Los combustibles sintéticos pueden seguir dando vida a los motores de gasolina y diésel

Audi y Porsche ya utilizan combustible sintético.

Gustavo López Sirvent

A pesar de que el sepelio esté fijado para 2035

El sepelio de los motores de combustión lleva fijado desde hace tiempo para 2035. Los familiares no quieren esperar más porque sería muy perjudicial. Pero aun así, hay una facción de esa familia que quiere aplazar su entierro. ¿Dónde está la clave? En los e-fuels o combustibles sintéticos que Porsche y Siemens ya están fabricando en Chile.

Como ya es sabido, la propuesta de la Comisión Europea de prohibir la venta de coches nuevos que emitan CO₂ a partir de 2035 ya cuenta con el visto bueno del Consejo Europeo, o lo que es lo mismo, de los jefes de estado y de gobierno de los estados miembros.

En principio, los estados miembros han acordado un objetivo de reducción del 55% de las emisiones de CO₂ de los coches nuevos y del 50% de las furgonetas nuevas para 2030 en comparación con los niveles de 2021. Y, para 2035, lograr una reducción del 100% de las emisiones de CO₂ de los coches y furgonetas nuevos para 2035.

La propuesta de la Comisión Europea llamada  'Fit for 55' no se va a cambiar. Lo que sí varía es que el Consejo Europeo ha autoriza los e-fuels, los denominados combustibles sintéticos, y apremia a la Comisión Europea a buscar una propuesta para la matriculación de vehículos que funcionen con ese tipo de combustible.

El comunicado que ha redactado el Consejo Europeo dice lo siguiente: “El acuerdo incluye una redacción sobre los combustibles neutros en CO₂, según la cual, tras consultar a las partes interesadas, la Comisión presentará una propuesta para la matriculación de vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO₂ después de 2035".

A lo que añade que será "de conformidad con la legislación de la UE, fuera del ámbito de aplicación de las normas sobre flotas, y de acuerdo con el objetivo de neutralidad climática de la UE”.

De igual manera, se ha incluido una clausula para que en 2026 la Comisión Europea “evalúe a fondo los progresos realizados en la consecución de los objetivos de reducción del 100% de las emisiones y la necesidad de revisar estos objetivos teniendo en cuenta los avances tecnológicos". 

Dentro de ese marco, también van incluidas "las tecnologías híbridas enchufables y la importancia de una transición viable y socialmente equitativa hacia las emisiones cero”.

Esto quiere decir, ni más ni menos, que la Unión Europea se presta a una revisión de esos objetivos en función de la penetración en el mercado de los coches eléctricos e híbridos enchufables. Y ahí, los motores de gasolina y diésel reciben un soplo de aire fresco.

Debemos recordar y enfatizar en que para 2030, la finalidad de reducir las emisiones de CO₂ en un 55% con respecto a 2021 implica pasar de una media de emisiones por fabricante de 95g/km en la actualidad a una media de sólo 42,75 g/km (dejando de lado las posibles fluctuaciones al alza debido al peso medio de los vehículos).

Este hecho trae implícito una media de consumo homologado en ciclo WLTP inferior a 2,1 l/100 km en un coche con motor gasolina y de 1,9 l/100 km en un coche con propulsor diésel (dos consumos que equivalen a 50g/km de CO₂).