Prueba del Volkswagen ID.4: un SUV eléctrico muy correcto para el día a día

Prueba del Volkswagen ID.4

Probamos el Volkswagen ID.4, un SUV eléctrico que pretende destacar por su versatilidad y cualidades dinámicas. ¿Es una buena opción en 2023?

Los coches eléctricos están en auge y en esta prueba del Volkswagen ID.4 voy a ponerme a los mandos de uno de los más interesantes. Se trata de un coche que pretende destacar por su versatilidad como SUV y por sus cualidades como eléctrico. Sin embargo, en ambos terrenos hay una gran competitividad hoy en día.

Cada vez más fabricantes lanzan al mercado coches de este tipo, pero esta es la apuesta de Volkswagen. Llegó al mercado en 2020, cuando la gama ID. del fabricante alemán aún estaba naciendo. Desde entonces ha ido evolucionando con versiones como la GTX, de corte más deportivo, pero en mi caso conduciré la variante convencional.

Diseño e interior del ID.4

Frente a mis ojos veo una unidad en color azul, con los pilares en color negro y con detalles en color plateado. Además, me doy cuenta de que se trata de un acabado especial: es la edición de lanzamiento “First Edition”. ¿Qué significa eso? Que hay detalles como la denominación del coche en color blanco y unas llantas Narvik de 21”.

Por otra parte, esta edición limitada trae consigo toques como el tintado de las ventanillas traseras, así como el techo panorámico de cristal. También hay novedades en el equipamiento, pero llegaré a ellas más adelante. Por ahora me detengo en el exterior, que cuenta con detalles interesantes.

De entrada, lo primero que percibo es el tamaño de este SUV. El Volkswagen ID.4 mide 4.584 mm de largo, 1.852 mm de ancho y 1.640 mm de alto. Asimismo, cuenta con una batalla de 2.771 mm, lo que debería proporcionar una buena amplitud en el interior, algo que comprobaré en breves instantes.

Sin embargo, antes me detengo en el diseño del ID.4 como tal, donde puedo distinguir unas líneas sencillas y características de la gama de coches eléctricos del fabricante de Wolfsburgo, pero que cuentan con una identidad propia. La silueta es la de un SUV convencional, aunque llama la atención la reducida altura libre al suelo por la colocación de las baterías en el suelo.

Por otra parte, en el aspecto del coche se refuerza ese toque de todocamino con elementos como los pasos de rueda y protecciones de plástico. Sin embargo, se añaden guiños deportivos con una simulación de entradas de aire en el paragolpes delantero y con una trasera con un embellecedor en color plata y un alerón sobre la luneta trasera.

Sin duda, el conjunto exterior es interesante, pero llega el momento de adentrarme en el interior del Volkswagen ID.4. Así, subo en el asiento del conductor y me encuentro una estampa habitual en los eléctricos de la marca, con un habitáculo minimalista dominado por dos pantallas: una para el cuadro de instrumentos y otra central.

La primera de ellas es pequeña y agradecería alguna pulgada más, pero no cuesta acostumbrarse a ella. Muestra suficiente información y, en combinación con el Head Up Display, no echo en falta datos importantes. Por otro lado, la pantalla central aglutina buena parte de funciones y en la última actualización ofrece un mejor rendimiento, aunque a veces se queda pillada.

Esto puede ser algo incómodo y sucede algo parecido con los mandos táctiles situados en la consola central. Con ellos puedo manejar la climatización, así como navegar entre los modos de conducción -Comfort, Eco, Sport e Individual-, pero hay ocasiones en las que la respuesta es demasiado lenta.

En definitiva, los mandos táctiles no me convencen demasiado, así como los hápticos del volante. Sin embargo, este es el único punto realmente negativo del interior para mí. Más allá de esto, el habitáculo es amplio y luminoso, en parte por el techo de cristal. Además, los asientos son cómodos y los delanteros cuentan con función de masaje y calefacción -algo incluido en el First Edition-.

No obstante, ¿cuáles son las sensaciones detrás? Aquí, los asientos son también confortables y la amplitud también está presente, aunque quizás hay que tener cuidado con la cabeza al entrar y salir si eres alto. En definitiva, en estas plazas se viaja bien, aunque hay diferencias en áreas como la de los materiales.

Me explico: en las plazas delanteras predominan los materiales blandos y, si bien no me convence demasiado el uso de acabados como el negro piano en determinadas zonas, en general me quedo con buenas sensaciones. Detrás, por otra parte, no son malas, pero el uso de plásticos duros en partes como los paneles de las puertas no es tan agradable para mí.

Motor y prestaciones

En el caso de mi unidad de pruebas, el First Edition Max, el motor del ID.4 es un propulsor de 204 CV de potencia y 310 Nm de par máximo colocado en la parte trasera. Además, está asociado a una batería de 77 kWh, lo que da lugar a una autonomía WLTP de unos 493 kilómetros.

Asimismo, en cuanto a las prestaciones, las cifras de la marca señalan una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos. Esto, con una velocidad máxima de 160 km/h, resulta en unas capacidades aceptables para un coche enfocado en el día a día.

Prueba del Volkswagen ID.4: ¿cómo va?

Sea como fuere, para comprobar si eso es verdad, tengo que hacer la prueba del Volkswagen ID.4 en condiciones reales. Por ello, inmediatamente me pongo en marcha por ciudad, donde me llama la atención la agilidad del coche en relación a sus dimensiones. Si bien este es un modelo voluminoso, la dirección se siente ligera y el radio de giro es correcto para este ámbito.

Por otra parte, la respuesta del acelerador permite iniciar la marcha con inmediatez, sin llegar a ser brusco, mientras que el freno tiene un tacto agradable que permite conducir por suavidad. En general, la conducción es agradable incluso en las maniobras de aparcamiento, con una visibilidad aceptable gracias a detalles como una ventanilla en el pilar C. Aun así, la cámara trasera ayuda.

En definitiva, las primeras sensaciones son buenas, aunque noto la suspensión algo firme en los resaltos. No es incómoda, eso sí, y estoy seguro de que esto ayudará a la hora de tomar curvas en determinadas carreteras. Es eso lo que voy a comprobar y, tras circular por autopista con comodidad y sin percibir demasiado el sonido del viento, llego a una carretera de curvas.

Prueba del Volkswagen ID.4

Por supuesto, este no es un coche para irse de tramo y no lo pretende. Para ello, hay opciones mucho mejores, pero así podré probar el ID.4 en otros terrenos y descubriré su comportamiento dinámico. De esta forma, en un primer momento no hay sorpresas: el coche es muy estable en el paso por curva, lo cual siempre es bueno.

La baja posición de las baterías y el tarado de la suspensión ayuda a ello, mientras que los neumáticos de 235/45 R21 delante y 255/40 R21 detrás ofrecen un buen agarre. Asimismo, el motor de 204 CV mueve el coche con inmediatez, a pesar de no ser endiabladamente rápido. También puedo jugar con los modos de conducción, pero no hay una gran diferencia entre ellos.

Así, por lo general me quedo satisfecho con el comportamiento del ID.4 tras colocarme al volante. Por supuesto, es un coche de algo más de 2 toneladas y es posible que su hermano pequeño, el Volkswagen ID.3 -o su gemelo, el Cupra Born-, brille más aquí, pero diría que este SUV cumple con creces las expectativas.

Precio y rivales

A su llegada al mercado, el precio del Volkswagen ID.4 en esta versión First Edition era de 45.440 euros, así como costaba 55.100 euros la edición Max que he conducido. No obstante, ahora el acabado que se ofrece es el Pro, que parte de 50.850 euros en la versión de 174 CV y de 52.555 euros en el de 204 CV.

Si merece la pena o no, depende de la percepción de cada uno, pero es cierto que actualmente hay muchas alternativas disponibles para elegir. Un eléctrico interesante es el IONIQ 5, que parte de 37.610 euros en la versión de 170 CV y destaca por una escasez de puntos débiles. Algo similar sucede con su hermano, el Kia EV6, que arranca en 51.600 euros.

Por otra parte, otros modelos a tener en cuenta son el Skoda Enyaq, que parte de 61.100 euros. Además, el Nissan Ariya arranca en 52.940 euros y grandes conocidos del segmento como el Tesla Model Y parten en estos momentos de 48.200 euros.

Conclusión

Prueba del Volkswagen ID.4

Tras realizar la prueba del Volkswagen ID.4, me quedo con buenas sensaciones. A pesar de detalles mejorables en aspectos como los mandos del interior, se trata de un SUV eléctrico que se debe tener en cuenta. Si buscas grandes sensaciones de conducción, quizás no sea lo tuyo, pero es un gran coche para cubrir las necesidades del día a día sin tener que estar preocupado por la falta de autonomía.

Nuestro veredicto

7.5

Etiquetas: Motor