Prueba del Peugeot 2008 GT PureTech 155: un SUV con mucho que ofrecer

Peugeot 2008 GT
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Una evolución necesaria

En la actualidad, es evidente que los SUV mandan dentro del sector automovilístico y parece que han llegado para quedarse. Ya hay opciones de todo tipo en este segmento y la competitividad es tan grande que hay coches que deben demostrar que merecen su sitio en él. Esto será lo que comprobaré hoy con la prueba del Peugeot 2008.

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Se trata del todocamino de menor tamaño dentro de la gama del fabricante francés y ha recibido un cambio radical en su nueva generación. Ya no es un ‘208 más alto’, sino un coche con más personalidad y unas cualidades más definidas.

Esto es algo que se puede comprobar sin que te tengas que subir al coche, ya que el trabajo de Peugeot sobre el diseño del 2008 es algo que no pasa en absoluto desapercibido. Por un lado, el frontal se muestra muy similar al del nuevo 208, pero añade elementos propios y, aunque al principio no me convenció del todo, lo cierto es que poco a poco me ha terminado atrayendo. 

No obstante, hay mucho que ver más allá de la parte delantera y, al seguir por el lateral, destacan las líneas en la carrocería que le proporcionan un aspecto más musculoso a este SUV. Aquí me llaman la atención los pasos de rueda, que se mantienen en plástico negro para aportar un toque ‘off-road’, aunque sea evidente que este no es un modelo pensado para adentrarse en terrenos complicados. 

Llegamos de esta forma a la parte trasera, una zona muy personal de este modelo y que se caracteriza por unos pilotos elevados y unidos por un embellecedor que muestra el nombre de la marca. Se sitúa aquí también un pequeño spoiler, un paragolpes de plástico negro y un portón con pliegues de la carrocería que destacan su presencia.

En conjunto, es un coche que sobresale estéticamente respecto de sus competidores, especialmente si se incluye el acabado GT Line que monta nuestro vehículo de pruebas. De esta forma se añaden embellecedores de aluminio, llantas de 17 o 18 pulgadas y la zona superior de la carrocería se pinta en color negro, lo que dota a este SUV de un aspecto más deportivo.

El interior es lo que cuenta

Queda claro que el exterior de este pequeño SUV francés es llamativo, pero ¿cómo es por dentro? Lo cierto es que el interior del Peugeot 2008 también es una revolución respecto de su predecesor. 

El habitáculo se muestra con un aspecto completamente actualizado y lo noto sorprendentemente espacioso teniendo en cuenta que no se trata de un modelo de tamaño grande. Incluso si eres alto, como un servidor, podrás sentirte cómodo en las plazas delanteras y en las traseras. Eso sí, en estas últimas deberás tener cuidado al entrar y salir del coche si no quieres golpearte la cabeza. Además, cabe destacar la ausencia de salidas de aire acondicionado en esta zona, lo que puede generar alguna incomodidad en los meses más cálidos.

Asimismo, el maletero se caracteriza por una boca de carga elevada, pero no demasiado alta como para suponer alguna dificultad. Ofrece una capacidad es de 405 litros, pero se puede aumentar hasta los 1.467 litros al abatir los asientos traseros.

En general, los materiales utilizados en el interior del 2008 se sienten de buena calidad al tacto -aunque los elementos en negro piano atraen con facilidad el polvo y las huellas- y los asientos se presentan cómodos para viajar en las plazas delanteras y traseras, estando los de la parte delantera caracterizados por un diseño más envolvente y un agarre más que suficiente para el día a día. Y hablando de asientos, es en el del conductor donde podrás disfrutar de los elementos estrella de este coche. 

Lo primero que te encuentras es un volante pequeño -que ya es característico de la marca-, achatado por la parte superior e inferior, y cómodo de utilizar en cuanto te acostumbras a él. Por detrás se sitúa el Peugeot I-Cockpit, una de las grandes novedades de este modelo, con distintos modos predeterminados -y dos personalizables- que muestran distinta información según las preferencias. Aquí es posible incluso ver el navegador GPS para apartar menos la vista de la carretera, lo cual es francamente cómodo, pero reconozco que la visibilidad es mejorable si colocas el asiento en una posición más baja.

Asimismo, en la parte central se coloca la pantalla táctil desde la que se puede hacer uso del sistema de infoentretenimiento -además del Apple Car Play o Android Auto-, así como controlar distintos parámetros del coche como los sistemas de ayuda o el climatizador. La respuesta es rápida y su visibilidad es buena en todo momento, aunque en ocasiones me ha costado llegar a determinados menús y noto que el sistema podría ser más intuitivo.

Por debajo de esta pantalla se encuentra una zona táctil y una hilera de botones físicos de buen tamaño que permiten accionar el cierre de las puertas, encender y apagar la radio, activar la luneta térmica o activar el aire. Y esto se agradece, ya que más allá de que suponga que no todo el salpicadero queda gobernado por una pantalla sin más, también nos permite realizar algunas acciones sin que nos tengamos que distraer viajando por cientos de menús.

Ya hacia la parte inferior de la consola central se sitúan zonas de almacenaje, puertos USB -que también se encuentran en las plazas traseras- el selector de marchas y botones para accionar el freno de mano eléctrico o los modos de conducción. 

¿Cómo se comporta?

Sin conducirlo, está claro que el Peugeot 2008 cuenta con numerosas virtudes, pero el apartado mecánico es algo que hay que tener muy en cuenta. Este modelo se ofrece en variantes diésel, gasolina y eléctrico. El coche de pruebas monta el bloque PureTech gasolina con 155 CV, un bloque de tres cilindros en línea que promete un buen comportamiento en marcha mientras marca unos consumos mixtos -según la regulación WLTP- de 6,2 litros/100km.

Está asociado a una caja automática EAT8 de 8 relaciones que resulta muy cómoda en ciudad y carretera, con unos cambios realmente rápidos que se realizan a distintas revoluciones según el modo de conducción que hayamos seleccionado. También he probado a desactivar el cambio automático y utilizar las levas situadas tras el volante en su lugar, lo que me ha generado sentimientos encontrados: su respuesta es más rápida de lo que podría esperar, pero no tienen un gran tamaño, por lo que es fácil accionar por error otros controles situados en esa zona.

Peugeot 2008

Más allá de esto, al volante lo primero que debo mencionar es la postura de conducción, ya que en absoluto era lo que me esperaba en un coche así. Es más propia de un coche más bajo y, aunque al principio se me hizo algo extraña, después la noté realmente cómoda. 

Dicho esto, arranco y me dispongo a conducir, ya que aquí es donde sale a relucir la buena insonorización y el motor principalmente silencioso de este modelo. Normalmente, con el cambio automático circularás en torno a las 2.000 rpm y solo notarás el sonido del motor si decides pisarle y dejar que suba de vueltas -algo que ocasionalmente no sucede con demasiada rapidez, pero que sigue siendo suficiente para el uso habitual-. Más allá de estas situaciones, por lo general reina el silencio en el habitáculo, ya que tampoco se escucha especialmente el viento al conducir por carretera o cualquier otro ruido del exterior.

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Por otro lado, noto que en marcha el bloque de 155 CV es capaz de mover el 2008 con soltura en todo tipo de situaciones. En general, transmite buenas sensaciones y es suave, sin que ello suponga que no sea capaz de entregar potencia cuando se lo pedimos, aunque en ocasiones he notado un cierto retardo en este aspecto. 

Asimismo, tras recorrer varios kilómetros a bordo del 2008, me llama la atención la firmeza de su conducción. La sensación general es de aplomo, propia de un coche de mayor tamaño y destaca la suspensión, que absorbe sin problemas las irregularidades del asfalto. Por otro lado, la dirección es extremadamente suave en ciudad, pero no es así a altas velocidades, por lo que en ningún momento se pierde esa sensación de control. Además, también destacan los frenos, con una firme respuesta y capaces de parar el coche por completo en pocos metros si es necesario.

En conclusión, el Peugeot 2008 es una opción a tener en cuenta para el día a día. No es un coche para perderse por la montaña ni tampoco lo pretende -de hecho, se ofrece exclusivamente con tracción delantera, sin opción de contar con tracción integral-, pero en ciudad pone en valor sus virtudes. Parte de los 21.500 euros y, si buscas un SUV pequeño y actualizado, esta puede ser tu mejor alternativa.

Nuestro veredicto

8

Etiquetas: SUV pequeño