Prueba del Mazda 3 Skyactiv-X: 'rápido' no significa 'deportivo'. Y es genial

Se agradecen coches así

En esta prueba del Mazda3 Skyactiv-X no te voy a hablar de altas prestaciones. Sí, tiene 180 CV, un cuatro cilindros atmosférico y un cambio manual que funciona mejor que bien. Pero no estás ante un coche deportivo, sino ante un compacto veloz, razonablemente cómodo y, sin duda, con un aspecto con gancho.

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Primero déjame que te cuente rápidamente de qué va esto del Skyactiv-X. Se trata de la apuesta de Mazda para el mercado de las bajas emisiones. En serio: con un dos litros como este se consigue un consumo menor que en el Mazda3 de 122 CV. El truco está en la manera de hacer el paso de la combustión, que combina técnicas de motores diésel (la ignición por compresión) y de gasolina (ignición por la chispa de la bujía). En teoría hay más par abajo y sube mejor de vueltas.

Pero si te interesa el Mazda 3 Skyactiv-X seguramente sea porque buscas un modelo para el día a día con unas prestaciones dignas y un consumo contenido. Y más o menos lo obtienes todo.

Interior del Mazda 3: por encima de la media

Antes de iniciar la prueba del Mazda 3 con el motor Skyactiv-X me detengo a observar el interior. Tengo en mi poder la versión 100 aniversario, por lo que disfruto de detalles que no están presentes en las versiones normales. 

Pero eso no quita para que lo principal siga ahí: tienes tus tres niveles de información y control. Arriba, la pantalla del Head-Up Display (de serie en toda la gama) y del sistema de infotainment de 8", más abajo está el cuadro de relojes (y más o menos los mandos del climatizador) y  por fin en la parte baja de la consola central los manos de control, con una ruleta giratoria y algunos botones táctiles que facilitan el control.

Una de las cosas que más me gustan es que no se deja nada al control táctil, lo que ya supone un punto a su favor. Sí que quizá añadiría una manera más sencilla de acceder a las emisoras de radio favoritas, o un control algo más fluido y directo de algunas funciones del navegador. 

La posición al volante sigue siendo igual de buena que en el resto de Mazda3. Los cómodos asientos de cuero rojo de esta versión tienen un mullido firme y recogen bien el cuerpo, lo mismo que los de las versiones normales.

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En la zona posterior es donde se encuentra su punto débil, ya que las plazas traseras, que son cómodas, son un poco estrechas y las ventanillas, pequeñas, mientras que el maletero tiene un borde de carga elevado. Cosas del diseño.

En marcha: empieza la prueba del Mazda3 Skyactiv-X

Inicio la prueba metiéndome directamente en autopista. El tacto del coche es como el del Mazda3 de 122 CV. Firme, pero no duro. Me gusta que las suspensiones filtran bien los baches grandes, aunque los neumáticos de esta unidad 100 Aniversario, unos Bridgestone Turanza 215/45 R18 hacen lo que pueden para contener las imperfecciones menores que en gomas de mayor perfil pasarían desapercibidas. Nada grave si te gusta saber qué ocurre en el asfalto. 

En línea recta muestra una calidad de rodadura elevada con un buen silencio de marcha, ya que a 120 km/h en sexta vas a 2.100 rpm, más o menos. ¿Y qué pasa cuando sales a una carretera de la red secundaria? Creo que no vas a tener problema. Más bien al contrario: el tiro de la palanca del cambio es de corto recorrido y además bastante precisa.

Mazda3 Skyactiv-X

En cuanto al comportamiento del motor, el Skyactiv-X en el Mazda3 se comporta bien. Es muy lineal; empuja con garra... pero sin los fuegos artificiales de los bloques turboalimentados. Las maravillas de los motores atmosféricos: aquí hay empuje continuo desde las 2.000 rpm (incluso puedes salir en cuarta sin tirones) hasta las 6.000.

Además, para mi gusto el tarado de la suspensión está bien escogido: firme en compresión y un poco más enérgico en extensión (quizá en los infinitos badenes lo notes) y el equipo de ruedas te van a ayudar a circular ágil y despreocupado cuando el terreno está en buen estado: las curvas rápidas no las vas a notar y en las más cerradas apenas aparecen balanceos o cabeceos.

Si subes el ritmo, el eje delantero se mostrará disconforme en forma de una ligera falta de feeling (quizá algo menos de asistencia podría estar bien en estos casos), tal y como ocurre en el CX-30 (prueba), pero creo que más que un fallo del coche, es un fallo tuyo por llevarlo a una zona que no es la suya.

Por eso, durante esta prueba del Mazda 3 Skyactiv-X he tenido muy presente siempre que no hay que exigirle un comportamiento muy deportivo; de hecho, diría que se sitúa más al nivel de los compactos enfocados al confort, sin que signifique eso que sea un coche aburrido de conducir.

Seguramente una buena parte del tiempo este 'mild hybrid' va a vivir entre edificios. No hay pegas, salvo la visibilidad en los tres cuartos traseros: como ocurre con las plazas traseras, cosas del diseño con esa línea de cintura que se eleva y un pilar C muy ancho.

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Pero al formar parte de la categoría de coches híbridos con pegatina Eco, puede circular por zonas con restricciones, por lo que gana algún punto con respecto a algún que otro competidor con pegatina C.

En definitiva, diría que el Mazda3 más potente es una gran opción para quien busca un coche 'chulo' y poco visto, con una buena calidad, tanto de acabados como de rodadura, y está dispuesto a gastar un poquito más en ello. En la marca dicen que quieren pelearse con pesos pesados como el Mercedes Clase A o el BMW Serie 1. Personalmente creo que atributos no le faltan...

Nuestro veredicto

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