Ríos de tinta han corrido en Alemania a costa de las Autobahn, las autopistas sin límite de velocidad. Muchas voces reclamaban el fin de la barra libre en el cuentakilómetros y que se pusiera coto a la velocidad. Otras tantas que se mantuviera tal  y como está hasta ahora. Tras mucha controversia ha ganado esta segunda opción gracias a un invitado inesperado: el coche eléctrico.

El Gobierno que preside Olaf Scholz  ha debatido sobre ese respecto, pero la moción de fijar una velocidad límite ha sido derrotada. La medida, en caso de haber sido aprobada, pondría fin al falso mito de que en Alemania no existen multas por exceso de velocidad.

En España igual pensamos que quieren bajar las revoluciones de los vehículos para mayor seguridad y que no hayan accidentes. Aun así, no andaríamos muy equivocados porque ha aumentado la siniestralidad en las autopistas germanas.

A pesar de lo comentado, los tiros no van por ahí, ya que en Alemania miran más otro factor que, a lo mejor aquí, no miramos tanto. Allí se centran en que correr mucho contamina más , gasta más y es perjudicial para el medio ambiente.

Por esta razón, el ministro de Transporte de Alemania, Volker Wissing, ha tenido que salir a la palestra y confirmar de viva voz que no se van a poner límites de velocidades en las Autobahn, entre otras cosas porque la llegada del coche eléctrico lo hace innecesario.

Y es que la lógica impera cuando se piensa con la cabeza y no con el bolsillo. La decisión del gobierno alemán está cimentada en cifras que constatan que, desde octubre de 2021, los usuarios de vehículos cero emisiones circulan más despacio con el objetivo de ahorrar energía en sus baterías.

“Los altos precios de la energía ya están causando que muchas personas conduzcan más lentamente; y con los coches eléctricos la gente no conducirá tan rápido porque quiere ahorrar sus baterías”, ha explicado el responsable de la cartera de Transporte en Alemania.

La explicación técnica a las palabras de Wissing se basa en que el comportamiento del consumo de los coches eléctricos es inverso a los de combustión. Mientras que en los primeros es mínimo cuando se circula a 50 km/h o menos y se eleva de manera sensible cuando se circula a altas velocidades, en los de combustión interna sucede lo contrario. 

Estos consumen menos cuando el ritmo se mantiene alto (es óptimo los 90 y los 110 km/h), aunque también crece mucho por encima de estos guarismos.