Prueba retro del Hyundai Veloster: un coche... ¿Confuso?

Un hacth de cuatro puertas. Un diseño extraño, cuando menos.

Si lo miras de una forma, el Hyundai Veloster parece un coupé de tres puertas. Pero si te pones detrás a la izquierda, pasa a ser un hactback de cinco puertas. Pero en el fondo, es un 2+2, un hacth de cuatro puertas. ¿Te has liado? Pues nosotros también.

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El tema tiene su punto, porque en el lado del conductor solo posee una puerta larga. Algo habitual, al estilo del Volkswagen Scirocco, por ejemplo. Pero la puerta del acompañante se acorta para hacer hueco a una tercera puerta, muy del estilo del Mazda RX-8.

A Hyundai le pareció una idea sublime. En la cabeza de los diseñadores, era espectacular. A efectos prácticos, pues más o menos. El Veloster llegó con un precio inferior a los 20.000 euros para competir con el VW Scirocco, el Honda CR-Z, el Peugeot RC-Z, etc.

Un coche diferente que pasó desapercibido

Hyundai Veloster.
Hyundai Veloster.

El Hyundai Veloster montó un motor de 4 cilindros y 1,6 litros que generaba 140 CV transmitidos al eje delantero. Una buena apuesta por su precio y relación peso-potencia, a lo que había que sumar una garantía de cinco años.

No fue el coche más personalizable de su tiempo, pero aún así, fue algo radicalmente diferente a los coches de sus años. Aunque dividió la opinión pública radicalmente, porque o te gustaba o lo odiabas. No había término medio.

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En el interior es amplio desde el asiento del conductor, con un techo (panorámico) alto, hueco de sobra para las piernas... Quizá en una posición algo elevada. Para las plazas traseras, un espacio suficiente. Ni mucho ni poco. Un viaje con un coche en versión de preproducción que, según Hyundai, tenía el chasis pulido al 85%.

Aún con ello, es un coche suave de conducir. Su caja de cambios manual de seis velocidades es rápida y directa. Pero el aburrimiento, según pasa el tiempo, se hace más patente. No es un coupé, y le falta algo. Ese nervio, el sentimiento. Le falta potencia y le falta ruido en altas revoluciones.

Pero no era un coche dirigido a los conductores extremos o a los que les gusta llevar al límite a sus coches. Hoy en día, podría incluso triunfar como utilitario de ciudad en una versión eléctrica. Aunque la puerta extra, cada vez que la miras, pierde más sentido. No tiene el carisma del RX-8.

En definitiva, un coche curioso de esos que quedan en el olvido salvo para unos pocos. Un punto anecdótico en la carrera automovilística de Hyundai. Aunque fue un comienzo, porque en la actualidad ha mejorado mucho (aún conservando su puerta especial), e incluso posee una versión N.

Nuestro veredicto

6

Etiquetas: Coches compactos