¿Es la gasolina barata realmente peligrosa para tu motor?

Gasolina
Damas y caballeros: ¡alcen sus sillas!

La discusión sobre si la gasolina barata tiene la misma calidad que la distribuida por las grandes compañías petroleras es casi tan vieja como el propio automóvil y, sin duda, se ha cobrado muchas más vidas a lo largo de los años: ¿sigue tu cuñado empeñado en que repostar en su centro comercial de confianza es mucho más inteligente que hacerlo en una estación de servicio convencional? Hoy hablaremos sobre ello. Y ya te adelanto que podrías no ganar este debate. 

¿Qué es la gasolina barata? 

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Cuando hablamos en este artículo de gasolina barata estamos haciendo referencia a los combustibles que, a pesar de garantizar un rendimiento idéntico o muy parecido al que ofrecen los distribuidos por las grandes compañías, tienen un coste por litro notablemente inferior que incluso puede aumentar su distancia gracias a jugosos descuentos asociados a la compra de otros productos vendidos por el gigante que los vende. Como por ejemplo ese fantástico 5% que le hicieron al lince de tu colega a cambio de comprar 20 litros de refresco... que caducaba en tres días. 

Aunque puedas creer que este tipo de carburantes sólo son vendidos en las estaciones anexas a las grandes superficies -no diremos ninguna marca para no hacerle promoción a nadie-, lo cierto es que cada día son más los empresarios que deciden lanzarse a la aventura de implantar su propio modelo de negocio basado en un precio de lo más competitivo asumiendo el riesgo de jugar con un producto menos ‘conocido’ por el gran público. Que por suerte o por desgracia suele echar mano a los prejuicios ante una situación desconocida, claro. Por eso el Renault Captur se vende cuatro veces más que el Mazda CX-3. Por ejemplo. 

¿De dónde viene la gasolina? 

Es posible que si no eres demasiado friki -a nosotros nos gusta autodenominarnos petrolhead- no conozcas demasiado los entresijos que permiten al combustible llegar desde un pozo petrolífero hasta los maltrechos inyectores del motor del Saxo heredado de tus abuelos, y no te culpo: el origen de la gasolina que se distribuye en España no es un tema demasiado interesante y por eso generalmente no suele tratarse demasiado en los medios. 

¿Sabes de dónde viene la gasolina barata? Pues... del mismo lugar que la cara en la mayoría de casos. Por si no lo sabes, prácticamente la totalidad de los combustibles vendidos en nuestro territorio proceden del mismo lugar: la Compañía Logística de Hidrocarburos -CLH-. Esta empresa se encarga de almacenar y distribuir por toda nuestra geografía el oro líquido que las distintas refinerías desean introducir en un sistema en el que cada gota de carburante debe cumplir con unas exigencias mínimas que garanticen que la calidad general del producto no baje ni una décima. Sí, eso significa que la práctica totalidad de la gasolina y el diésel que se reposta por aquí tiene el mismo origen. Y sí, eso implica que el truco viene después. 

¿Cuál es el truco de la gasolina barata? 

Como ya hemos visto, el origen de casi todos los combustibles distribuidos en España -aquí los deportivos más vendidos en 2017- es el mismo y eso, aunque no lo creas, es muy bueno: de este modo los consumidores podemos estar más que tranquilos sabiendo que la calidad mínima exigida al alimento de nuestros motores cumple con los requisitos normativos suficientes como para no sufrir una mala digestión. ¿Y esa cara? Ah, claro: no entiendes dónde está la diferencia entre unos y otros... salvo en el precio. 

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El gran secreto que todas las compañías guardan en una caja fuerte como si fuera la fórmula de la Coca-Cola -¿sabes lo que le ocurre a tu motor si la usas para sustituir el aceite?- radica en los aditivos que suman al producto original y que, según anuncian en sus costosísimas campañas publicitarias, son la clave para convertir un combustible normalito en toda una maravilla de la alquimia ciencia. Gracias a estos elementos los distintos carburantes presentes en el mercado pueden ver mejoradas sus propiedades con el objetivo fundamental de alargar la vida tanto del bloque como de sus componentes -ayudando a eliminar los depósitos de residuos y a no crear otros nuevos-, aumentar la autonomía con un sólo depósito y darle a tu cepo potencia extra gracias a apellidos como ‘Ultra’, ‘Plus’, ‘Power’ o ‘Que lo flipas’. Vale, este último me lo he inventado, pero reconoce que repostar de vez en cuando gasolina 98 ‘Que lo flipas’ te gustaría. Y lo sabes. 

¿Es peligroso usar gasolina barata? 

La respuesta a esta pregunta es muy ambigua... y prácticamente nadie -salvo las partes interesadas, claro- se mojará lo suficiente como para darte una respuesta tajante. La obtención del combustible para los automóviles se logra mediante un proceso de destilación fraccionada que, a grandes rasgos, impide que el producto resultante sea siempre el mismo. ¿Te sorprende? Precisamente por eso el CLH se encarga de analizar cada gota que penetra en el sistema de distribución: así se reducen los riesgos hasta cotas prácticamente nulas. Sí, ahora puedes respirar con más tranquilidad. 

¿Es la gasolina barata de peor calidad, entonces? Ante ese interrogante la única respuesta posible es no: la calidad del producto básico que la compone es exactamente la misma y, tal como hemos visto, son los elementos añadidos para mejorar la fórmula los que marcan la diferencia entre unos combustibles y otros -además de su precio, claro-. Como es lógico, cuantos más aditivos para cuidar y alargar la vida de tu motor tenga el carburante que introduzcas en el depósito de tu coche mejor te irá pero, en ocasiones, resulta muy difícil medir el impacto positivo o negativo de hacerlo en contraste con el sobrecoste que implica. Sobre todo porque las grandes distribuidoras son más opacas en este sentido que las cuentas de financiación de un partido político. 

¿Qué debes hacer? 

Aunque los consejos que te da Paco desde la barra del bar parezcan de lo más razonables, lo mejor que puedes hacer a la hora de valorar si es buena o no la gasolina barata es... analizar cómo funciona tu coche con ella. ¿Realmente merece la pena invertir algo más de dinero en cada repostaje a cambio de unas mejoras que podrían ser inexistentes? ¿Eres demasiado maniático o maniática como para correr el riesgo? Nuestra recomendación es que utilices siempre el combustible que mejor le siente a tu montura y que, siempre que puedas, procures emplear el mismo: tu bloque se acostumbrará a funcionar con él y a nadie le gustan los cambios. Salvo que sea el de un Multipla por un 812 Superfast. Lógicamente. 

Algo que sí debes hacer siempre es respetar las calidades indicadas por el fabricante: no soy capaz de contar con los dedos de una mano la cantidad de veces que he oído a alguien con un artefacto que sólo admite gasolina de 98 octanos decir que con la de 95 su motor funciona igual. No, no funciona igual. Otra cosa bien distinta es que si no lo pasas de 2.000 vueltas nunca llegues a notar la diferencia... hasta que salga una biela disparada. Pedazo de animal. 

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