espectacular. Con el morro largo del Jaguar E-Type pero unas formas sutiles y sofisticadas propias de la época. Un coche muy atractivo.

Cómo el Jaguar Pirana terminó convirtiéndose un Lamborghini es una cuestión de tiempos. En esa misma época, Bertone creó el Lamborghini Marzal, un prototipo espectacular con puertas de vidrio que ponía sobre la mesa la posibilidad de crear un deportivo de cuatro plazas.

Lamborghini Espada

A Ferruccio Lamborghini la idea le gustaba pero el diseño del Marzal no le terminaba de convencer. No sabemos si Lamborghini vio el Jaguar Pirana y le gustó o si simplemente encargó el proyecto definitivo a Bertone y Gandini aprovechó buena parte del trabajo hecho.

El caso es que en el Salón de Ginebra de 1968 se presentó el Lamborghini Espada, un GT de cuatro plazas donde el lujo y el refinamiento también eran protagonistas. No hace falta ser un lince para ver que ambos coches comparten muchos elementos, en una historia de esas que molan y que en nuestros días necesitarían muchos miles de euros para llevarse a cabo.