Prueba Mercedes Clase C Cabrio: 20 segundos que lo cambian todo

Javier Leceta

El hermano presumido llega a la familia. Descubre en esta prueba del Mercedes Clase C Cabrio cómo se comporta el nuevo descapotable alemán.

¿Un Mercedes Clase C Cabrio: realmente era necesario?

Pues no. Teniendo en cuenta que el segmento de los cabrios no es que precisamente arrase en España, la llegada de la carrocería descapotable no va a suponer un incremento considerable de ventas para Mercedes-Benz. De hecho, la marca espera vender 250 unidades del C Cabrio durante el primer año.
Sin embargo, el primer Clase C descapotable supone la cuadratura del círculo: completar una familia que cuenta con todo tipo de variantes: berlina, coupé, familiar e incluso SUV. Y, dejando a un lado su controvertida trasera -a algunos les encanta y a otros -como yo- no les termina de convencer, lo que está claro es que el coche es muy fardón a la vista.

Vale, cuéntame más detalles

En primer lugar debes saber que el Mercedes Clase C Cabrio está basado en su hermano Coupé, con el que comparte algunos elementos. Como puedes ver en las imágenes de esta prueba del Mercedes Clase C Cabrio, prescinde del techo duro y apuesta por uno de lona, muy al gusto de los más puristas. Esta capota blanda se acciona mediante un botón situado en la consola central que, en 20 segundos, descubre o cubre el coche de forma completamente automática y a velocidades de hasta 50 km/h.

Prueba Mercedes Clase C Cabrio.Botón de la capota.

20 segundos en los que cambia completamente todo y comienza a disfrutarse de la conducción a cielo abierto. Eso sí, perdiendo espacio en el maletero, que reduce su capacidad de 360 a 285 litros. Este es el momento en el que conviene pedir un poquito de ayuda suplementaria para combatir a Eolo -ya sabes, el Dios de los Vientos-: el paravientos eléctrico opcional, Aircap, que sustituye al manual tradicional, mitiga la acción del aire en el habitáculo tanto por la parte delantera como por la trasera. Este sistema eleva una especie de alerón o lama deflectora en el parabrisas y despliega un paravientos por detrás de los asientos traseros. Todo ello simplemente pulsando otro botoncito junto al del accionamiento de la capota. Estéticamente, el apéndice delantero no es la mejor solución, pero la verdad es que funciona.

Ah, un par de cosas más: la ya conocida bufanda de aire, Airscarf, también está en el Mercedes Clase C Cabrio 2016; por otro lado, la capota blanda, disponible en varios colores -tanto en su parte exterior e interior-, cuenta opcionalmente con una versión insonorizada multicapa que, según la marca, incrementa aún más el aislamiento acústico.

¿Qué otras novedades incorpora?

Como no podía ser de otra forma, y para compensar la pérdida de rigidez del coche por la ausencia de techo, el cabrio germano ha sido reforzado en diferentes puntos. En concreto ha adoptado las estructuras de la carrocería en la sección delantera y en el piso “a las exigencias de un descapotable”. Además ha incorporado un sistema específico de protección que crea una zona de supervivencia junto con los montantes delanteros si detecta que hay peligro de vuelco.

Prueba Mercedes Clase C Cabrio.

El Clase C sin techo cuenta también con un tren de rodaje de configuración dinámica 15 milímetros más bajo que la berlina: mejora su dinamismo y ofrece una imagen más deportiva. Opcionalmente, este tren puede ir acompañado de la suspensión neumática Airmatic. También hay disponible un tren de rodaje deportivo opcional.

Prueba del Mercedes Clase C Cabrio: ¿qué tal en marcha?

Durante la prueba del Mercedes Clase C Cabrio en las carreteras de Trieste (Italia) y Eslovenia he podido conducir las versiones C 250 d y C 300. Una vez en marcha y con el techo quitado, el viento se deja notar pero no es molesto -eso sí, con el Aircap como aliado-. Como Mercedes que es, el germano destaca sobre todo por el confort de rodadura, aunque también se muestra bastante ágil en cualquier tipo de carretera. El control Dynamic Select proporciona hasta cinco modos de conducción (Confort, ECO, Sport, Sport Plus e Individual), que entre otros aspectos varía la entrega de potencia.

El motor diésel del C 250 (204 CV) es el más rumoroso de los dos, pero no resulta tampoco excesivamente gritón. Empuja bien pero en zonas especialmente reviradas puede resultar algo perezoso junto con el cambio automático 9G-Tronic, ya que éste tiende a engranar la marcha más alta posible, algo que en ocasiones hace que el motor responda con un poco de retardo. Ahí es mejor convertirlo en manual con las levas del volante. Eso sí, en términos generales me ha gustado más el comportamiento del bloque del C 300, un cuatro cilindros gasolina de 2,0 litros y 245 CV que además es más silencioso. Menos me ha convencido la consola central, que en giros cerrados y rápidos molesta un poco al volantear.

Una tremenda tormenta fastidió el disfrute que supone conducir descapotado, pero por otro lado me permitió probar la insonorización del coche con el techo de lona -eso sí, se trataba de la versión top, la insonorizada multicapa-. Aquí la capota cumple perfectamente con su trabajo tanto desde el punto de vista acústico como de estanqueidad.

Acabados de calidad pero las plazas traseras....

El habitáculo no admite queja: materiales de calidad y buenos acabados. Destacan sobre todo el cuero reflectante de la luz solar en cinco tonalidades (opcional), los asientos deportivos con apoyos laterales y los aproximadores automáticos del cinturón de seguridad. Tal y como he podido comprobar en esta prueba del Mercedes Clase C descapotable, su asignatura pendiente está en la parte de atrás: al margen de la visibilidad reducida (ya se sabe, sacrificios del diseño...), los dos asientos individuales posteriores resultan algo estrechos y su altura al techo es bastante limitada (una persona que mida 1,76 toca la capota con la cabeza). Además, y como es lógico, en ellos molesta más el viento cuando se circula descapotado. Por lo menos, pueden abatirse 50:50 y tienen acceso al maletero...

En el apartado tecnológico, el arsenal de costumbre: alerta por cansancio y de colisión (de serie), entre otros. Opcionalmente, el Distronic Plus con servodirección inteligente, el freno Presafe con función de detención de peatones, el detector activo de cambio de carril o el aparcamiento semiautomatizado.

¿Cuándo llegará y por cuánto?

Llegará a España a principios de septiembre y tendrá un precio de partida que rondará los 48.000 euros (costará unos 6.000 euros más que la versión coupé -los precios oficiales del Mercedes Clase C Cabrio se conocerán en junio-). Lo hará con las mismas motorizaciones que su hermano: las diésel C 220 d (170 CV) y C 250 d (204 CV); y las gasolina C 200 (184 CV), C 300 (245 CV), C 43 AMG 4Matic (367 CV), C 63 AMG (467 CV) y C 63 S AMG (510 CV). Todos ellos estarán disponibles con cambio automático 9G-Tronic, mientras que la tracción integral 4Matic será de serie en el C 43 y opcional en el C 200 y C 220 d.

¿Qué nos ha parecido?

Si buscas un descapotable pintón, rápido pero sobre todo confortable, con acabados de calidad, y no te importan unas plazas traseras algo limitadas y un precio elevado, el Clase C Cabrio puede ser tu coche.

Nuestro veredicto

8