¿Has caído enamorado del Suzuki Jimny? Normal. En una época en la que todos los coches son iguales y cuesta diferenciar un modelo de otro dentro de la misma marca, se agradece que alguien lance un modelo diferente. Pero diferente de verdad.

Y es que en Suzuki han pasado de la moda imperante, esa que dice que un coche nuevo tiene que ser un SUV de tracción delantera, preferiblemente pintado en gris y con menos personalidad que un muro de cemento. Por eso lo que han parido es un 4x4 con todas las letras, con su reductora, su chasis de largueros, sus verdaderas aptitudes offroad y, sobre todo, una imagen que encandila y que lo van a convertir en un modelo habitual en las ciudades... una vez que la lista de espera de meses (se habla de nueve) termine y se empiecen a entregar las primeras unidades.

Los ángulos cuadradotes le otorgan el encanto de los retro y lo acercan a los primeros Suzuki todoterreno que vimos a puñados en España, los SJ. Por eso es probable que a los aficionados de cierta edad les traiga buenos recuerdos y a los más jóvenes simplemente les entre por los ojos gracias a una imagen simpática y a una paleta de colores formada principalmente por tonos claros y alegres.

Pero, como todo en esta vida, creemos que puede ser mejorado. Por eso proponemos estos tres aspectos por lo que pensamos que el nuevo Jimny podría mejorar más que notablemente. Seguramente pienses que si muchos ingenieros japoneses han decidido sacar este producto así después de varios años de desarrollo será por algo, y tienes razón. Nosotros no tenemos limitaciones de presupuesto y, además, la ignorancia es muy atrevida. Por eso somos tan valientes.

Motor: de 1.5 pasaríamos a un 1.0

A lo loco, apostamos por un motor más pequeño y de tres cilindros. Pero el downsizing en este caso podría cobrar sentido. El nuevo Jimny utiliza el motor K15B, que es miembro de la familia de bloques de cuatro cilindros. El '15' significa que es un 1.5 atmosférico que ubicado en el pequeño todoterreno rinde 102 CV y 130 Nm, unas cifras mejores que las del anterior Jimny de gasolina (85 CV, 110 Nm) y que le proporcionan unas prestaciones más que suficientes.

Pero humildemente creemos que asociado al 1.0 Boosterjet que también lleva el Suzuki Swift iría mucho más fino, principalmente porque aunque la potencia es prácticamente la misma (en el utilitario tiene 111 CV), lo cierto es que sube a 170 Nm de par, algo que puede favorecer su uso todoterreno o incluso en ciudad, ya que permitiría utilizar marchas más largas para reducir tanto el consumo como en nivel de ruido y vibraciones.

¿Quiere decir eso que el K15B atmosférico es desagradable? En absoluto. De hecho, parte de su encanto es el subir de vueltas con el feeling que te dan los cuatro cilindros de aspiración natural...

Cambio: con seis velocidades, por favor

Nos pasa como con el motor. No tiene nada malo; de hecho, el tacto es el que te esperas de un modelo así: recorridos y precisión igualmente aceptable. Pero la sensación que queda es que el coche va demasiado revolucionado, por lo que un uso en recorridos urbanos e interurbanos puede llegar a llamar la atención (tampoco diría que cansa) la rumorosidad. 

Por eso, nos encantaría ver la unidad que monta el Suzuki Swift Sport, que tiene seis velocidades, aguanta más par y además cuernta con unos desarrollos más largos por cada 1.000 rpm:

¿A dónde demonios queremos llegar con esta tabla? Veras: ahora mismo, en quinta a 120 km/h vas a 3.870 rpm, mientras que si pudieras meter la sexta el régimen bajaría a 2.870, lo que ayudaría a la eficiencia.

Claro, probablemente esto encarecería el producto final, y a lo mejor no encajaría con la reductora, que reduce más o menos a la mitad la velocidad (lo tienes en la columna de la derecha del todo). Pero ya sabes, por pedir, que no quede.

Cinco puertas: un modelo más largo

Imagino lo que más de uno estáis pensando: que si lo lanzan corto, nos quejamos. Y que si lo lanzan largo, también. Seguramemte no estaréis equivocados, pero en una época en la que algunos fabricantes lanzan modelos para todos y cada uno de los gustos que hay (con el ejemplo del BMW Serie 3 GT ya es suficiente), quizá nos deja un poco cortos.

Pasa como con el motor y la caja de cambios: no está nada mal. Las cuatro plazas son espaciosas y aunque la postura de la fila posterior podría ser un poco más cómoda, la verdad es que no presenta problemas de confort graves. 

Otro cantar es el maletero. Parte del encanto de este todoterreno de 3.645 mm de largo está en eso, en sus proporciones. Con una batalla de 2.250 mm, ofrece un tamaño visualmente curioso, de formas muy simpáticas... y que es incapaz de acoger una bolsa de supermercado un poco más llena de lo normal.

Probablemente sea fácil de solucionar: abate los asientos y a correr. Pero quizá no sería mala idea lanzar una carrocería larga de cuatro puertas al estilo del Mercedes Clase G (ya estaba tardando en hablar de él).

Seguramente el chasis de largueros (reforzados con travesaños) cerca de los extremos, por ejemplo) debería retocarse para conseguir una batalla un pelín más larga que permita añadir una puerta más a cada lado sin perder proporciones. Quizá los ángulos de ataque y salida permanecerían iguales (37 y 49 grados, respectivamente), pero el ventral perdería alguno de los 28 que tiene en su versión corta.

En todo caso, la habitabilidad mejoraría, permitiría utilizarlo a un público más amplio (familias con niños y hasta aventureros que no pierden oportunidad de salir al campo) y con toda probabilidad subiría las ventas.

Pero claro, como todo, hablar es gratis y desarrollar un coche, tirando a caro. Pero ahí lo dejamos para la posteridad. ¿Quién sabe si con el paso de los años acabamos acertando?