Pegasus: un superyate casi invisible a la vista y al impacto ambiental pues tiene cero emisiones
Gustavo López Sirvent
Podría estar listo para surcar las aguas en 2030
Resultaría muy sencillo hablar de ostentación sin límites, lujo exacerbado y fastuosidad insultante cuando vemos superyates en nuestras costas y nos corroe la envidia (insana). Ese concepto seguirá estando en el que te vamos a describir, pero añadimos la dificultad de que es un barco casi invisible tanto en diseño como en cero emisiones. Aquí tienes al Pegasus.
El diseñador italiano Jozeph Forakis se ha encargado de realizar este concepto futurista de 88 metros de eslora para el que ha utilizado la impresión 3D robótica para crear una estructura como un gran marco de malla que integra tanto el casco como la superestructura del propio yate.
El diseño exterior cuenta con un casco bajo y lineal, una proa aplomada y un acabado metálico plateado, que resulta casi imperceptible a la vista. Cuando esté surcando los mares, la embarcación, debido al exterior metalizado, se fundirá con los tonos del mar y el cielo, pasando completamente desapercibido.
La estructura interior, en maya, permitirá que la luz se filtre a todos los niveles, ofreciendo, además, unas vistas de ensueño.
Lo que verás en su interior, el diseñador italiano lo ha llamado 'El árbol de la vida'. se extiende hacia el techo a través de los cuatro niveles que comprenden la embarcación. Este jardín vertical se convierte en protagonista, no sólo en cuanto al diseño, también ayuda a purificar el aire en el interior del Pegasus y crear una atmósfera más relajada.
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El nivel superior del yate está reservado para el propietario, y tiene una suite principal, orientada a proa, con una gran terraza privada.
En los demás niveles están ubicados una piscina, un club de billar, grandes salones de diseño minimalista, y por supuesto, el club de playa, con spa, que cuenta con balcones abatibles, que se transforma en un solárium cerrado con paneles de vidrio deslizantes en el techo.
En cuanto a su mecánica, esta maravilla arquitectónica se mueve con propulsores híbridos de hidrógeno y de energía solar, para conseguir así una navegación sin emisiones. A través de paneles solares se utilizará esta energía para convertir el agua del mar en hidrógeno, que se puede almacenar durante largos periodos de tiempo.
Las celdas de combustible a bordo convertirán el hidrógeno en electricidad almacenada en baterías de iones de litio. La idea es que el superyate invisible podría producirse en 2030 con la tecnología disponible en los próximos años.