Prueba del Skoda Superb iV: el híbrido enchufable que marca nuevas reglas

Ojo, que se pone seria la cosa

Inicio esta prueba del Skoda Superb iV con la sensación de estar conduciendo el coche híbrido más popular de 2020. Y lo digo en serio. Verás: tiene rivales de cuidado, como el Volkswagen Passat, aunque es bastante más caro. También la buena cantidad de SUV híbridos que están inundando las carreteras (“es el mercado, amigo”) se lo van a poner difícil. Pero lo cierto es que esta berlina checa tiene bastantes argumentos para triunfar. Veamos.

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Para empezar, tiene el espacio. Las plazas traseras son sencillamente espectaculares: a no ser que midas dos metros, vas a poder incluso cruzar las piernas acomodado en sus dos generosas plazas en los laterales. La central no está tan mal como en otros modelos, pero el final de la consola central te va a molestar.

Tampoco está nada mal el maletero, y eso que en el Skoda Superb iV 2020 es algo menor que en las versiones TSI y TDI debido a que ahí van alojadas las baterías de 13 kWh y 114 CV. En este sentido, debido a la aparición de este elemento, un ingeniero de la marca, Jan Stephanek, me ‘chivó’ que han tenido que reforzar el eje trasero y la suspensión para poder aguantar la mayor masa, que por cierto se traslada algo hacia atrás empeorando algo el reparto de pesos, lo que me lleva a otro punto: la dinámica.

Prueba Skoda Superb iV híbrido enchufable

No te voy a hablar de un Renault Mégane RS Trophy R, pero lo cierto es que en la práctica apenas se notan esos kilos de más. Durante esta primera prueba del Superb iV he sentido un coche moderadamente ágil (tener 218 CV de manera combinada ayuda). El motor eléctrico con el que arranca en la mayoría de las situaciones proporciona el empuje necesario como para que en principio no eches de menos más potencia en ciudad, donde se muestra cómodo a pesar de su longitud: tiene buena visibilidad circular y si utilizas el potencial híbrido, puedes llegar a ver consumos de menos de tres litros, aunque una vez que agotas la batería, estos suben. En mi ruta de algo más de 100 km pude hacer 4,7 litros sin buscar un valor bajo y si hacer una conducción especialmente económica.

La ventaja es que el 1.5 TSI de 156 CV siempre ayuda cuando se necesita, por lo que en total podemos hablar de cifras más que interesantes: 227 km/h de velocidad punta y 7,7 segundos en el 0 a 100. Pero eso lo podrá hacer en una autobahn alemana. Yo, por ahora me conformo con los 130 km/h de las autopistas holandesas en un trayecto que me lleva desde Ámsterdam a La Haya pasando por Zandvoort (rozando el circuito por fuera, pero algo es algo).

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En línea recta la calidad de rodadura es sensacional. Apenas se escucha el ruido del aire y por eso mismo se nota la entrada en funcionamiento del motor de combustión, que tampoco es intrusivo ni molesta. Solo me hace torcer el gesto un navegador algo lento de reacciones, pero reconozco que es la primera vez que me ocurre en un Skoda, por lo que no le doy mayor importancia.

Me concentro en no aparecer en los fotomatones gratuitos instalados en los arcenes, así que aprovecho que voy relajado para analizar el interior. El asiento es cómodo en las dos versiones que he conducido, un Laurin&Klement y un Sportline y el manejo, como en casi todos los modelos del Grupo Volkswagen, casi impecable. Me pregunto para qué sirve el control gestual, impreciso y con funciones prácticamente innecesarias, me pone los pelos como escarpias la abundancia de ese negro brillante que tanto le gusta a las huellas dactilares y disfruto de una calidad de acabados y materiales bastante buena.

Dinámica en carreteras secundarias

La prueba del Skoda Superb iV continúa por  carreteras secundarias. Y más de lo mismo: las curvas amplias las gestiona con facilidad y, a falta de probarlo un poco más, me ha dado la impresión de que se le atragantan un poco las más cerradas. ¿Había giros así en la ruta? La verdad es que no, pero sí alguna que otra rotonda...

En marcha tienes bastante información en el Virtual Cockpit, que es de serie. Es una pantalla con bastantes campos y configuraciones en la que puedes ver desde el mapa hasta el ordenador de viaje. Lo mejor de todo es que es de serie en todos los acabados salvo en el base, Ambition, que lo montará durante la campaña de lanzamiento durante el mes de diciembre.

Prueba Skoda Superb iV híbrido enchufable

Y aquí está otro de los puntos fuertes que mencionaba en el inicio de la prueba del Skoda Superb iV: el equipamiento. Tiene todo lo habitual, pero además añade una pantalla central de ocho pulgadas con navegador (opcional de 9,2” que es de origen en el L&K), tarjeta eSIM que permite gestionar el coche de manera remota (climatizador, carga, etc) y suspensión adaptativa DCC con tres modos: confort, normal y sport. Por cierto, si me preguntas, me parece que el modo Individual con el motor en modo sport y todo lo demás en confort es genial.

Para terminar, un vistazo rápido al precio: desde 31.000 euros es un argumento de venta bastante potente, teniendo en cuenta que un Ioniq apenas costará 1.000 euros menos (precios oficiales con promociones) y el GTE se queda 10.000 euros más caro. En dirección contraria, es terreno de las versiones de acceso de modelos de BMW y demás, y claro, siempre viste mucho llevar este tipo de insignias en la calandra.

Pero sin duda, tras esta prueba del Skoda Superb iV, tengo la sensación de que los demás se van a tener que poner las pilas (ojo al chiste) para poder competir con este modelo, especialmente en el mercado de flotas, donde esperan rozar el 70 por ciento de las ventas. Sin duda, la guerra va a ser dura...

Nuestro veredicto

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