5 momentos inolvidables del GP de Canadá de Fórmula 1

Los momentos inolvidables del GP Canadá F1

Javier Prieto

El nombre del héroe local, Gilles Villeneuve, es uno de los más recordados en la cita norteamericana.

Los momentos inolvidables del GP de Canadá F1 son nuestro pequeño homenaje a la cita norteamericana y su circuito en Montreal que este finde cumple su 40° aniversario en la Categoría Reina.

Como es natural el nombre del héroe nacido en Quebec, Gilles Villeneuve, destaca por encima de cualquier otro. Su victoria en Montreal 1978 y su legendaria actuación tres años después, lo convirtieron en un mito. Pero, al margen de sus gestas, hay muchas más que no te puedes perder.

1978: Estreno de Montreal y victoria de Villeneuve

Después de que el GP de Canadá se disputara 9 años en el trazado de Motorsport Park (Ontario) y dos en Mont-Tremblant, en 1978 la sede se trasladó a Montreal (Quebec). El debut del nuevo trazado fue el soñado por los aficionados locales. A los mandos de un Ferrari, el piloto Gilles Villeneuve consiguió la que fue su primera victoria de las seis que firmó en la Categoría Reina.

Y de paso se convirtió en el primer y único corredor canadiense que ha ganado en su tierra. Desde aquel 8 de octubre, el pequeño, pero extraordinariamente rápido y talentoso corredor nacido en Richelieu (Quebec), pasó a ser un ídolo nacional y uno de los mejores pilotos de la F1.

1981: Hazaña épica de Villeneuve

Sin duda alguna, uno de los momentos inolvidables del GP de Canadá F1 se produjo el 27 de septiembre de 1981. En esa fecha, y bajo un terrible diluvio, Gilles Villeneuve escribió una de las páginas más recordadas del Motorsport.

El morro de su Ferrari quedó dañado tapándole el campo visual frontal del corredor. Ante esta circunstancia y con una pista inundada, cualquiera se habría retirado. Sin embargo, Villeneuve continuó rodando a ciegas, ya que tenía un objeto extraño que se interponía entre sus ojos y el asfalto. ¿Cómo obró el milagro?

GP Canadá 1981: La proeza de Gilles Villeneuve

Condujo guiándose por las marcas laterales que delimitan los extremos de la pista. Sí, has leído bien. Corrió sin saber lo que sucedía delante de él, con el asfalto convertido en un océano y corrigiendo constantemente los trallazos de su máquina. Se alzó con el tercer puesto del podio, consagrándose como una leyenda.

Desgraciadamente, en la temporada siguiente sufrió un espantoso accidente en Zolder (Bélgica) que le segó la vida. Sin embargo, el Príncipe de la Destrucción, como le llamada su querido Enzo Ferrari, ya había abierto las puertas del Olimpo de la Velocidad.   

1991: La extraña avería de Mansell

A día de hoy, lo que le sucedió a Nigel Mansell en el GP de Canadá F1 1991 sigue siendo un misterio reservado a Íker Jiménez. Después de liderar la prueba durante 68 giros, en la última vuelta el bigotudo comenzó a festejar el triunfo anticipadamente desde su Williams.

Pero unos instantes después el monoplaza número 5 se detuvo. La sorpresa se adueñó de las gradas y del propio Mansell que veía como se le escapaba una carrera que tenía (casi) ganada.

Después del incidente, el británico aseguró que redujo de quinta a cuarta velocidad, como había hecho en ese punto durante toda la carrera, y que de repente se activó el punto muerto como si fuera un problema eléctrico.

No obstante, otros creen que el fallo se debió a la excesiva euforia del británico que le llevó a presionar un botón indebidamente. Sea como fuere, la peripecia del león inglés constituye uno de los momentos inolvidables del GP de Canadá F1.

2007: El brutal accidente de Kubica

El piloto polaco Robert Kubica protagonizó en el GP de Canadá F1 2007, uno de los accidentes más escalofriantes que se recuerdan. Rodaba en la vuelta 26 cuando su BMW-Sauber salió volando después de colisionar con la parte trasera del Toyota de Jarno Trulli. Terminó chocándose de frente a 300 km/h contra un muro.

El impacto fue tan fuerte que salió rebotado para dar, de nuevo en la pista, varias vueltas de campana. Milagrosamente el corredor de Cracovia solo sufrió un esguince en un tobillo y una pequeña conmoción cerebral... a pesar de soportar un ¡golpe de 75 G!

Pero si eso te parece increíble, mucho más fue el hecho de que consiguiera en ese mismo escenario un año más tarde su primer y único triunfo en la F1. Cosas del destino.

2011: La carrera más loca de la historia

Desde 1967, año del debut del GP de Canadá F1 en el Mundial, éste nos ha brindado un montón de carreras emocionantes. Pero la que se lleva la palma aconteció en 2011. Jamás habíamos visto nada igual.

Para empezar ostenta el récord de ser la prueba más larga de la historia, con una duración de 4 horas y 4 minutos. En ese tiempo hay que incluir 120 minutos de parón a causa de las lluvias torrenciales. 

Ante esta situación, el safety car salió en 6 ocasiones a la pista, completando 32 vueltas, es decir, el 46% de la carrera. Por si esto fuera poco, se produjeron 76 paradas en boxes y 136 adelantamientos. Después de una infinidad de toques y otros incidentes, Jenson Button se llevó el gato al agua.

Lo más curioso es que a falta de 30 giros para la conclusión, el británico rodaba el 21º y que en la última curva adelantó al líder, Sebastian Vettel, para llevarse la gloria. Con estos datos es natural que sea uno de los momentos inolvidables del GP de Canadá F1.