Los 20 coches del Rallylegend 2016 que más nos han gustado

Podría haberme quedado a vivir en ese parque cerrado.

Pasear por el parque cerrado del Rallylegend 2016 es parecido a una orgía multitudinaria. Exclamaciones de sorpresa, miradas pícaras, incluso caricias tiernas ante el coche de tus sueños o el que reencuentras, rescatado de tu memoria. Al menos, es así para los que siguen el Mundial de la especialidad desde que tienen uso de razón y continúan aprendiendo. Parte de esa educación es la historia; en San Marino, hemos tenido la suerte de que el pasado se repita.

Al principio, aturulla un poco. Abruma. Entre los Fiat 131 y los preciosos Lancia 037 no sabes dónde mirar. Entre los coches del Rallylegend 2016 hay Toyota Celica, Volkswagen Golf GTI, Autobianchi, Mini Cooper… Pero los que más fotos se llevan son los míticos Stratos y los Delta. Un apunte: cualquier coche vestido de Martini mejora una barbaridad. Y en este rally lo saben.

Está el VW Polo R WRC que Marcus Gronholm utiliza como coche cero (el que pasa antes de los pilotos de la categoría principal). Nos da una vuelta en la súper especial Legend. El finlandés sigue tan alto, delgado y sonriente como siempre; se le ve más relajado. Se lanza hacia un muro que se pega a nosotros cuando tira del freno de mano. Hace malabares entre balas de paja, me avisa con un gesto del salto que se nos viene encima… y me levanto del bacquet (todo me queda grande: el mono, el casco, los arneses). La suspensión, uno de los elementos que quizá haya evolucionado más en un coche de rallys, recibe el bote sin inmutarse. Me balanceo de derecha a izquierda mientras me felicito por haber tenido la sensatez de desayunar poco. Me percato de lo mucho que se agarran los neumáticos al asfalto, pese al diluvio que está inundando la carretera. Y damos otra vuelta para completar poco más de 4,5 km: más curvas, más saltos, más derrapes (desde que conoces a Ken Block lo llaman drifting, pero ya existía antes del americano).

El Toyota Yaris WRC es el Yaris que más mola. He dicho.

Por supuesto, éste no es el coche de rallys que Gronholm está desarrollando para Volkswagen, el que acatará las reglas del WRC 2017. Pregunto al finlandés por esa tarea y me responde que “va bien, pero nuestros rivales también están trabajando duro y no podemos saber qué pasará”. Se verá, seguramente, después de las tres primeras pruebas de la temporada, ya que precisamente éstas son demasiado atípicas para sacar conclusiones: Montecarlo, por su asfalto helado; Suecia, por la nieve y México, por la altura que roba oxígeno -y, por lo tanto, potencia- a los motores. Quizá a finales del año que viene también esté entre los vehículos favoritos de Top Gear.

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