Mitsubishi Eclipse: el deportivo japonés que conquistó los EE.UU.

Mitsubishi Eclipse de 1ª generación.

Un icono japonés

Puede que ahora ya no sea así, pero hubo un tiempo en el que las palabras Mitsubishi Eclipse eran sinónimo de de coche deportivo. Con un diseño lleno de frescura, un variado abanico de versiones y un comportamiento agradable,  el fabricante japonés supo crear en las últimas décadas del siglo XX un coche que enamoró a muchos en Occidente.

El principal foco de atención del Eclipse se situó en los Estados Unidos y no es casualidad. La primera generación se presentó en 1989 como un modelo de 1990, fue fruto de la alianza formada entonces entre Mitsubishi y Chrysler y su fabricación también se llevó en ese país, concretamente en la ciudad de Normal (Illinois). Además, contó con dos hermanos gemelos yankees: el Eagle Talon y el Plymouth Laser.

En cuanto fue mostrado al público, su aspecto limpio y futurista no pasó desapercibido, pero no todo era fachada en este pequeño deportivo. Generalmente, se ofrecía con motores atmosféricos y tracción delantera, aportando unas buenas sensaciones a la conducción en relación a su precio de venta. Sin embargo, su máximo potencial se encontraba en la variante GSX, con tracción total y turbo, que elevaba la potencia en torno a los 200 CV. Fue la variante más codiciada y cara ofertada.

Aquel primer modelo sufrió algunos ajustes en el diseño con el paso de los años, pero fue a mediados de los 90 cuando le llegó el relevo con la segunda generación, la cual acabó convertida en la más reconocida de este deportivo. Al igual que el Talon y el Laser, el Eclipse sufrió un importante cambio estético, con formas mucho más redondeadas y aerodinámicas. Esta notable evolución no lo fue tanto en el aspecto mecánico, que se mantuvo sin demasiadas variaciones, aunque sí fue refinado.

Esta generación supuso además un punto de inflexión en la historia del coche nipón. Por un lado, fue el momento en el que el Eclipse se quedó ‘solo’ en el mercado tras la desaparición en 1994 y en 1998 del Plymouth Laser y el Eagle Talon, respectivamente. Además, su diseño fue evolucionando hacia un aspecto más agresivo que atrajo la atención de la escena ‘Tuner’ como una buena base para modificaciones estéticas y mecánicas de muchos tipos.

‘Eclipsando’ a la gran pantalla

Es así como este modelo acabó convertido en estrella del cine, con un papel protagonista en la primera entrega de una de las sagas más exitosas de Hollywood, a pesar de su cuestionable evolución con el paso del tiempo: Fast & Furious. Corría el año 2001 y el Eclipse fue la elección para el coche de Brian O’Conner, uno de los protagonistas de la cinta, interpretado por Paul Walker. Lamentablemente, el papel de este deportivo en la película no duró demasiado y no tuvo un buen final, pero aquella aparición le sirvió para ganar aún más popularidad. 

No obstante, fue a principios de los 2000 cuando el Eclipse recibió otra actualización y dio paso a una nueva generación que siguió atrayendo al mercado, pero que supuso la desaparición de algunas de características más emocionantes del modelo. Mitsubishi optó por eliminar su aclamada tracción total, así como el turbo ofrecido en algunas versiones, lo que decepcionó a muchos puristas. A cambio, se creó una variante V6 que superaba los 200 CV de potencia 

Se ofrecía en carrocería coupé y descapotable, y la aparición de esta última en la segunda entrega de Fast & Furious también ayudó a mantener su relevancia en el mercado de los deportivos japoneses. En cualquier caso, jamás captó tanta atención como su predecesor.

El principio del fin

A pesar de ello, no se puede decir que la situación fuese crítica para el Eclipse aún, pero desde luego no iba a mejorar con el lanzamiento de la cuarta y última generación en el 2006. Aquí el coche recibió de nuevo un rediseño, que le aportaba una apariencia más deportiva gracias a su baja altura y la anchura de su carrocería. Además, mecánicamente fue mejorado y llegó a contar con un bloque V6 de 3.8 litros y 263 CV que añadió más emoción a la oferta de Mitsubishi.

Pero aquello tampoco motivó a que aumentaran en cantidad las ventas y Mitsubishi tuvo la idea de crear una variante más ‘loca’. Para ello, montaron un motor turbo de 400 CV proveniente del Lancer Evolution, tracción total y multitud de piezas firmadas por HKS para aumentar el rendimiento de este Eclipse especial. Se llamó Ralliart Concept y tenía todo lo que se podía desear en aquel modelo. Sin embargo, jamás llegó a la producción.

Ya nada se podía hacer y es así como en 2011 se anunció el cese de la producción del Mitsubishi Eclipse. Para su despedida se fabricó una edición especial que contaba con varios extras como asientos de piel, cámara trasera, un sistema de audio estéreo especial y vinilos conmemorativos. De esta forma, tras 22 años dijo adiós este peculiar deportivo japonés que supo hacerse un hueco lejos de su hogar. 

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Etiquetas: coches clásicos