Viejas leyendas: Renault 21 Turbo

Renault 21 Turbo
Llegaba hasta los 175 CV.

El Renault 21 Turbo llegaba a finales de los años ochenta con grandes pretensiones. Su motor, sus prestaciones y su estética le dejaban en no mala posición frente a los rivales germanos. Podía alcanzar los 227 km/h y declarar una aceleración de 0-100 km/h en 7,4 segundos. Nada mal para la época, hace más de 30 años.

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El fabricante francés Renault decidía lanzar una versión prestacional en la gama del Renault 21. Optaba, cómo no, por una mecánica sobrealimentada. El Turbo “le daba alas” a la gama prestacional de Renault y con el 21 llegaron a los 175 caballos de potencia. Se trataba de la mecánica del 21 TXE, aunque montada en el Renault 21 Turbo las diferencias eran importantes.

Este corazón turboalimentado contaba con 2.0 litros y desarrollaba los citados 175 caballos de potencia. Años después de su presentación, este motor recibía catalizador, perdiendo algo de potencia. En 1990 llegaba la versión de tracción total, una variante a la que apellidaron Quadra.

Con este propulsor el Renault 21 Turbo firmaba una aceleración de 0-100 km/h en 7,4 segundos y una velocidad máxima de 227 km/h. Según afirmaba el que se ponía al volante, su motor tenía dos personalidades bien diferenciadas. Antes de las 3.500 vueltas era un coche potente, pero nada más. Tras pasar esta barrera se convertía en un auténtico misil.         

 

 

Por supuesto, contaba con detalles estéticos que lo diferenciaban del resto de la gama. Su carrocería estaba rebajada y contaba con paragolpes específicos, faldones laterales, alerón y sobre salida de escape. Igualmente, sus ruedas lucían llantas de 15 pulgadas de tipo turbina.

El interior también contaba con detalles exclusivos. Sus asientos eran más deportivos, su volante lucía un diseño de tres radios y su instrumentación analógica contaba con información sobre la presión del turbo. Además, su ordenador de a bordo mostraba datos de relevancia.

Con todo ello, el Renault 21 Turbo podía plantarse frente a los BMW 325i de la época, un E30 que contaba con 172 caballos de potencia. Eso sí, su rival más duro era el Peugeot 405 Mi16, el francés que declaraba 160 CV.