Por lo que parece, el Tesla Model X está empeñado en no volcarse. Algo que en principio choca con las leyes de la física: debido a su elevado centro de gravedad y peso, los SUV son vehículos más propensos a volcarse en caso de accidente… Salvo el Tesla Model X (aquí tienes nuestra prueba del Tesla Model X).

Durante las extensas pruebas de choque realizadas por el organismo americano encargado de velar por la seguridad del tráfico (National Highway Traffic Safety Administration), el modelo de Tesla ha obtenido cinco estrellas en su calificación global y en cada una de las pruebas a las que ha sido sometido, incluida la de vuelco (una calificación poco común en el caso de los todocamino). Asimismo, y para demostrar lo complicado que resulta volcar su SUV eléctrico, Tesla realizó recientemente su propia prueba interna.

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Este vídeo publicado en la cuenta de Twitter del fabricante muestra como el coche es literalmente empujando hacia una superficie de arena para simular qué ocurriría en el caso de que sufriera una salida de la carretera y se deslizara lateralmente sobre un suelo resbaladizo como la arena. Este test, conocido en inglés como ‘soil trip’ está bastante extendido en la industria automovilística.

En la mayoría de casos, un accidente de este estilo haría que un SUV volcara, incrementando el riesgo de lesiones de sus ocupantes. Algo que no ha ocurrido con el Model X. En las tres pruebas, el todocamino eléctrico se negó obstinadamente a volcarse. En el último ensayo, el Tesla está a punto de voltearse sobre su techo, aunque sorprendentemente acaba aterrizando sobre sus ruedas.

¿Por qué cuesta tanto volcar un Tesla Model X? La respuesta es muy sencilla: sus pesadas baterías se encuentran alojadas bajo el suelo, algo que rebaja considerablemente su centro de gravedad. De hecho, algunos propietarios que han sufrido un accidente consideran que su diseño ha podido salvar sus vidas.

Aquí tienes toda la información del Tesla Model X