¿Es el Ferrari Purosangue el único verdadero SUV a la venta hoy en día?

El nuevo Purosangue de cuatro puertas y tracción a las cuatro ruedas es el Ferrari más controvertido hasta la fecha. Afortunadamente, también es el más versátil...

Un texto de Tom Ford con fotos de Olgun Kordal 

Está nevando. Los Dolomitas a finales de febrero; majestuosos, románticos, difuminados por la ventisca. Hace apenas una hora se veían felizmente imponentes, pero ahora los dioses del tiempo se han enfadado y han corrido un velo de nieve.

El coche de apoyo con el fotografo ha roto una cadena de nieve y no puede avanzar. Aún no hemos desayunado, la melancolía se está extendiendo en el equipo y muchos están ya ligeramente cabreados y hambrientos. Excepto yo. Estoy confuso.

Pero es que yo tengo excusa. Estoy en un Ferrari con un V12 que intenta inhalar la montaña y que parece girar alrededor de un pivote central cuando se acelera demasiado a la salida de una horquilla

Eso de acelerar demasiado a la salida de una horquilla es divertido. El gran cuentarrevoluciones central es de color amarillo, y la aguja sigue saltando alegremente antes de retroceder bruscamente mientras con las grandes levas subo de marcha

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Hay generosos torrentes de nieve en el suelo que se deslizan sobre la capa de hielo. Pero los neumáticos de nieve específicos para el Purosangue parecen practicar la brujería. También tengo la sensación de estar sentado unos treinta centímetros por encima de donde debería estar. 

Hay elementos desconocidos en la cabina, como dos asientos decentes detrás de mí y un inconfundible portón trasero en el retrovisor. Y es que este es un Ferrari nuevo y diferente; un antídoto de cuatro plazas y cuatro puertas contra los SUV exagerados que han olvidado lo que significan esas tres pequeñas letras. 

Es el SUV Purosangue. Un Ferrari, pero con nuevas perspectivas, tanto literal como metafóricamente. Cuesta acostumbrarse. Su nombre se refeire a "pura sangre". Adecuado para una marca cuya identidad se centra en torno a un famoso caballo. 

Hay un V12 delante y tracción a las cuatro ruedas, pero lo más importante es que tiene cuatro puertas y cuatro asientos. Las puertas delanteras convencionales revelan un habitáculo con nuevas arquitecturas y materiales (el 85% de la tapicería es sostenible, incluido un nuevo Alcántara especial) y aparecen otras dos detrás.

También hay un portón trasero y un maletero bastante decente, opciones para portaesquís y portabicicletas -de fibra de carbono y fabulosamente caros, obviamente-. Parece... interesante. 

Intrigante también, aunque uno dudaría en llamarlo bonito, el diseño por capas de Flavio Manzoni que presenta una forma de coupé sobre una sección inferior definida por pasos de rueda rebajados con perfiles de carbono. 

Hay matices de SF90; sensaciones de 296 GTB en una especie de variante allroad. Aquí, en una ladera nevada y desnuda, tiene cada vez mejor aspecto. Se trata de un nuevo territorio para la marca, y de una especie de reconsideración.

Ferrari hizo algunas declaraciones definitivas acerca de que nunca produciría este tipo de coche hace cinco o seis años, y que incluso el Purosangue no es un SUV. Pero las cosas han cambiado, tanto tecnológicamente como en términos de mercado, y no hay que avergonzarse por reconocer la oportunidad comercial.

Un interior nunca visto antes

Este coche parece diferente. Las puertas traseras son de tipo suicida y completamente independientes de las delanteras, colgadas de un único larguero curvado oculto en el alerón trasero. Hay un botón en el pilar B para accionarlas eléctricamente, algo que también funciona si arrancas y mantienes pulsada la lengüeta oculta del tirador exterior. 

Entrar y salir es muy fácil gracias a la disposición de las puertas y, una vez dentro, hay mucho espacio. Delante hay un puesto de conducción simétrico (con relojes para el acompañante), así como una nueva interfaz de usuario. 

La pantalla de información situada delante del conductor puede configurarse mediante el mando deslizante  a la derecha del volante, y el resto se controla con el mando giratorio situado en el centro del salpicadero

Toca la parte superior y se eleva, vuelve a tocar para seleccionar una función, gira para ajustar. Suena sencillo, y funciona. En parado. Una vez en movimiento, toda la configuración es complicada y la respuesta táctil es inconsistente. En un coche tan rápido y reactivo como este, no es ideal.

¿Es un problema? Posiblemente no en un superdeportivo, donde las comodidades cotidianas son menos importantes, pero en un conductor diario la experiencia del usuario es un gran problema, y no creo que Ferrari lo haya conseguido todavía.

El V12 que todo lo cura

Motor V12 del Ferrari Purosangue

Top Gear España

Pero una vez que te has enfadado por esto, hay un bálsamo para la herida Está montado delante, cuenta con un 12 cilindros en V y respira por pura presión atmosférica. 

Con 6,5 litros y alrededor de 725 CV, es un motor al que le gusta hacerse notar, aunque hay que tener en cuenta que el 80% del par máximo de 716 Nm está disponible a poco más de 2.000 rpm, por lo que el Purosangue nunca se va a mostrar flojo. 

Puedes deslizarte a un ritmo relajado o accionar las levas, poner la transmisión en una posición más agresiva y espantar a bandadas enteras de pájaros de los árboles: el Purosangue es ruidoso. Pero también es rápido, directo y ligero. 

En una gran carretera de montaña, con la línea del horizonte enmarcada por la geografía, se siente como un Ferrari. Y eso es un gran cumplido.

Lo que nos lleva a lo que parece haber preocupado a Ferrari desde que se planteó el concepto de una variante más práctica: la dinámica. La verdad es que no se puede hacer que un SUV se comporte como un deportivo con motor central sin hacer concesiones. 

No son mis reglas, sino las de Newton, Einstein, Galileo, que reaccionan mal cuando las llevan la contraria. Al elevar un coche, tienes que negociar un laberinto de inestabilidad dinámica. Este es el grial que ha perseguido a los ingenieros de chasis a desde hace siglos: encontrar esa mezcla de confort y control, una cruzada en la que la medida del éxito es totalmente subjetiva.

Así pues, no se puede hacer que un coche alto se comporte como uno bajo, pero sí se puede intentar conseguir que pasen desapercibidas para los guardianes de la dinámica. 

El Purosangue es más bajo y más corto de lo que esperas, pero ancho. El motor está tan metido bajo el mamparo delantero que es sorprendente que no te quemes las rodillas, y el sistema de tracción total es transaxle para ayudar a la distribución del pesos. 

El V12 está delante, la caja de cambios de 8 velocidades detrás, y hay una PTU (unidad de toma de fuerza, como en el GTC4Lusso) con un embrague a cada lado que permite transferir el par a cualquiera de las ruedas delanteras. La masa está centrada con un ligero desvío hacia atrás del uno por ciento, el centro de gravedad tan bajo como sea razonablemente posible

Una suspensión de locos con una caja de cambios

Ferrari Purosangue

Top Gear España

 Todo esto tiene sentido. Pero entonces necesitas hacer algo especial con la suspensión. Sin que a nadie le explote la cabeza, la suspensión del Purosangue utiliza lo que se llama un distribuidor TrueActive (TASV) de Multimatic. 

Básicamente compresión y rebote modulados sin fin por motores eléctricos de 48V para cada rueda a través de cajas de cambios en miniatura. Suena complicado... y lo es. 

Con esto, la suspensión reacciona más rápido y puede tener un rango de capacidades mucho más amplio que los sistemas tradicionales, tanto que ya no se necesitan barras estabilizadoras. Control de la carrocería y confort de marcha. En teoría, polos opuestos.

La gran pregunta es: ¿funciona? Respuesta corta: sí. Y de forma espectacular. El Porsche Cayenne Turbo que utilizábamos para hacer fotos en movimiento del Ferrari sin duda sufrió baches que el Ferrari superó sin inmutarse.

La respuesta más larga a lo de la suspensión implica un poco de explicación. La dirección es interesante. Una buena es la que tiene una buena relación entre el movimiento del volante y lo que ocurre con la carrocería; y puede arruinarse en por un mal control de los amortiguadores. 

Los deportivos Ferrari funcionan con las muñecas. Apenas requieren un leve giro para entenderte y tienen la grata costumbre seguir la línea que se les marques. 

El Purosangue, sin embargo, requiere antebrazos. Tienes que colocarlo donde casi pensarías que lo haría un 296 GTB. Sin embargo, esto no es una crítica. Si el Purosangue fuera demasiado ligero, demasiado ridículo en su inmediatez, se sentiría tan falso y forzado como algunos de los otros hiperSUV. 

A velocidad de crucero, el Purosangue se siente educado, silencioso, cómodo... fácil. La visión trasera no es la mejor, y el V12 zumba sin las notas graves de los V8. 

Aquí en los Dolomitas, por encima de los pueblos pero por debajo de las cumbres, en carreteras sin apenas tránsito, hay lugares donde las horquillas se unen a curvas zigzagueantes. El Purosangue arrasa con todo. 

Donde a otros SUV se les acaban las ideas, el Purosangue sube el listón. Subiendo más en la gama de revoluciones del V12 se descubren nuevas profundidades de habilidad, cambios de marcha percutidos limpiamente, un desplazamiento al doble de la velocidad que esperas. 

Tiene tacto, precisión y una deliciosa sensación de conexión. Una de las razones es que el sistema de tracción a las cuatro ruedas parece estar extremadamente inclinado hacia atrás. En una carretera seca y con mucha carga, por ejemplo, al acelerar en una de esas curvas cerradas, los neumáticos traseros girarán alegremente antes de que el tren delantero vuelva a alinearse. 

Del mismo modo, no se trata de un todoterreno. Piensa en él como un coche de tracción trasera con una ayuda en el eje delantero en lugar de algo que pueda bloquear un diferencial.

Ferrari Pusosangue

Top Gear

¿Cuál es el veredicto? Bueno, Ferrari parece terriblemente inseguro cuando se trata del Purosangue. Que debería estar de alguna manera avergonzado de producir un coche más alto, de cuatro puertas y cuatro plazas. Aparentemente no es un SUV porque sólo tiene cuatro asientos. Porque tiene un V12. 

Pero también está fabricado por Ferrari y no tiene parangón. Entonces, ¿por qué no molestarse menos por lo que piense la multitud? El Purosangue es único. Puede hablar por sí mismo.

Siempre hay un coste para las cosas. Un compromiso. El aspecto es subjetivo, el precio sólo es ridículo si nadie lo compra. Es cierto que el coche sería más sensato con un V8 turbo, más práctico con un asiento corrido. ¿Pero quién quiere eso? 

El Purosangue realmente está en una clase propia. Pero, paradójicamente, Ferrari se ha empeñado tanto en distanciarse de la etiqueta SUV que no ha entendido nada; el Ferrari Purosangue no es "otro" SUV, es, de hecho, el único.

Nuestro veredicto

0.8