Grandes berlinas olvidadas: Renault Safrane

Renault Safrane

Pudo triunfar, pero no lo logró

Las berlinas francesas de lujo siempre han tenido algo especial. Por ello, para continuar nuestra serie de grandes berlinas olvidadas, hemos optado por un gran modelo de los años 90: el Renault Safrane. Fue el buque insignia de la marca del rombo, pero sus cambios no fueron bien recibidos y marcaron su desaparición.

A finales de los 80 y principios de los 90, el aclamado Renault 25 ya empezaba a mostrar el paso del tiempo. Por ello, aprovechando el cambio de década, la compañía pensó en crear un sucesor que, como este modelo, destacara por multitud de avances y un aire premium -aunque no estuviese siempre acompañado de un acabado acorde-.

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De esta forma, en 1992 se dio a conocer esta nueva berlina, que medía 4,73 metros de largo y tenía un aspecto mucho más moderno. Como en muchos otros coches de la época, presentaba unas líneas más redondeadas e incluso se le intentó dar un toque futurista, especialmente en el habitáculo.

Y es que el interior del Renault Safrane era uno de sus grandes rasgos característicos. Era amplio, pero también tenía un diseño de lo más atractivo, con un salpicadero con una especie de visera bajo la cual se situaban elementos como el cuadro de instrumentos o el reloj. Incluso tenía mandos inspirados en la aeronáutica y eso se notaba.

Interior del Renault Safrane

Con este estilo tan peculiar, llegó la nueva berlina de la marca al mercado, con una oferta mecánica originalmente formada por bloques de gasolina. Había un propulsor de 2 litros con 8 válvulas y 107 CV, pero también se ofrecía otro con 12 válvulas que escalaba a los 130 CV. Asimismo, los motores de 2,2 litros con 8 y 12 válvulas de 110 y 138 CV ofrecían más prestaciones.

Eso sí, quien quisiera ir más allá, podía optar por el V6 de 3 litros desarrollado por Renault en conjunto con Peugeot y Volvo. Tenía 170 CV y, en los primeros momentos de la vida comercial del Safrane, era lo más potente a la venta en la gama.

Sin embargo, no tardaron en llegar los cambios. Pronto se ofrecieron también motores turbodiésel y el de 2,1 litros con 90 CV fue el primero de ellos. Eso sí, en 1993 llegó otro de 2,5 litros que entregaba 113 CV. Aun así, esto no fue lo más llamativo que llegó aquel año, sino lo referido a los bloques V6.

Por un lado, estaba el V6 de 3 litros, que ahora se asociaba a un sistema de tracción total, lo que dio lugar a la variante ‘Quadra’ de esta berlina. Y para poner la guinda final, llegó el motor más aclamado: el V6 de 3 litros biturbo, con 260 CV de potencia y 365 Nm de par máximo. Esta fuerza también se transmitía a las cuatro ruedas y así el Safrane podía pasar de 0 a 100 en 7,2 segundos.

El Renault Safrane Biturbo
El Renault Safrane Biturbo

Esta aceleración, junto a una velocidad máxima de 225 km/h, situaban al modelo francés en una posición interesante en el mercado. Sin embargo, esa ‘chispa’ tan atractiva se perdió con el restyling lanzado en 1996.

Junto a un cambio de diseño que, en cierto modo, restaba encanto al coche, se modificó la oferta mecánica para ofrecer propulsores más eficientes. Esto afectó a la gama convencional, pero el mayor efecto colateral fue la desaparición de las variantes Quadra y Biturbo. Así, solo quedó el V6 de 3 litros convencional, ahora con 194 CV y cambio automático. 

Por qué no triunfó el Renault Safrane

Solo 8 años duró la vida comercial de esta berlina, pues en el 2000 se cesó la producción. En este tiempo, se fabricaron unos 310.000 ejemplares, pero la mayor parte de ellos se quedó en Francia. Al igual que le pasó al Renault 25, aquí fue donde se situó la mayor parte de su mercado.

Aun así, no fue suficiente y hay distintas razones que explican la acogida que recibió. La primera de ellas es su elevado consumo, que fue la principal queja en la época, frente a los elogios por su comodidad y sensación al volante. Esto motivó el cambio de motores a mediados de la década.

Por otro lado, como suele suceder, el precio de venta también era una desventaja. Se situaba cerca de los competidores alemanes a los que pretendía batir y la fama de éstos hizo que muchos se decantaran por ellos antes que por el Safrane. Así, acabó sustituido por el Vel Satis, un coche aún más incomprendido y menos valorado.

¿Cuánto cuesta hoy este coche?

En 2022, el precio del Renault Safrane es bastante asequible, especialmente si tenemos en cuenta que no se vendieron demasiadas unidades. No hay muchos ejemplares a la venta, pero suelen rondar cifras entre los 2.000 y 4.000 euros, en función de su estado y kilometraje.

Por supuesto, hablamos de las versiones más modestas de la gama. Si buscas un Biturbo, tendrás que tener paciencia, pues son auténticos unicornios hoy en día -solo se fabricaron unas 806 unidades-. Lo más probable es que tengas que buscarlo en Francia, si realmente quieres uno.

Opinión: ¿Merece la pena comprarlo de segunda mano?

Si quieres comprar un Renault Safrane de segunda mano, no deberías privarte de ello, pero tienes que tener en cuenta algunos detalles. Lo primero son los comunes en todos los coches usados, como el kilometraje y el estado general del coche. Asimismo, tienes que pensar en las cualidades de este modelo concreto.

Hay varios a la venta, pero no demasiados, así que no hay mucho donde elegir. Por otro lado, tampoco es una berlina realmente común, por lo que encontrar repuestos puede ser complicado. Asimismo, no debes olvidar que se trata de un coche grande y caracterizado por su consumo, así que puede no ser tu mejor opción si buscas algo eficiente.

Renault Safrane

Además de esto, algunos fallos detectados en estos coches son tales como el consumo de aceite y determinados errores relacionados con la electrónica, que pueden repercutir en el propio cuadro de instrumentos o en la respuesta del coche en sí. De cualquier forma, si encuentras una unidad en buen estado y estás decidido, te llevarás un gran coche para hacer viajes.

Etiquetas: Berlinas, Motor