El pasado jueves un conductor ha empotrado (involuntariamente) su coche en una entrada de metro de Barcelona. Al parecer el protagonista del siniestro, un yayo de 78 añazos, pensó que se trataba del acceso a un parking. ¿Y qué hizo? Pues dirigirse 'tan pichi' con su Mercedes hacia las escaleras del suburbano. 

Afortunadamente, debió darse cuenta de la que estaba liando y frenó a tiempo antes de comerse la estación Diagonal de la línea 3. De hecho, detuvo el vehículo en los primeros escalones. Parece ser que San Cristóbal y el resto del santoral andaban por allí, puesto que no se produjo ningún herido. Cosas de la Providencia.

Posteriormente, la Guardia Urbana que cerró la estación por precaución, ordenó la retirada del vehículo con una grúa. Y así, entre la atención de una 'legión' de viandantes curiosos -que cotillos somos en este país-, terminó todo. Sí, el efecto mirón (peatonal), como diría mi mujer. Madre mía, seguro que si a este Ken Block septuagneario le preguntamos por el tema de las cagadas cómicas  aparcando el buga, nos imparte un Máster. ¡Qué peligro (publicó) tiene el amigo!

Cuando confundes el Metro con el Parking ??? pic.twitter.com/ky7Zlk7rOq

Los hechos sucedieron en torno a las 11:30 de la mañana cuando el abuelete circulaba con su Mercedacos por un área semipeatonal ubicada en el Paseo de Gracia de la Ciudad Condal. A ver, los que conocen aquella zona pueden decir en defensa del abuelo que esa entrada del suburbano y la salida de un aparcamiento están muy próximas. Pero, no podemos obviar que allí en medio han situado dos enormes jardineras que obstaculizan el paso. Es decir que el Fittipaldi en cuestión tuvo que sortearlas.

No obstante, debemos explicar que este es el segundo accidente que se produce en menos de un mes en esa estación. Por eso, sería muy procedente revisar los protocolos de seguridad y señalización vial y peatonal de ese punto urbano.

Imágenes:  @SelenoRSC