Prueba del BMW iX1: un SUV eléctrico sensato y dinámico

Prueba del BMW iX1

Conducimos la versión eléctrica del SUV "pequeño" de BMW

La planta de BMW de Regensburg (Alemania) es el lugar en el que voy a iniciar esta prueba del BMW iX1. Tiene sentido, ya que de estas instalaciones -que empezaron a operar en 1986- salen todas las variantes del X1. Sin embargo, esta es la que más llama la atención, ya que se trata del primer iX1 que llega al mer.

Sin duda, la popularidad de los coches eléctricos es evidente y este conocido todocamino ya necesitaba una configuración así. La idea con el BMW iX1 era combinar las virtudes que han caracterizado a las versiones de combustión, combinándolas con las ventajas de esta propulsión. Por ello, a simple vista no veo grandes novedades propias de esta motorización.

Diseño e interior: refinado y moderado

El diseño del BMW iX1 es el mismo del nuevo X1 2023, que ha sido recientemente renovado para ofrecer una estética más refinada, aunque conservadora. Por delante destacan las grandes tomas de aire del paragolpes, así como los grupos ópticos con la nueva firma lumínica en forma de L invertida. Asimismo, veo la habitual parrilla de los dos riñones, que en este caso está tapada.

Esa es una de las peculiaridades que me indican que estoy ante una versión eléctrica del BMW X1, junto al emblema colocado en la falsa calandra y los tonos azules del logotipo de la marca. Más allá de esto, por el lateral sigo viendo la típica línea de este todocamino, mientras que detrás uno de los elementos que más me llama la atención son los pilotos en 3D.

Esto tampoco es algo propio del iX1, pero sí de la nueva generación de este todocamino. Lo mismo sucede con el spoiler trasero y el paragolpes con una zona en color negro, bajo el cual se coloca un difusor con dos zonas a los lados donde habitualmente van las salidas de escape. En definitiva, el diseño de esta variante se basa en los detalles.

De hecho, la historia se repite al subirme en el asiento del conductor. Aquí, la distribución es la misma que en el resto de la gama, con la BMW Curved Display -realmente es la unión de una pantalla de 10,25” y otra de 10,7”- como elemento estrella y culpable de la eliminación de varios mandos físicos. 

Asimismo, el interior del BMW iX1 es amplio, algo a lo que ayudan elementos como el reposabrazos flotante. En conjunto, se mantienen las claves de las anteriores generaciones, pero noto mejores acabados y una mayor habitabilidad como resultado del crecimiento de esta generación. Esto debería tener un efecto en el confort a la hora de circular, así que decido no demorarme más.

Prueba del BMW iX1: ¿cómo se comporta?

De primeras, saliendo de las instalaciones de la planta de Regensburg, me sorprende el blando tacto del acelerador. Al principio me cuesta acostumbrarme, pero pronto puedo regular bien la aceleración. Como buen eléctrico, puede proporcionar una pegada fuerte si lo deseas, pero eso no hace que la conducción sea brusca cuando “cambias el chip” respecto de un coche de combustión.

Circulando por las calles y probando el iX1 por la autopista, el comportamiento no es muy distinto al de las versiones de combustión. La suspensión filtra bien los baches y no se escucha prácticamente el viento a mayores velocidades. Lo único que oigo es una imitación del sonido de un motor de combustión, algo que puedo desconectar si quiero.

Prueba del BMW iX1

Asimismo, otra cosa que me llama la atención no tiene tanto que ver con el comportamiento del coche como tal, sino con su sistema de navegación. En este modelo se hace uso de la realidad aumentada, de manera que puedo ver en la pantalla las indicaciones del GPS proyectadas sobre la imagen en tiempo real de la carretera. No es algo necesario, pero ayuda.

Aun así, volviendo a las sensaciones al conducir el BMW iX1, hay varios detalles que me sorprenden. Uno de ellos lo noto al abandonar la autopista y conducir por carreteras de curvas. Aquí, aunque probablemente esta versión sea mucho más pesada que las de combustión -BMW no ha dado cifras aún-, lo cierto es que se mueve con bastante agilidad.

A la hora de tomar las curvas, la inclinación de la carrocería no es pronunciada dentro de los parámetros de un SUV. Además, los dos motores con una potencia estándar de 270 CV mueven el coche con suficiente soltura, permitiendo un paso de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y una velocidad máxima de 180 km/h.

Ahora bien, en el volante puedo ver una leva colocada en el lado izquierdo con la inscripción “Boost” en ella. La pulso y todo cambia: en el cuadro de instrumentos y el Head-Up Display veo una cuenta atrás de 10 segundos, el sonido de imitación del motor se vuelve más grave y la respuesta es mucho mayor.

Prueba del BMW iX1

No es para menos, ya que en este modo cuento con 313 CV y 494 Nm de par. Se trata de un plus de potencia que solo tiene esos 10 segundos de duración, pero que puede ser de gran ayuda en situaciones como las de un adelantamiento complicado, por ejemplo. 

Más allá de esto, de esta manera también podrás pasarlo bien sin tener que meterte a cambiar los modos de conducción -como el Sport y el Efficient-, proceso en el que te ves obligado a apartar la vista de la carretera más de lo deseado. Eso sí, no debes dejar de tener en cuenta que perderás autonomía si te emocionas demasiado, como en cualquier modelo…

Aun así, tampoco es algo de lo que te vayas a preocupar demasiado. Gracias a su batería de 64,7 kWh, la autonomía del BMW iX1 oscila entre los 414 y los 440 kilómetros según el ciclo WLTP, con un consumo de entre 18,3 y 17,2 kWh/100 km. Esto te permitirá recorrer distancias mayores con cierta tranquilidad, lo que supone uno de los grandes desafíos de los eléctricos.

Asimismo, en cuanto a las recargas, se podrán realizar en un enchufe de Corriente Alterna de 11 kW o en uno de 22 kW opcional. Por otro lado, también se podrán llevar a cabo cargas de Corriente Continua de hasta 130 kW, lo que te permitirá pasar de un 10% a un 80% en apenas media hora.

Conclusión

Prueba del BMW iX1

De esta forma, tengo muy clara mi conclusión finalizar mi ruta al volante de esta unidad prototipo, que es prácticamente tal y como será el coche de producción. En definitiva, es innegable que este es un SUV eléctrico bien acabado y ejecutado. Si quieres suavidad, la tendrás, pero también contarás con un rendimiento más que satisfactorio cuando lo desees.

En resumen, se trata de un producto que puede funcionar por su comportamiento y versatilidad, más aún si tenemos en cuenta que el precio del BMW iX1 arrancará en unos 54.900 euros. Sin duda, podrá ponerle las cosas difíciles a coches como el Mercedes EQA y el Audi Q4 e-tron, que se sitúan entre sus rivales más directos.

Nuestro veredicto

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Etiquetas: Motor