El motor español que impulsó al coche más rápido de su tiempo

Pegaso Z102 subasta verde

Hace décadas, un motor español llevó a un deportivo nacional a situarse como el más rápido del planeta. Hablamos del Pegaso Z102.

La industria automovilística española cuenta con varias décadas de historia y fue hace más de medio siglo cuando se creó una mecánica espectacular. Hablamos del motor español que impulsó al coche más rápido de su tiempo, el Pegaso Z102, que se convirtió en uno de los deportivos más icónicos de nuestra historia.

Para hablar de este modelo tenemos que viajar a los años 50, una época en la que la industria de España intentaba crecer para medirse con la de otros países en multitud de ámbitos. En el mundo del motor, marcas como Seat daban sus primeros pasos y ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones S.A.) empezó a trabajar en un deportivo.

Con el ingeniero Wilfredo Ricart como diseñador, el Pegaso Z102 empezó a comercializarse en 1951 y estuvo a la venta hasta 1957. Su estética era espectacular, pero era su rendimiento lo que hizo que destacara en el panorama internacional. ¿El culpable? Su motor, un V8 disponible en 2.500 cc, 2.800 cc y 3.200 cc

De esta forma, había versiones de este modelo con 250 CV, aunque se llegaron a alcanzar 280 CV. Sin duda, una cifra especialmente elevada para los años 50 y ciertos aspectos de la mecánica eran tan sorprendentes como la propia potencia. Por ejemplo, se usaron cámaras de combustión hemisféricas para beneficiar el reparto de pesos y una caja de cambios transaxle.

Por otro lado, las culatas de doble árbol de levas en cabeza con válvulas simétricas permitía subir las revoluciones a 8.000 rpm y el uso del aluminio gamma en partes como los cilindros y el cárter ayudaba a reducir el peso. Se trataba de soluciones inteligentes y efectivas, las cuales provenían del pasado de Ricart en la competición.

Con esto, el Z102 no era solo un deportivo capaz, sino que era uno de los mejores del momento y llegó a ser el más rápido del mundo en 1953. Con una velocidad máxima de 244,62 km/h, este coche español se situó al nivel de marcas como Aston Martin y Ferrari, llegando a superarlos en prestaciones.

De esta forma, tanto el motor de este Pegaso como sus demás cualidades lo convirtieron en una leyenda, la cual tuvo una vida comercial demasiado corta. Tras seis años de producción se fabricaron solo 86 unidades y hoy en día es especialmente raro de encontrar, de manera que tener uno es como tener un tesoro.

En cierto modo, esto también era así cuando era nuevo, ya que su precio estaba en torno a las 500.000 pesetas y sólo unos pocos podían permitírselo. Esto hizo que se vendieran pocos y actualmente su valor ha alcanzado unas cifras astronómicas. Claro, que tampoco es algo descabellado. Al fin y al cabo, hablamos del que una vez fue el coche más rápido del mundo.

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