Lexus GS F: así se conduce

La berlina elegante y deportiva existe...

El mundo de las berlinas premium es muy competido. No basta con ofrecer una imagen elegante y ciertas dosis de lujo; también es necesario que en cada gama haya una versión decididamente deportiva. Y si no se queda sólo en las intenciones o en la cifra de potencia, como en el caso del Lexus GS F, mejor. La vida es más que muchos caballos en el motor. Deben ser acompañados por un cambio afinado y un chasis con una puesta a punto dinámica. Estamos de acuerdo, ¿verdad?

El Lexus GS F es un gran ejemplo. Tiene 477 CV que van directos a sus ruedas traseras (bien. Eso nos gusta) y salen de un bloque que gasta 13,3 l/100 km. No es para tirar cohetes… pero sí representa un dato menor que el de muchos de sus rivales. Lo consigue gracias a un peso contenido, a pesar de un diseño que parece voluminoso. Pero son sólo apariencias, el peaje que hay que pagar por una imagen que deja claras sus intenciones.

Sin embargo, en el interior cambia esa impresión. Aquí pesa más su vertiente de coche para una familia, a pesar de sus inserciones en aluminio y su volante deportivo. Hasta parece un poco desfasado. Sin embargo, nos gustan mucho sus asientos, muy cómodos y con una sujeción del cuerpo intachable.

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¿Qué tal se conduce el Lexus GS F? La verdad es que no estaría mal un motor un poco más elástico, aunque quizá se te olvide cuando escuches el sonido de su propulsor a través de los 17 altavoces Mark Levinson. Si eres un amante de la música, no dudes en invertir en este equipo…

En una carretera retorcida echarás de menos una dirección algo más comunicativa. También nos habrían gustado unas reacciones más vivas, aunque el nivel de agarre es bueno y la suspensión sujeta muy bien la carrocería, lo que permite jugar con los cambios de apoyo. Es equilibrado y su imagen promete cosas que puede cumplir. Al fin, una berlina deportiva es… deportiva.

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