Comprar un coche clásico o un deportivo en perfectas condiciones está bien, pero aquellos que han pasado días y noches con una linterna bajo el motor y el chasis de su bólido viven una vida más interesante. Ahora, todos esos valientes tienen la oportunidad de echarle el guante a este espectacular Hispano-Suiza K6.

Este es el Hispano-Suiza H6C "Tulipwood" Torpedo que se subastó por 8,6 millones de euros

Bueno, espectacular. Está claro que vio tiempos mejores, pero somos muchos los que sentimos un inquebrantable (y en ocasiones incomprensible) amor por los hierros viejos que merecen no caer en el olvido. RM Sotheby's le dará una segunda oportunidad a este coche de lujo en febrero.

A subasta un Hispano-Suiza K6 de 1934 prácticamente olvidado

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Hispano-Suiza K6 (3 imágenes)

Los coches de Hispano-Suiza fueron otrora un símbolo de lujo, opulencia y estatus social. Algo así como Bugatti lo fue pocos años después y hoy en día. El Hispano-Suiza K6 fue un coche deportivo de 2+2 plazas fabricado en España y en Francia.

Si bien, los primeros se catalogaron como Tipo T70 y los segundos como Tipo K6, por lo que pese a la ausencia de información de la casa de subastas, podemos suponer que se trata de una unidad francesa fabricada en 1934.

Equipa un motor de 6 cilindros en línea atmosférico de 5,1 litros que en sus orígenes produjo 120 CV. Un bólido capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de 12 segundos y con 130 km/h de velocidad máxima.

Rendimiento y estética que pretendían rivalizar con los Bentley de 3,6 litros, los antiguos Delage D8 o algunos modelos Bugatti. Pese a ello, llegó al mercado algo tarde y apenas se produjeron unas 200 unidades en total.

La que se va a subastar está en un estado realmente malo. La carrocería de Henri Chapron está muy oxidada en diversos puntos como la parte inferior de las puertas, el capó o las aletas. El motor conserva sus elementos originales, pero el cableado y algunas partes mecánicas también acusan el paso del tiempo.

Por otro lado, la madera del interior está totalmente podrida en el cuadro de instrumentos y el salpicadero, donde faltan un par de indicadores. Los asientos delanteros son de lo mejor del coche, mientras que la espuma y la tela de los traseros está completamente desgarrada.

Al menos, el vehículo viene con el manual de instrucciones original en francés que detalla su mecánica y mantenimientos. Algo de suma importancia si ese enorme motor pretende revivir algún día a manos de algún loco amante de la historia del motor, que podría ser un servidor. Pujar no sería mala idea...