¿A quién le interesa de verdad que se abandone el diésel?

Diesel
El diésel está en horas bajas. ¿hay algún interés extra por detrás?

Día tras día, no cesan de aparecer nuevas noticias sobre el complicado futuro del diésel y su negro futuro: Toyota no seguirá con el diésel, Roma prohibirá el coche diésel en 2024 y la corte alemana le dio un duro golpe cuando aceptó que los ayuntamientos, de manera individual, prohiban su circulación en el centro de las ciudades. Parece que el diésel es el centro de todos nuestros problemas de contaminación, ahora bien, ¿hay alguna mano negra detrás que pueda estar empujando al mundo hacia un planeta sin coches nuevos propulsados por gasoleo?

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Muchos son los fabricantes que han decidido poner fin al diésel, especialmente las marcas japoneses, donde la comercialización del diésel lleva prohibido durante muchos años. Ahora bien, ¿es tan contaminante el diésel como para dejar de lado su comercialización o hay intereses ocultos detrás? ¿Quién puede sacar provecho en la demonización del diésel? La verdad es que el tema es complejo y no puedo darte una respuesta concreta, pero sí voy a repasar contigo las diferentes posiciones.

Actores principales. Los fabricantes el y gasóleo

Voy a empezar por los fabricantes. Hay algunos que han dejado de lado el diésel para apostar por la gasolina y por la electricidad, especialmente los fabricantes asiáticos. No obstante, en Europa la cosa es bien diferente: grandes marcas como Volkswagen, Mercedes o Peugeot han apostado e invertido mucho dinero en el desarrollo de motores diésel modernos, eficientes y poco contaminantes. ¡Incluso algún estudio afirma que los motores diésel contaminan menos que los motores de gasolina! Este estudio, publicado en Scientific Reports y que puedes ver aquí, afirma que los motores diésel emiten un promedio de 62 veces menos partículas carbonosas que un diésel.

Parece pues bastante claro que las marcas no parecen las responsables de la prohibición de los coches diésel: el mantenimiento de este tipo de vehículos también suele ser más complejo que el de los coches de gasolina, por lo que los talleres o servicios oficiales de las marcas tampoco parecen estar detrás de la demonización del diésel: es más, su prohibición podría suponer grandes pérdidas en estos colectivos.

Entonces, ¿a quién le interesa? El diésel tiene un gran problema: su mayor contaminación hablando de Dióxido de Nitrógeno y partículas en suspensión. Esto hace que la contaminación en las grandes ciudades, especialmente en aquellas donde hay mucho coche diésel, pueda ser mayor y, por ende, perjudicial para la salud. No hay duda que las administraciones públicas, en su afán por reducir la contaminación y mejorar la salud de sus ciudadanos (y disminuir los gastos sanitarios) son las grandes responsables de la prohibición del diésel.

Los entes públicos, junto con escándalos como el dieselgate y otros escándalos con los motores diésel, han provocado que la gente sea mucho más consciente de la contaminación de los coches diésel, aunque en muchos casos no sea tan turbia como se quiere dibujar. ¿Puede haber alguien más que se vea beneficiado por el uso de la gasolina en lugar del diésel?

El Gobierno, ¿en el ajo?

El gobierno recauda los mismos ingresos por uno que por otro, aunque es verdad que la carga de impuestos es algo mayor para la gasolina, algo con poco sentido si por otra parte nos cuentan que el diésel contamina más. Es por eso que mucha gente se puede preguntar si hay intereses ocultos que puedan estar detrás de la demonización del diésel.

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Resumiendo: las marcas no creo que quieran matar al diésel por su propia voluntad, salvo las japoneses que al final en Europa no tienen un peso tan grande. La industria en general tampoco creo que esté a favor, mucho menos la industria petrolera. Parece pues que los principales interesados son los ayuntamientos y entes públicos que buscan reducir la contaminación en las grandes ciudades.

No obstante, esto como todo es también cuestión de modas y de tendencias. Los escándalos de contaminación de los motores diésel, especialmente del Grupo Volkswagen, fueron un golpe de imagen muy duro para el diésel y aunque las marcas se esfuercen por reducir al máximo sus emisiones, incluso por debajo de los gasolina en algún caso, parece estar muy tocado, salvo que entre las novedades del Salón de Ginebra 2018 hayamos visto un Mercedes Clase C híbrido con motor diésel. Un SUV se vende como churros sin ser mejor en nada por una simple cuestión de imagen. El diésel puede dejar de estar de moda y eso puede ser su principal sentencia de muerte.

¿Está cerca el fin del diésel?

Aunque el diésel puede estar tocado, no creo que esté muerto. Las marcas han invertido mucho en el diésel y no creo que estén dispuestas a tirar por el suelo toda esa inversión. Los coches eléctricos son el futuro, o al menos eso parece, pero el cambio no tiene porque ser radical. Los ayuntamientos de media Europa parecen empeñados en machacar al diésel, pero tendrán que ofrecer un Plan B para que los miles de conductores diarios de coches diésel decidan dar el cambio por un coche de gasolina o, preferiblemente, por coches híbridos o eléctricos. ¡Una batalla que promete dar muchos titulares!

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