Otros momentos en los que la Fórmula 1 se puso patas arriba

Q4 en la Formula 1
Nadie es intocable

La Fórmula 1 se está enfrentando a una situación realmente inesperada. La alerta sanitaria internacional causada por el coronavirus ha llevado a la cancelación de muchas de sus carreras, entre ellas el Gran Premio de Australia o el de Mónaco, y otras tantas están pospuestas.

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Esto está obligando a los organizadores a reajustar el calendario, algo realmente complicado a estas alturas del año -cuando ya tenía que haber dado comienzo la temporada- y la incertidumbre está presente. ¿Conseguirán que todo vuelva a la normalidad y que, en algún momento de este 2020, pueda comenzar la F1?

Cabe la posibilidad también de que la crisis se prolongue en el tiempo y en un extremo, no llegarían al número mínimo de carreras que se necesitan para poder sacar adelante la temporada, lo que llevaría a su cancelación. En un comunicado, Chase Carey, CEO de la F1, ha reconocido que no es fácil, que barajan la posibilidad de sacar adelante un calendario a 15 a 18 carreras, pero que no arrancarán en ningún caso hasta que no se pueda garantizar la seguridad de todos los involucrados.

Por tanto, sí, podemos decir que la Fórmula 1 está patas arribas. ¿Habían vivido alguna situación similar en sus 70 años de historia? Para nada, pero hoy nos hemos acordado de otros momentos en los que el Gran Circo tuvo un momento de arrepentimiento, de cambios... o de 'Tierra, trágame'. 

Nürburgring, 1976

Niki Lauda Ferrari

El 1 de agosto de 1976 tendría lugar un accidente que marcaría la historia de la F1 para siempre. Ese fin de semana se disputaba el Gran Premio de Alemania bajo condiciones meteorológicas adversas, con fuerte lluvia, que causarían uno de los accidentes más graves que se recuerdan. Niki Lauda perdió el control de su Ferrari 312T2 y acabó envuelto en llamas, algo que le dejaría graves secuelas. Unos meses antes, Lauda había intentando convencer a los demás pilotos de que correr en Nürburgring no era seguro para los pilotos, debido a deficiencias en sus medidas de seguridad. Sin embargo, no le hicieron caso y llegaron incluso a mofarse de él.

Quizá ese Gran Premio nunca debió celebrarse... Además, en el Gran Premio de Japón de ese mismo año, la lluvia volvería a jugarle una mala pasada. Propuso de nuevo no salir a correr debido al mal drenaje del trazado, pero de nuevo no le hicieron caso y eso le costó el Mundial a Lauda. 

Indianápolis, 2005

Neumáticos F1 Bridgestone

Sin duda, una de las carreras más bochornosas que se recuerdan es el Gran Premio de Indianápolis de 2005. Los neumáticos Michelin tenían problemas en la pista a partir de la vuelta 10, en especial en la exigente curva 13, lo que causó el accidente de Ralf Schumacher. El fabricante de neumáticos advirtió del problema y propuso cambiar incluso la disposición del trazado para evitar pasar por dicha curva, pero la FIA no accedió a ello ya que aseguraba que esto no sería justo para los que montaban Bridgestone.

Por tanto, el día de la carrera, tras la vuelta de formación, todos los equipos con Michelin se retiraron puesto que no estaban de acuerdo con la decisión ni consideraban que fuese seguro competir. La prueba la disputaron solo 6 coches -Ferrari, Jordan y Minardi-, todos con neumáticos Bridgestone. La decepción del público fue suprema y Michelin, reconociendo su culpa, devolvió el dinero de las entradas. 

Japón, 2019

Mercedes GP de Japón 2019

El Gran Premio de Japón 2019 se celebró bajo la amenaza del tifón Hagibis; de hecho, hubo muchas dudas sobre si celebrarlo o no, pero finalmente se tomó una decisión: clasificación y carrera se disputarían el domingo (incluso bajo un sol brillante, por cierto). La lluvia siempre ha sido un mal aliado de la Fórmula 1, poniendo todo patas arriba, obligando en numerosas ocasiones a detener las carreras durante horas y haciéndoselo pagar a los pilotos, en muchas ocasiones, incluso con sus campeonatos o victorias.