Es posible que el nombre de Chaparral no te suene de nada. Pero debería, pues se trata de uno de los mayores precursores del automovilismo moderno, al haber descubierto la importancia de la aerodinámica en el desarrollo y comportamiento de un coche de competición. No te pierdas su historia. 

Así podrían ser los f1 del futuro: ¡espectaculares!

Jim Hall era un empresario texano de éxito en los años 60. Gran apasionado del automovilismo, también resultó ser un piloto de lo más resultón, pero la abundante cantera de ases del volante surgida en aquellos gloriosos años no le permitieron brillar como competidor... al menos, moviendo la rosca. Pero Hall estaba llamado a ser uno de los grandes nombres de la competición, y encontró la trazada de su carrera al comenzar a desarrollar, junto a James 'Hap' Sharp, algunos de los coches de competición más espectaculares de todos los tiempos: los Chaparral. 

Teniendo en cuenta que en su época la tónica dominante era introducir el motor más bestia posible dentro de un chasis y echar a correr sin mirar atrás, el empeño de estos dos norteamericanos al realizar sus propios coches de competición fue toda una revolución al prestar atención a un concepto completamente desconocido: la aerodinámica. 

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Gracias a los coches nacidos de las manos de Hall y Sharp pudimos descubrir la importancia de la carga aerodinámica en un coche, o las ventajas del efecto suelo. Y todo ello provocado por una carrocería de General Motors con un diseño tan horrible que hacía a uno de los primeros prototipos de Chaparral inconducible. Lo que has leído. Otro motivo más para mostrar tus respetos a GM. Aunque lo hicieran por accidente. 

No te entretengo más: disfruta con las imágenes y la historia que aguarda detrás de algunos de los Chaparral más míticos que te traigo hoy. De nada.