El actual diseñador jefe de Stellantis, Ralph Gilles, es conocido por modelos tan llamativos como el Chrysler 300C y el Viper SRT de quinta generación cuando era el CEO de la conocida sección de deportivos de Chrysler. 

Por lo que no es tan conocido es por el Dodge Charger de 1968 con carrocería de fibra de carbono y 1.015 CV llamado 'Hellucination' y construido por SpeedKore que es su ojito derecho.

Y es que lo que comenzó siendo el típico 'barn find' oxidado ahora es un restomod completamente personalizado impulsado por un V8 Hellephant 426 que es capaz de alcanzar una cifra de potencia brutal y un asombroso par de 1.288 Nm.

Los datos del 'Hellephant' son de esos que gustan. El bloque de 6.974 cc es de aluminio y lleva un compresor volumétrico. Aparte, todas las piezas están reforzadas para soportar el aumento de potencia y puede subir de vueltas hasta las 6.800 rpm, un valor que a los amantes de los deportivos europeos les puede hacer soltar una sonrisita tierna, pero que no está mal para un muscle car.

Si echas la vista atrás, el Dodge Charger R/T de finales de los 60 montaba también un V8 426, aunque en ese caso había dos carburadores de cuatro cuerpos alimentando a la bestia, que llegaba a los 431 CV y 664 Nm. 

Lo interesante del motor Hellephant es que se podía comprar online por 29.000 dólares (está agotado ahora) y colocar en cualquier modelo de Dodge anterior a 1976, aunque los posteriores también, siempre y cuando sus propietarios tuvieran en cuenta que podrían estar incumpliendo algunas normas anticontaminación, especialmente en California y Canadá.

Para poder circular con el Charger Hellucination con ciertas garantías, aparte de la carrocería en carbono (material que se extiende también a los bajos y al interior), se han modificado las suspensiones, ajustado la columna de dirección para poder hacerla compatible con algunos elementos del diseño y se han colocado frenos Brembo. 

Nuestro compañero americano Rob Dahm, especializado en preparaciones y restomod varios, nos trae un recorrido por la colección de coches de Gilles y, lo más espectacular, echa una mirada de primera mano al Charger más salvaje que nadie ha visto jamás.