La revolución que ha supuesto la llegada del coche eléctrico a nuestras vidas todavía se está digiriendo lentamente y con ciertas reticencias por parte de los conductores. Son muchos años de ventaja los que llevan los vehículos de combustión interna y cambiar de sopetón todavía cuesta. Pero la actualidad es la que manda y los enchufables han venido para quedarse.

A lo ya comentado, hay que añadir que la gran ventaja respecto a los de gasolina o diésel está en las cero emisiones a la atmósfera, con lo que se consigue una sostenibilidad añorada por todos los gobiernos. Donde puede surgir algo de escepticismo es en algunos elementos de los automóviles eléctricos como la transmisión, ya que carece de la tradicional caja de cambios manual. 

Vamos a focalizar en ese aspecto porque como nos cuentan nuestros compañeros de Computer Hoy, se abre un interrogante sobre el sistema de transmisión utilizado en estos vehículos y cómo logran optimizar su rendimiento sin la presencia de una caja de cambios convencional.

El aspecto más importante que debemos destacar sobre esta transmisión es que los coches eléctricos no necesitan una caja de cambios de marchas por las especificaciones de su propulsor. El par motor está disponible de forma constante en cualquier rango de revoluciones por minuto. Por esta razón, por lo que se prescinde del cambio de marchas ante su nula efectividad. 

En contra de lo que sucede en los automóviles con motores de combustión interna, los enchufables echan mano de la potencia instantánea del motor, lo que les permite tener una aceleración suave y continua que no se para. Gracias a este mecanismo, el eléctrico gana en eficiencia energética y su rendimiento mejora ostensiblemente.

El sistema de control electrónico de los propulsores eléctricos les posibilita, de forma automática, regular y adaptar la potencia y la velocidad. Por si no lo sabías estos vehículos sólo disponen de una velocidad, lo que simplifica aún más el sistema de transmisión y reduce el posible mantenimiento.

Como los fabricantes saben del gusto por tocar una palanca de los antiguos usuarios de los motores de combustión, han pensado que pueden sustituir las tradicionales marchas por modos de conducción, con lo que compensan (relativamente) esa carencia. Es habitual que se inclyan tres modos: estándar, de alto rendimiento y eco un consumo de energía bajo. 

Debemos subrayar que este tipo de modos no son relaciones al uso, pero  afectan la autonomía del vehículo mientras está en marcha por las diferentes vías por las que transite. 

Según diferentes opiniones y publicaciones, señalan que marcas como Toyota, a través de su marca de lujo Lexus, está trabajando para incorporar a sus vehículos cambios de marcha para coches eléctricos que replican la experiencia de la transmisión manual. Pero sólo es un rumor. Poco más se sabe al respecto.