Las 5 cosas que hacían especial al Toyota Celica GT-Four

Toyota Celica GT-Four
Un coupé muy innovador para su época.

El Toyota Celica GT-Four fue un coche muy especial tanto para Toyota como para los amantes de los coches japoneses. Un deportivo que introdujo conceptos muy innovadores e interesantes en ese estilo coupé compacto tan atractivo. Un coche que, mirándolo en perspectiva, podría ser perfectamente el padre del Toyota GR Yaris, por su conexión con la competición y por sus cualidades dinámicas y tecnológicas. Estas son las 5 cosas que hacían especial al Toyota Celica GT-Four y por las que probablemente terminará convirtiéndose en un clásico. 

Tracción integral con diferencial central

Como ocurre con el GR Yaris, la tracción integral del Toyota Celica GT-Four era clave para entender su comportamiento. Gracias a su diferencial central con acople viscoso y capaz de bloquear el reparto de par al 50% en cada eje, su capacidad de tracción era sencillamente espectacular. En los rally fue clave para su éxito pero fuera de la competición, en la carretera, era el elemento más importante para conseguir mejores prestaciones.

Motor 3S-GTE con el turbo del Supra

Toyota Celica GT-Four

Aunque hablando de prestaciones, el Toyota Celica GT-Four también destaca por el motor que se escondía bajo el capó. La base era el motor dos litros 16 válvulas del Celica GT con un sistema de distribución twin-cam con doble árbol de levas en cabeza y un turbocompresor procedente del Supra y convenientemente adaptado. También contaba con elementos como una nueva centralita electrónica o un cigüeñal reforzado. Otro elemento clave era...

Intercooler refrigerado por agua

Sí, un intercooler aire-agua que le permitía conseguir una cifra de potencia muy interesante para la época. Gracias a todas estas modificaciones, el motor 3S-GTE era capaz de alcanzar los 185 CV a 6.000 vueltas y los 250 Nm de par a 3.600 vueltas. Podía acelerar de cero a cien kilómetros por hora en 8,1 segundos y su velocidad máxima real era de 223 km/h. También era un motor lleno de fuerza en recuperaciones y con un consumo medio para nada disparatado.

Puesta a punto más deportiva

Toyota Celica GT-Four

Por supuesto, también contaba con una puesta a punto más deportiva. Suspensión independiente con amortiguadores más rígidos, barras estabilizadoras más contundentes y un sistema de frenos con discos ventilados en el eje trasero. También contaba con un subchasis trasero donde se anclaba la suspensión para mejorar la maniobrabilidad, la estabilidad y el confort en su interior. Y es que con este coche también se podía viajar con un notable grado de refinamiento.

Carlos Sainz ganó el mundial con él

El Toyota Celica GT-Four fue la base para la construcción del coche con el que Toyota iba a competir en el mundial de rally, una disciplina muy popular en la década de los 80 y que a comienzos de los 90 iba a dar un cambio importante tras la desaparición del Grupo B. Con cinco victorias en 1989 y otras tantas en 1990, el Celica se convirtió en el coche más rápido de esta competición y también el vehículo con el que Carlos Sainz consiguió su primer campeonato del mundo en la temporada 1990.

Etiquetas: WRC, coches clásicos