Resulta apropiado que los cuerpos de seguridad de un país cuenten entre sus flotas con los más granado que la industria automotriz de ese mismo país pueda aportar. Es por eso que el traje de la policía francesa le sienta como un guante al Alpine A110.

El deportivo ligero, fiel al concepto del original, luce en su carrocería un azul oscuro metalizado cruzado por vinilos azules en laterales, capó y techo; dejando lugar a las franjas rojas y amarillas en el frontal y la zaga.

No tiene más modificaciones exteriores excepto por el pequeño foco presente en el techo, que está complementado por otros dos interiores ubicados sobre el salpicadero y otros dos en la luneta trasera, entre los que un panel LED permite mostrar mensajes.

No son las únicas novedades interiores, pues también se ha instalado un sistema de radio de la policía, así como una tablet desde la que el copiloto puede activar funciones específicas, recopilar información, etc.

Tampoco hay novedades en el apartado mecánico, aunque sorprendentemente se ha optado por la versión de acceso y menos potente de la gama, el A110, cuyo bloque 1.8 tetracilíndrico se queda en solo 252 CV en lugar de los 300 que entregan las variantes GT y S.

El desarrollo de esta variante ha corrido a cargo del especialista Durisotti y Alpine ha señalado que los coches contribuirán a la modernización y rejuvenecimiento de la flota de automóviles de las fuerzas policiales. 

El Alpine A110 de la policía francesa será un modelo bastante exclusivo y es que solo van a fabricarse 26 unidades que, además, saldrán de la línea de producción a lo largo de cuatro años.

No se ha anunciado a qué se debe este bajo ritmo de fabricación, pero si se ha confirmado que las primeras entregas de los ejemplares empezarán a tener lugar a principios de 2022.