Ya hemos conocido algunos de los BMW CSL que jamás llegaron al mercado, pero este puede que sea uno de los más interesantes de este grupo de deportivos tan especial. Este es el BMW M6 CSL, un modelo con grandes prestaciones, que además es el único 'M' con aerodinámica activa.
Allá por el 2005, BMW ideó el coche que veis en las fotos. En el apartado estético no era especialmente llamativo, pero bastaba con fijarse en los detalles para encontrar diferencias respecto del M6 normal. Sus modificaciones en este aspecto estaban enfocadas a la aerodinámica, ya que fue lo que se intentó potenciar. Por ello, se agregaron algunas mejoras.
Lo más evidente era el diseño de los espejos, que posteriormente evolucionó para ser usado en futuros modelos de la gama M. Sin embargo, lo realmente importante no saltaba a la vista: había un alerón y un splitter delantero móviles, los cuales podían ser desplegados electrónicamente.
Para manejar estos elementos, se colocaron un par de interruptores en el interior, aunque la idea era que reaccionaran a la velocidad del coche. Sin embargo, dado que el proyecto no fue más allá, todo se quedó tal y como se ve en este prototipo. Aun así, el BMW M6 CSL era un coche que podría haber resultado bien, ya que contaba con muchos rasgos interesantes.
La aerodinámica activa era su factor más llamativo, pero había más. Como buen CSL, se trataba de un coche aligerado y eso se podía comprobar en el interior, que había sido despojado de multitud de elementos. Especialmente era así en los paneles de las puertas, que quedaron con poco más que las manetas para operarlas. Así, el coche perdió más de 100 kg.
Te interesa: El BMW M2 CSL que casi se vendió
Por otro lado, esta reducción de peso se combinó con una mecánica más prestacional. Para el motor del BMW M6 CSL, la marca alemana optó por utilizar el mismo V10 de 5,4 litros del M5 CSL. En este caso, también emparejaron este propulsor con una caja de cambios automática de doble embrague, pensada para aprovechar todo el potencial del bloque.
Y es que, al fin y al cabo, se trataba de jugar con los 557 CV de potencia que ofrecía ese V10 mejorado. Con esta combinación entre la mecánica, la aerodinámica y la ligereza, el M6 CSL podía llegar a 100 km/h en unos 4 segundos y era capaz de superar los 300 km/h.
Sin duda, el coche prometía, pero finalmente no pudo llegar al público general. Una lástima, pero es un consuelo saber que algunos elementos de futuros ‘M’ y parte del desarrollo de la aerodinámica activa no se habrían producido de no ser por este coche.